El Campello es una pequeña ciudad a 13 kilómetros de Alicante. Con cerca de 29.000 habitantes, la población se multiplica exponencialmente los meses de verano, dado que la localidad dispone de playas de gran calidad y es una de las preferidas por los alicantinos de la capital para disfrutar de la tranquilidad. Pero lo que no mucha gente sabe es que El Campello constituye, también, la cuna de la acuicultura nacional: junto a Barbate, en Cádiz, se disputa el honor de contar con los yacimientos acuícolas más antiguos. Los Baños de la Reina provienen de la época romana y generan un gran interés turístico en la localidad, donde cientos de personas acuden cada día a practicar snorkel y buceo en sus piscinas. 

Del pasado, al futuro, como siempre, porque es difícil avanzar sin saber de dónde venimos. Tenía que ser ahí, en El Campello -al igual que en otras localidades costeras mediterráneas, como San Pedro del Pinatar (Región de Murcia)-, donde la acuicultura se convirtiera en un motor importantísimo para el empleo y desarrollo económico de la zona. La Generalitat es consciente de esta potencialidad y ha apoyado a las empresas ubicadas en El Campello. También la consellera de Agricultura y Transición Ecológica, Mireia Mollà, ha visitado recientemente las instalaciones ubicadas en la localidad para poner en valor que cumplen con todos los requisitos de sostenibilidad. 

Los viveros de El Campello pueden producir unas 5.000 toneladas de dorada, lubina y corvina y dan empleo a decenas de personas del pueblo. “Es muy importante que empresas como esta vengan a instalarse en nuestro entorno”, dijo en su momento la consellera. También destacó la gran apuesta de la empresa productora por la tecnología “para cumplir con todos los requisitos ambientales y de sostenibilidad". A propósito de estos avances técnicos, el responsable de Sostenibilidad de la empresa, Eduardo Soler, destacó los punteros sistemas tecnológicos que controlan y monitorizan todo el proceso de cría. Es precisamente esta tecnología la que afianza el puesto de liderazgo nacional y europeo de la acuicultura valenciana.

A la vanguardia en investigación

Las empresas valencianas del sector se lo toman muy en serio. Esta excelencia ha permitido que la Comunitat se encuentre a la cabeza de la producción acuícola en España en varios aspectos. En 2020, de hecho, fue la primera productora de dorada, con casi 2.700 toneladas, según datos anuales de la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (Apromar). También capitanea la producción nacional de corvina y, en 2019, generó en total 15.000 toneladas de peces marinos, más que ninguna otra autonomía española. Y eso, en un país como España, que está a la cabeza de Europa, es mucho decir. ¿Cómo se consigue este liderazgo? Con buena relación entre las administraciones públicas y las direcciones de las empresas, además de una apuesta decidida por la calidad a través de los avances tecnológicos.

Los viveros de El Campello pueden producir unas 5.000 toneladas de dorada, lubina y corvina y dan empleo a decenas de personas del pueblo.

“Siempre se exige un plan de vigilancia para determinar si la actividad puede dañar o no el medio ambiente, y posteriormente de un plan de vigilancia ambiental para garantizar que durante su operación no se impacta negativamente sobre el entorno, así que las empresas son las principales interesadas en funcionar de la manera menos lesiva”, explica Aurelio Ortega, jefe de Acuicultura del Instituto Español de Oceanografía. “También se buscan protocolos para el bienestar de los peces y se está empezando a aplicar la inteligencia artificial para mejorar los procedimientos y detectar cualquier problema en el cultivo”, añade el investigador del CSIC. Con todo, cree que en el futuro habrá mejores condiciones de cultivo para prevenir las enfermedades y que se usarán “mejores vacunas para los peces”. En la Comunitat hay sitios especializados en I+D, como el Centro de Investigación Marina de Santa Pola (Cimar), también en Alicante, donde ya se trabaja en ello. 

La Comunitat Valenciana es líder nacional en producción dorada y corvina, en un país como España, que es el mayor productor europeo de acuicultura

En este sentido, Ortega hace referencia a otra cuestión que centra la atención en la acuicultura: los piensos. “Cada vez se emplean más cámaras, sensores o inteligencia artificial para comprobar que los peces se comen todo y, de este modo, minimizar el impacto ambiental y maximizar la producción”, explica el experto. Los últimos trabajos también buscan “fuentes alternativas de proteínas” para los piensos, a fin de reducir, aún más, la huella de carbono de los viveros. Ya es más baja que la de otros tipos de ganaderías, sobre todo la bovina, pero también que la de cerdos o pollos. Por otra parte, la acuicultura hace una utilización muy adecuada de los recursos hídricos, incluido cuando se realiza en los ríos, porque los peces no consumen agua.

Así las cosas, el futuro que dibuja la acuicultura, aunque no está exento de retos, se perfila prometedor. Sobre todo, en la Comunitat Valenciana, como demuestra la apertura de nuevas instalaciones en Sagunto y El Campello en 2022. Todo ello, junto con los trabajos de investigación y desarrollo, juega un papel fundamental en la lucha contra la pobreza en el mundo y el cambio climático. Es la propia FAO la que reconoce, en su último informe mundial sobre el estado mundial de la pesca y la acuicultura (Sofia, por sus siglas en inglés), que la acuicultura es sostenible y goza de “un gran potencial para alimentar y nutrir a la creciente población mundial”. Y en ese esquema de las cosas, la Comunitat Valenciana tiene mucho que decir.