Las petroleras de todo el mundo están anunciando fuertes incrementos de sus beneficios impulsados por la subida del precio del petróleo (Repsol ha duplicado su beneficio trimestral y Cepsa lo ha triplicado), agudizada ahora por la invasión militar de Rusia sobre Ucrania. Pero para la británica BP la guerra y las sanciones internacionales para ahogar la economía rusa y al entorno de oligarcas vinculado a Vladimir Putin han derivado en unas pérdidas históricas.

El gigante británico sufrió unos números rojos de 20.384 millones de dólares (19.376 millones de euros) en el primer trimestre de 2022, frente al beneficio de 4.667 millones de dólares del mismo periodo del año anterior. Unas pérdidas récord que se producen por la salida apresurada del grupo del mercado ruso y la venta de su participación del 19,75% en la petrolera rusa Rosneft.

Las cuentas de BP reflejan un impacto negativo de 30.800 millones de dólares por la enajenación del paquete accionarial en Rosneft y su abandono del mercado ruso, con un efecto negativo en su beneficio de 24.000 millones de dólares. Sin contabilizar el golpe extraordinario derivado de la salida de Rusia, el beneficio ajustado de BP sería de 6.245 millones de dólares, con un fortísimo incremento del 137% por encima de los 2.630 millones del año pasado.

"Nuestra decisión de salir de nuestra participación accionarial en Rosneft dio como resultado los importantes cargos no monetarios y la pérdida de la que informamos hoy. Pero no ha cambiado nuestra estrategia, nuestro marco financiero o nuestras expectativas de retribución a los accionistas", ha indicado Bernard Looney, consejero delegado de la compañía.

Al margen del impacto financiero de deshacer las posiciones en un mercado relevante para la compañía como el ruso, los resultados BP muestran una mejora del negocio puro y duro, con un incremento de la facturación del 40,3% entre enero y marzo, hasta los 51.220 millones de dólares gracias la subida de los precios del petróleo.