La incertidumbre generada por el conflicto de Ucrania ha eclipsado en parte la recuperación económica que había traído consigo el fin de la pandemia y de las medidas restrictivas que implicó, pero no ha afectado a las previsiones de negocio de las empresas españolas, que se mantienen estables, según concluye la nueva edición del informe «Perspectivas España 2022», realizado por KPMG en colaboración con la patronal CEOE. El documento asegura que el 77% de los encuestados espera aumentar su facturación en 2022 y casi la mitad, el 48%, prevé hacerlo por encima del 5%.

Antonio Garamendi , presidente de CEOE, considera que « los empresarios españoles son muy conscientes de que estamos en un momento complicado, en el que se necesitan medidas adicionales para consolidar la recuperación que se había iniciado y hacer frente a la amenaza que supone una inflación descontrolada. Además, en paralelo, hay que seguir dando pasos para transformar nuestra economía y hacerla más eficiente y productiva, digital y sostenible».

Por su parte, Juanjo Cano, presidente de KPMG en España, cree que «los directivos mantienen su visión estratégica y sus perspectivas de inversión, crecimiento y contratación a pesar de haberse tornado más pesimistas ante la evolución de la economía y el empeoramiento de factores como la inflación».

El cambio es más significativo en las perspectivas a 12 meses , ya que el porcentaje de encuestados que preveía que la economía española iría a mejor o mucho mejor antes de la guerra, en el sondeo que se realizó entre diciembre de 2021 y enero de 2022, se reduce a la mitad, pasando del 43% al 21%. Por su parte, aquellos que anticipan que evolucionará a peor o mucho peor crece 26 puntos (del 19% al 45%) , siendo esta opinión la mayoritaria entre los empresarios que han participado en el sondeo.

Pese a que las previsiones de contratación que expresan los directivos en el último sondeo son más moderadas que las que compartían las compañías en la encuesta realizada entre finales de 2021 y principios de 2022, siguen siendo mayoritariamente optimistas: casi la mitad, el 46%, aumentará sus plantillas. Además, el porcentaje de encuestados que las reducirá no experimenta cambios entre ambos sondeos, situándose en el 11%.