La climatología juega un papel fundamental en la agricultura. En muchos casos, los cambios climáticos desestabilizan el ambiente de los cultivos y alteran la productividad de las plantas, sobre todo durante el verano.

Así pues, las olas de calor, las sequías y demás cambios ambientales propios del verano pueden producir graves consecuencias en los cultivos, mermando sus cosechas. Este fenómeno se conoce como estrés abiótico y, actualmente, está vinculado con el 50% de las pérdidas de rendimiento en las cosechas.

Cómo afecta el calor a los cultivos hortícolas

El estrés abiótico afecta al crecimiento y desarrollo que sufren las plantas por las altas temperaturas durante un tiempo prolongado. Son varias las consecuencias que el calor puede tener sobre los cultivos:

  • Estrés hídrico. El daño causado por elevadas temperaturas está comúnmente asociado con el estrés hídrico. Ocurre cuando la transpiración de agua excede el agua absorbida por las raíces.
  • Problemas en la fotosíntesis. A medida que aumenta la temperatura, aumenta la actividad fotosintética hasta llegar a un máximo (en torno a los 30 grados, según cultivo). Traspasada esa temperatura, la planta gasta más energía de la ingresa para hacer sus funciones fisiológicas.
  • Marchitamiento. La transpiración acentuada por altas temperaturas puede producir un marchitamiento temporal que puede llevar a la muerte de la planta.

Los agricultores deben controlar el estrés hídrico para proteger la calidad de su cosecha. ED

  • Color y calidad de los frutos. Los frutos de los cultivos hortícolas, sobre todo a partir de que toman su color característico, son muy sensibles a temperaturas elevadas. Por encima de los 35-40 grados es frecuente el ablandamiento y oscurecimiento de su interior. En otros casos provoca lesiones en la epidermis en forma de manchas o llagas, lo que provoca que se afee la fruta. Además, cuando el golpe de calor coincide con la maduración se puede producir una caída masiva de frutos por formación precoz de la capa de abscisión en los pedúnculos. En tomates, por ejemplo, el calor afecta tanto a la duración como al color del fruto, pues en la formación de pigmentos influye mucho la temperatura. Es recomendable que esté por debajo de 28 grados para que no se produzca decoloración en los frutos.
  • Mayor vulnerabilidad a la necrosis apical. La necrosis apical está asociada a la falta de calcio. Ante una situación de altas temperaturas y una elevada transpiración, el calcio, que se mueve en la planta con el flujo de agua, se desplaza hacia las zonas de mayor transpiración, las hojas, y no hacia los frutos, de forma que se produce una deficiencia de este elemento en estos últimos.

Para obtener una cosecha de productos hortícolas de calidad, los agricultores deben controlar y gestionar los efectos negativos de las altas temperaturas en los cultivos. Es importante, que durante el verano se aumente la frecuencia de riego o se recurra a técnicas como la nebulización o el sombreado en los invernaderos.

La nutrición y la bioestimulación también son importantes para mejorar la calidad, tanto a nivel organoléptico como nutricional, y aumentar el rendimiento de la cosecha.

Para qué sirven los bioestimulantes

En este sentido, durante los últimos años se ha producido una tendencia alcista en el uso de bioestimulantes en la agricultura, con el fin de mejorar el rendimiento de las cosechas.

El uso de bioestimulantes contribuye a aumentar el rendimiento y la calidad de las cosechas. ED

Estas sustancias tienen como objetivo estimular los procesos naturales y tratar el estrés abiótico en las plantas, a fin de mejorar sus características agronómicas. De este modo, se erige como un complemento en estrategias de protección y nutrición de los cultivos.

Stilo Hydro

Bioestimulantes diseñados para proteger y corregir el estrés hídrico y térmico de la planta como Stilo Hydro previenen la aparición de los efectos negativos del verano en los cultivos hortícolas, minimizando así las pérdidas en producción y calidad de la cosecha.

Sipcam Iberia es la primera compañía del sector que lanza un producto como Stilo Hydro, certificado en agricultura ecológica, para ayudar al agricultor ante los constantes cambios de temperaturas en las plantaciones hortícolas en general. 

Este bioestimulante demostró así ser una herramienta muy necesaria para el control y la gestión del estrés hídrico que sobre todo padece en verano.