Aguas de Valencia rozó el año pasado los cien millones de euros, en concreto, 99,6, ligeramente por debajo de los 101,4 millones que obtuvo en el ejercicio precedente, según el informe de gestión de las cuentas de la compañía depositado en el Registro Mercantil, en el que deja constancia de que los beneficios se situaron en 23,3 millones de euros, frente a los 25,6 de 2020, y que la cifra de clientes subió un 1,5 % y alcanzó los 341.149.

La compañía, cabecera del grupo Global Omnium, explica que en la evolución de su facturación ha influido el ligero incremento de la venta de agua por el aumento del número de abonados y, por tanto, de la facturación de metros cúbicos. Otro factor es que los ingresos por saneamiento y depuración se han recortado porque la sociedad ha reducido sus ingresos por la gestión de estaciones depuradoras, principalmente la de Pinedo, que ha pasado a ser gestionada por otra firma del grupo y que en 2020 aportó 621.000 euros.

Con una plantilla de 287 trabajadores, la compañía prevé mantener los resultados de explotación en 2022 gracias a una contención de los gastos. No obstante, advierte de que «la evolución del precio de la energía eléctrica así como los problemas de suministros de otros materiales como productos y materias primas están motivando un mayor coste del servicio».

Pese a estas incertidumbres, los administradores de la sociedad esperan que el beneficio de este año sea similar al de 2021. La compañía, que forma parte de Fomento Urbano de Castelló, repartirá un dividendo de 23,2 millones.