En un tono más comedido que en ocasiones recientes, el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, ha vuelto a arremeter contra la gestión del Gobierno español, esta vez por su intención de imponer un límite de entre 40 y 50 euros al precio del gas natural que se usa para producir electricidad que ha calificado como "no justificado y contrario al mercado único". "La solución es fácil y yo soy directo, lo que tenemos que hacer es seguir la línea de otros países y vincular esto (el precio regulado) a la cesta de precios 'forward' (precios de la electricidad en el mercado de futuros). Entonces veremos que el efecto será el mismo que el que ha presentado el Gobierno", ha planteado Galán.

A su juicio, "España no es una isla energética" como ha reconocido el Consejo Europeo hace un mes y "en lugar de excepciones" se deben buscar "soluciones comunes" para un problema que afecta a toda la Unión Europea. Entre las opciones que plantea el presidente de la eléctrica: desplegar más renovables y fomentar los contratos de larga duración con ayudas fiscales, así como el "diálogo" entre agentes del mercado y las administraciones. "Debemos evitar medidas estructurales para resolver situaciones transitorias. Creemos que los mercados funcionan extraordinariamente. No nos oponemos a mejoras del mercado, pero deben ser coordinadas", ha advertido el presidente de la primera compañía española por capitalización bursátil.

Pese a todo, el presidente de Iberdrola ha reconocido que a la espera de conocer "los detalles y las condiciones" del acuerdo, Iberdrola no espera "ningún impacto". "España supone casi un tercio de nuestros resultados y un 50% son regulados, por lo que el efecto es casi marginal respecto a los resultados globales", ha añadido. Y ha mandado un recado a las gasistas y petroleras al asegurar que donde hay márgenes "extraordinarios es en el gas y no en la electricidad". "Los resultados de las empresas de gas y petróleo están aumentando, no así los de las eléctricas", ha dicho.

Cae el beneficio en España

En los tres primeros meses de este año, Iberdrola ganó 1.058,3 millones de euros, un 3% más que en el mismo periodo de 2021, gracias al crecimiento de los negocios internacionales -un alza del 33% de la filial de Estado Unidos, Avangrid, que obtuvo un beneficio de 445 millones de dólares, y del 20% en la de Brasil, Neoenergía, con un beneficio de 1.212 millones de reales brasileños-, que compensaron el mal resultado de España, cuyo beneficio cayó un 29% (hasta los 337 millones de euros, menos de un tercio del total del grupo) por "los altos precios de la energía no traspasados a sus clientes con contratos fijos acordados previamente" en España --la compañía asegura que el 80% de la energía vendida a los usuarios del mercado libre está a precios que se sitúan entre la mitad y un tercio inferior a los de la tarifa regulada-- que prevén que se recuperen "en los próximos trimestres".

Además, la empresa sufrió durante el periodo una menor producción hidroeléctrica y eólica y la parada no programada de la central nuclear de Cofrentes, ya solucionada y compensada por una sentencia favorable del Tribunal Supremo sobre el Bono Social en España. El beneficio bruto de explotación (Ebitda) ha aumentado un 5% en el primer trimestre de 2022, hasta los 2.951 millones de euros.

Mantiene las previsiones

Esta buena evolución de los negocios internacionales permite a Iberdrola mantener sus previsiones para 2022: un beneficio neto de entre 4.000 y 4.200 millones de euros y un suelo del dividendo de 0,44 euros por acción "a pesar de la incertidumbre regulatoria en España". "Los más de 3.800 megavatios de capacidad instalada adicional prevista para este año y los 4.000 millones de euros de inversión en redes que contribuirán al resultado de este ejercicio; el crecimiento adicional de Estados Unidos y Brasil por las inversiones; el positivo impacto de las divisas y la mejora de los márgenes del negocio minorista en Reino Unido" lo justifican, según la compañía.