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Pesca

Greenpeace la vuelve a tomar con la pesca gallega y roba las artes de dos palangreros

La organización corta la línea de anzuelos del 'Segundo Ribel', de A Guarda, y del 'Siempre Perla', de Burela | Los deja sin sus capturas pese a reconocer que faenaban de forma legal

Greenpeace la vuelve a tomar con la pesca gallega y roba las artes de dos palangreros. | Greenpeace

El Ameal, un palangrero guardés, se encontraba en junio de 2019 faenando de forma legal en alta mar cuando un barco se les aproximó. Era el Esperanza, de la asociación ecologista Greenpeace, que desplegó una de sus lanchas neumáticas para protestar frente al buque por pescar, hostigando a la embarcación. Aquella situación originó un fuerte rechazo en todo el sector pesquero y la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu), a la que pertenece el buque, tildó la maniobra de “auténtica vergüenza”. Esta semana, la ONG la volvió a tomar con dos barcos gallegos, pero en esta ocasión la maniobra fue a más. Greenpeace cortó parte de la línea de palangre (de la que cuelgan los anzuelos) y dejó sin sus capturas a dos embarcaciones gallegas que trabajaban de forma legal en el Atlántico norte. Eran el Siempre Perla, de Burela, y el Segundo Ribel, de nuevo de Orpagu, que ya ha anunciado una querella criminal contra Greenpeace por el robo.

Según informó la organización ecologista, en este caso la acción la llevó a cabo el buque Arctic SunriseLos activistas se apropiaron de parte de las artes de pesca de los palangreros. En concreto, retiraron 30,2 kilómetros de palangre y 286 anzuelos, de los que liberaron un tiburón azul y siete peces espada, además de otras especies marinas atrapadas en el sedal. “Lo que hemos encontrado evidencia los horrores de la pesquería industrial”, apuntó en un comunicado la responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace España, María José Caballero.

Sin embargo, la propia organización medioambientalista destaca en su texto que “la pesca con palangre, que consiste en un hilo largo del que cuelgan otros con anzuelos, es legal en el Atlántico Norte”, algo que también aplicar para uno de los barcos que trabajaban en un área marina protegida (AMP), la del Complejo de Montes Submarinos de Milne.

El robo, reconocido por la propia Greenpeace en su escrito, ha provocado la ira del sector del palangre, especialmente en Orpagu. “La organización no sólo se dirigirá a la Comisión Europea para pedir su amparo ante estos ataques sin fundamento”, recalca la flota guardesa, “sino que ya prepara una querella criminal, o el procedimiento que más se adecúe a este hecho delictivo, en cuya redacción ya está inmerso el equipo jurídico de la asociación”.

Reacciones

Como hizo en 2019, Orpagu critica que Greenpeace “realice este tipo de acciones contra la flota europea y no contra las embarcaciones que realmente practican pesca ilegal (IUU)”. De hecho, recuerdan que los palangreros españoles (como del resto de la UE) “están permanentemente monitorizados por la caja azul” y que en el caso particular de su flota “cuentan con observadores a bordo” y con un proyecto “en colaboración con el Gobierno de España y la Comisión Europea” para instalar cámaras a bordo.

“Ellos mismos reconocen que levantaron el aparejo y confiscaron capturas. Con nocturnidad y alevosía”, critica la gerente de Orpagu, Juana Parada, que recuerda que el Segundo Ribel es uno de los que tiene observador electrónico a bordo. “Ahora, con esta querella de por medio y con ellos reconociendo el robo, vamos a exigir a las autoridades que, si tocan puerto español, que haya consecuencias”, zanja Parada.

En términos similares se pronuncia la OPP-07, de Burela, a la que pertenece el Siempre Perla. “Desprestigia totalmente el espíritu democrático y de libertad que promueven los socios y colaboradores de esta organización ecologista”, expresan en un comunicado. “Se pone a la altura de las actuaciones de grupos de ‘piratas’ organizados que atentan en alta mar”, resumen.

Solo el comienzo

El gerente, Sergio López, cree que “esto es solo el inicio”. “Seguro que seguirán con más acciones en los próximos días”, lamenta el dirigente, en relación a la persecución desde hace varios años con la pesca de tiburón por parte de barcos de España y Portugal y que puede tener su punto álgido en noviembre si la tintorera es finalmente incluida en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), lo que supondría mayores trabas para la pesca y venta de la especie.

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