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Nadia Calviño: "Las acciones en marcha están reduciendo el alza de los precios en más de tres puntos y medio"

La gallega asegura que la política energética que ha emprendido España «está inspirando la respuesta europea» al respecto

Nadia Calviño sonríe con la ría de Vigo de fondo. | ALBA VILLAR

Nadia Calviño (A Coruña, 1968) recupera energías en su Galicia natal antes de retomar la agenda política, en un otoño que se prevé complejo para la economía europea.

En la entrevista con este diario de hace un año hablaba aún en «términos pandémicos», por la siguiente ola. Desde entonces, guerra, inflación, crisis energética… ¿No hay respiro?

Es verdad que después de dos años tan duros, marcados por la pandemia, que afortunadamente vemos de otra manera gracias a las vacunas, nos ha golpeado otra catástrofe como es el ataque de Rusia contra Ucrania. Es un shock que requiere de una respuesta diferente, pero con la misma determinación, rotundidad y solidaridad a nivel europeo.

Sacar a la gente adelante.

Sacar a la gente, al país, a Europa adelante, amortiguar el impacto negativo. También asegurar un reparto justo del coste de la guerra y que la economía siga creando empleo y creciendo en esta senda de recuperación fuerte en la que estamos desde el año pasado.

Esa senda se está viendo truncada por la inflación. El INE acaba de confirmar el IPC más alto desde 1984, ¿las «curvas» a las que aludía recientemente?

En el último año los precios han aumentado significativamente por causa del alza de la energía y las materias primas en el ámbito internacional, sobre todo en el mes de marzo, cuando estalló la guerra, y con un repunte en junio, cuando Putin decidió recortar significativamente el suministro de gas y petróleo a Europa. En julio ya vemos una bajada, con respecto al mes anterior, y hay algunas señales positivas como la bajada de los precios de los carburantes. En todo caso, estamos en un momento de enorme incertidumbre y con Putin debemos prepararnos para lo peor.

En abril dijo que se había alcanzado el pico de la inflación y que no llegaría al 10%.

De hecho, el aumento mayor de los precios se dio efectivamente en marzo. La evolución de los precios depende fundamentalmente de cómo evolucionan la energía y materias primas en los mercados internacionales. Desafortunadamente son factores sobre los que no tenemos control, pero sí podemos tomar medidas para tratar de amortiguar el impacto sobre las familias y empresas españolas. Y es lo que estamos haciendo con los dos paquetes de medidas que hemos adoptado, que ya están siendo muy eficaces para frenar el alza de los precios. Nuestra estimación es que están reduciendo el alza de los precios en más de tres puntos y medio. Es lo que tenemos que seguir haciendo, actuando con determinación, solidaridad con los países europeos que están más expuestos, y tratando de anticiparnos a lo que pueda suceder.

¿Hasta cuándo prevén alargar las medidas anticrisis?

Por el momento tenemos medidas de aquí a final de año. En un entorno de tanta incertidumbre lo aconsejable es ir adaptándolas a la evolución de la situación. Es lo que hicimos con la pandemia, con medidas que han sido muy eficaces y han ido evolucionando desde marzo de 2020 hasta este pasado mes de junio. Creo que es lo que tenemos que seguir haciendo, actuando con eficacia, rapidez, pero también con flexibilidad para adaptarnos a las circunstancias.

Varias comunidades han tomado la decisión de bajar el IRPF como medida de alivio, ¿lo ve efectivo?

Todas las medidas que adoptemos tienen que enfocarse a un objetivo prioritario, que es frenar la inflación. A nivel nacional el Gobierno ya ha adoptado medidas por 30.000 millones de euros que incluyen bajadas de impuestos muy significativas, sobre la energía y la bonificación de los carburantes, que tiene el mismo impacto. Hemos tomado medidas muy contundentes para apoyar las rentas de las familias, a las clases medias y trabajadoras, en otoño se va a bonificar además el 100% del transporte público de cercanías… Acciones que van de forma inmediata al bolsillo del contribuyente.

El PP insiste en bajar impuestos, ¿coincide con esta visión?

En este momento hay que tomar medidas que ayuden a contener el alza de los precios. Tiene que ser la prioridad, que sean eficaces ahora, no bajadas de impuestos para dentro de un año.

¿Ve factible volver a subir el SMI como plantea Trabajo?

Nuestro compromiso es que el SMI llegue al 60% del salario medio el año que viene y yo espero que en otoño tengamos un acuerdo con los agentes sociales en este sentido.

¿Confía en un acuerdo con la patronal?

Eso espero.

¿Cree que la paz social se puede ver afectada por este clima a nivel internacional, con la energía o la inflación?

Precisamente en este entorno de incertidumbre y con una agresión externa, es todavía más importante que estemos unidos. Espero que cuanto antes se reanude el diálogo son los agentes sociales de cara a un pacto de rentas, que tiene que incorporar el alza del SMI, la evolución de los salarios de los funcionarios y del conjunto de la economía… Todos los elementos que puedan dar estabilidad y confianza a los empresarios, trabajadores y al conjunto de los ciudadanos.

Decía hace pocos días, valorando el dato del paro, que hay una «ralentización del mercado de trabajo». ¿Se fijan algún objetivo concreto de aquí a final de año?

El mercado de trabajo ha tenido un comportamiento extraordinario en la primera parte del año. Tenemos más de un millón de ocupados más con contrato indefinido en el último año. Estamos viendo datos muy esperanzadores, como la bajada del paro juvenil y del número de jóvenes que ni trabajan ni estudian, que están ambos en mínimos históricos. También está el alza de los empleos indefinidos, con casi uno de cada dos contratos. En el mes de julio hubo una cierta ralentización respecto a los datos extraordinarios de los meses anteriores, en parte porque el sector turístico adelantó las contrataciones a la primavera, pero incluso en este mes hubo 145.000 empleos indefinidos suscritos en un mes en el que habitualmente se reducen en 100.000. Son muchos los elementos que indican un cambio estructural en el mercado de trabajo que nos debe dar más estabilidad, robustez y resistencia.

¿Optimismo?

No, realismo. En cada momento hay siempre elementos positivos y negativos y creo que es muy importante verlos todos. Tenemos que ser muy conscientes de los riesgos, de que estamos en un momento de enorme incertidumbre, y que en el caso de Putin la experiencia nos dice que hay que prepararse para lo peor. Y es lo que estamos haciendo, adoptar medidas para estar lo mejor preparados ante lo que pueda venir. Y apoyarnos en los elementos positivos, que son muchos y nos tienen que dar esperanza y confianza de cara al futuro.

Los datos positivos y los buenos ojos con los que nos ven desde Bruselas, ¿cree que no se aprecian tanto en España?

Uno a veces se sorprende al comparar la visión exterior sobre nuestro país, que es muy positiva, y la que se transmite en el ámbito interno. España es un ejemplo positivo en muchos sentidos, incluyendo la gestión energética. El presidente Sánchez ha tenido un papel muy importante, y yo misma, en la respuesta europea a la pandemia en clave socialdemócrata y en el Plan de Recuperación, ese programa de inversiones y reformas sin precedentes para nuestro país. España es el país más avanzado en el despliegue de esas reformas y la Comisión Europea lo resalta constantemente. Es cierto que tenemos un país con una cierta tendencia a no creerse las cosas positivas; tenemos que tener más autoestima y más seguridad en nosotros mismos.

¿Se esperaba verse aplicando el plan de ahorro energético?

La vicepresidenta Ribera y yo fuimos las primeras en dar la señal de alarma en Europa con respecto al alza de los precios de la energía. Ahora sabemos que Putin ya estaba preparando el ataque, reduciendo las reservas energéticas para debilitar a la UE. Ya hace un año que dimos esa señal de alarma y empezamos a pedir que se adoptasen medidas que, en aquel momento, parecían disruptivas y, sin embargo, ahora se han puesto en marcha y se han demostrado muy eficaces. Por ejemplo, el tope al gas está permitiendo que España tenga unos precios mayoristas muy por debajo de Francia, Alemania o Italia y nos protege en los próximos meses en este contexto de posibles alzas. En general, creo que la política energética española está inspirando la respuesta europea. España tiene una voz muy respetada en el ámbito internacional.

¿Cómo de importante será la construcción de un gasoducto a través de los Pirineos?

Igual que los otros países fueron solidarios con España al ser uno de los más golpeados por la pandemia, nosotros tenemos que serlo con otros países europeos que en este momento son más vulnerables y se enfrentan a posibles rupturas de suministro de gas. Todo lo que sea reforzar la capacidad de interconexión es positivo para que España pueda convertirse en una especie de centro logístico para suministrar gas y electricidad por distintas vías al resto de los países y contribuir así a la autonomía estratégica de Europa.

España está en una buena posición.

Sí, por muchas razones. El plan acordado con Europa tiene tres ejes principales: eficiencia energética, diversificación del suministro y aceleración del despliegue de energías renovables. Nuestro plan de contingencia va en las tres direcciones. España está bien posicionada y es el momento de actuar unidos, por eso no entiendo actitudes insolidarias que no entienden que esto es lo correcto y lo acordado con los socios europeos.

¿Se refiere a la oposición?

En las situaciones difíciles es cuando se ve el calibre de las personas y este es el momento de estar a la altura de las circunstancias. A mí me da la sensación que desde que el señor Feijóo dejó la Xunta se ha alineado con la posición más extrema del PP, con la actitud destructiva y negacionista. Confío que salgan del rincón del «no» y que se den cuenta de que es el momento de ayudar, arrimar el hombro y ser solidarios, y no de responder a todas las propuestas y acciones del Gobierno con una bronca.

¿Cómo valora las quejas de las eléctricas y la banca ante los nuevos impuestos?

Es el momento de arrimar el hombro y que creo que es de sentido común que aquellos sectores que se ven menos afectados por el alza de los costes y, sin embargo, pueden tener beneficios extraordinarios, pues tienen que contribuir a financiar las medidas de apoyo al conjunto de la sociedad. Se trata de tener un reparto justo del coste de la guerra. Entiendo que las empresas defiendan sus intereses; entiendo menos que haya partidos políticos que lo hagan también.

¿Qué mensaje le daría a la población que hoy vive preocupada por llenar el carro de la compra y pagar sus facturas?

En estos últimos dos años hemos tenido que enfrentarnos a situaciones muy complejas, pero tenemos que tener confianza en nosotros mismos y esperanza de cara al futuro. Los retos son muy importantes, pero hemos conseguido responder bien a la pandemia y estamos tomando las medidas adecuadas para responder también al reto de la guerra. Así tenemos que seguir actuando, con determinación, unidad y solidaridad, porque juntos somos más fuertes.

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