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La subida de tipos y la inflación empiezan a frenar el ritmo de venta de viviendas

El coste de los pisos en la Comunitat Valenciana todavía está un 34 % por debajo del máximo alcanzado durante la burbuja inmobiliaria de hace 15 años

Pisos en construcción en el barrio de Benicalap de València. Germán Caballero

Los tasadores comienzan a detectar que el ciclo inmobiliario llega a su fin tras ocho años de subidas. El incremento de los tipos de interés y la inflación desbocada empiezan a enfriar el rimo de venta de viviendas. El precio de los pisos ha subido un 4,5 % en el último año en la Comunitat Valenciana y un 8,5 % en la capital del Túria, minando la capacidad de compra de las familias. En cualquier caso, el coste de los pisos en la Comunitat Valenciana todavía está un 34 % por debajo del máximo alcanzado durante la burbuja inmobiliaria de 2007.

A nivel nacional, el coste de la vivienda ha subido un 8,2 % interanual en el segundo semestre del año, aunque todavía está un 21 % por debajo de los máximos de los años del boom inmobiliario, según datos de la tasadora Tinsa. «Continuamos observando una demanda activa que se combina con una oferta limitada y tensiona los precios al alza, pese a que las cifras acumuladas de compraventas muestran una ligera desaceleración respecto al mismo periodo de 2021», apunta la directora del servicio de estudios de Tinsa, Cristina Arias. La política de incrementos de tipos de interés del Banco Central Europeo para contener la elevada inflación hace prever, en opinión de Arias, «un encarecimiento del nuevo crédito hipotecario que, dada la sensibilidad de la demanda de vivienda a variaciones en los tipos de interés, puede modificar las intenciones de compra de los hogares». Las inmobiliarias valencianas ya han comenzando a detectar la ralentización ante la escalada alcista del euríbor (que ha subido un punto en un mes y ha encarecido la cuota hipotecaria media de los préstamos a tipo variable en mil euros al año).

Endurecimiento

La tasadora Tinsa alerta de un posible endurecimiento de los criterios de concesión de los préstamos por parte de las entidades financieras (algunos bancos ya han dejado de ofrecer hipotecas fijas) ante un escenario de ralentización económica y de poder adquisitivo erosionado por la inflación. «El incremento progresivo de los tipos de interés puede derivar en una moderación gradual de la demanda de vivienda que desaceleraría el incremento de los precios», subraya Cristina Arias.

El precio de la vivienda se ha incrementado en las 17 comunidades autónomas y la ciudad de València es la cuarta capital española con mayor incremento (8,5 %) tras Teruel (11,4 %), Madrid (11,3 %) y San Sebastián (9,4 %). El coste de los pisos en la capital del Túria se ha incrementado un 43 % desde el cambio de ciclo, aunque todavía está un 28 % por debajo de los máximos alcanzados en 2008. Tinsa destaca que tres distritos de València que concentran obra nueva (Quatre Carreres, Rascanya y Campanar) mantienen un elevado dinamismo «con intensas variaciones (de precios) por encima del 10 %.

El esfuerzo para comprar una vivienda en València todavía ronda el 30 % de los ingresos familiares, en el límite de lo que se considera financieramente saludable.

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