El grupo Pamesa sortea la crisis y aumenta su facturación pese a la escalada de los precios de la energía. La empresa facturó el pasado año 1.220 millones de euros, lo que supone una subida del 56 por ciento de las ventas en relación al año anterior, mientras que obtuvo 97.006.334 euros de beneficios, lo que implica un 47% más que en 2020. Las ventas de producto cerámico alcanzaron un crecimiento del 43%, las de energía un 233 % y las de materias primas un 47 %.
El presidente de la compañía, Fernando Roig, dio a conocer ayer las cifras en una rueda de prensa en la que hizo balance y expuso sus previsiones para 2022. Un año en el que los resultados del primer cuatrimestre han sido positivos. Para mantener los márgenes el grupo ha tenido que incrementar el precio de sus productos y aplicar una tasa energética desde mayo, de modo que el precio final se adapta a las fluctuaciones del coste del gas natural.
El grupo cerámico más importante de Europa y el sexto del mundo fabricó el pasado año 126 millones de metros cuadrados, y tienen la expectativa de superar los 140 al final de 2022. Para ello cuenta con 3.192 trabajadores, lo que supone un aumento de 1.039 respecto a marzo del 2020. «Sin haber aplicado ERTE ni ERE», dijo Roig, a pesar de haber pasado la pandemia y la actual crisis energética.
El presidente del grupo Pamesa aseguró que 2021 empezó siendo un «gran año», pero, debido a la fuerte subida en los precios del gas, principal fuente de energía del sector, acabó presentando dificultades para mantener la rentabilidad.
El presidente de Pamesa no ahorró críticas a los dirigentes políticos. «Deben tener demasiado trabajo, porque no son capaces de pisar el terreno». Especialmente en materia energética, que además de los costes supondrá el cierre de las instalaciones de cogeneración, que sin renovar el actual marco de retribuciones les supone pérdidas, lamentó.
También criticó la hoja de ruta del Gobierno sobre la descarbonización. «No podemos renunciar a la energía nuclear y al carbón nacional por otra energía fósil como el gas sin tener en marcha las instalaciones eólicas y solares», expresó.
Una de las grandes operaciones de 2021 fue la adquisición del grupo Azuliber, que supuso la incorporación de activos estratégicos como minas de arcilla. Por el momento, Pamesa no se plantea salir de compras «hasta que se digiera» esta adquisición. Y pese a los incrementos de costes ambientales, no tiene intención de producir en el extranjero. «Soy muy mayor para moverme», aseguró el presidente de Pamesa. Sobre Ucrania, el dueño de la azulejera indicó que el país es un «gran proveedor» de arcillas, por ello la compañía se prepara ahora para potenciar y poner en marcha sus propias minas.
Roig afirmó que, en busca de una producción más sostenible, Pamesa realizó una fuerte inversión en hidrógeno modulable en la empresa americana eCombustible. Esta energía, que se espera que esté funcionando en una planta piloto en Onda antes de final de año, permitirá producir de manera más limpia, sin emisiones de CO2, aseguró. «El objetivo es dejar de consumir en 2023 gas natural y sustituirlo por el hidrógeno», destacó Roig.
Fotovoltaica
En relación a las energías renovables, el grupo ha realizado un amplio proceso en sus factorías hasta alcanzar un uso predominante de la energía solar fotovoltaica para el suministro eléctrico en su proceso productivo, con una potencia instalada de 20,8 megavatios y un total de 112.921 metros cuadrados de cubiertas solares construidas, lo que equivale al suministro eléctrico de 4.670 viviendas.
Sobre los beneficios, Fernando Roig avanzó que no se destinará ninguna cantidad a dividendos, sino que irá todo a inversión con fondos propios, «sin ninguna subvención», ya que, puntualizó, «soy contrario a las subvenciones» y fiel a su política de «reinversión».
El presidente del grupo destacó que la compañía «cumple con el pago de todos sus impuestos», con un importe que en 2021 se situó en torno a 105 millones de euros.
Preguntado por las repercusiones derivadas de la crisis diplomática con Argelia, Fernando Roig puntualizó que Argelia supone como máximo un 1 % de las ventas y, aunque «no es fundamental» entre los más de 150 países en los que exporta la compañía, «toda piedra hace pared».
