Recuerdo cuando todavía siendo un niño allá por los años 80 recorría todos los sábados el Camino del Canal desde el nuevo cauce del río Túria hasta llegar al barrio de Nazaret. Desde el restaurante Casa Román hasta llegar a las famosas ‘casitas de papel’. En medio, la mayoría eran campos, muchos abandonados, pero lo peor es que año que pasaba, año que se dejaban perder más campos. Hasta el punto que varios propietarios vecinos se ponían de acuerdo y ofrecían varios miles de metros para almacenar troncos y maderas al aire libre, años después otros vecinos hacían lo propio para almacenar esas nuevas cajas de hierro llamadas contenedores, otros para aparcamientos de camiones. Por supuesto había labradores, profesionales o aficionados, que trabajaban sus tierras en menor o mayor medida, la mayoría de edad avanzada y con dudosa continuidad por parte de hijos o nietos. Por eso muchos de ellos buscaban libremente la opción de alquilar su campo para obtener su renta segura a final de mes, lloviera o granizara. Lo cierto es que esa zona de La Punta se iba degradando más y más hasta acabar siendo en los 90 el almacén de miles de contenedores y el parking de cientos de camiones dando lugar a un panorama tan caótico como poco regulado con la connivencia del gobierno municipal que lo consentía mientras cobraba hasta la última peseta de los impuestos.

En todas estas llegó la propuesta de la ZAL, un modo de regular todo aquello y capaz de reemplazar aquella zona en acelerado proceso de degradación por unas instalaciones modernas, verdes y limpias con el compromiso de generar miles de puestos de trabajo de valor añadido a los vecinos de los barrios próximos como por ejemplo Nazaret. Similar cambio sucedió al construir chalets para los afectados de la zona donde antes estaban ubicadas las ‘casitas de papel’. Se recurrió a la expropiación, medida nunca bienvenida, pero como afectado en primera persona debo decir que no se pagó nada mal, aunque siempre todo nos parece poco. Ahora, 28 años después de aquello, cuando recuperar aquella huerta es una utopía y ya se han realizado adjudicaciones a empresas privadas, una asociación de vecinos de La Punta presenta un recurso que anula el Plan Especial de la ZAL.

Me pregunto a quienes representa esta asociación, cuántos de ellos trabajaban la huerta previamente a la expropiación, cómo explican a los vecinos de La Punta y de Nazaret que les impiden acceder a miles de puestos de trabajo de calidad que son para ellos (según los compromisos adquiridos).

Y también me pregunto a cambio de qué. ¿Qué propuesta puede aportar mayor prosperidad y bienestar a los vecinos en estos momentos?