El expresidente José María Aznar considera que España necesita darle un repaso a su sistema fiscal. Una reforma en pos de un marco tributario "eficiente y no asfixiante". Dos características que a su juicio no reúnen las medidas impositivas del Gobierno de Pedro Sánchez. Más bien al contrario. Con una inflación en los dos dígitos –10%–, quien fuera presidente del Gobierno de España entre 1996 y 2004 lamenta que el Ministerio de Hacienda aún no haya deflactado impuestos, lo que en modo alguno significa bajarlos, sino ajustarlos al actual escenario inflacionista. Pero Aznar no solo censuró este martes al Ejecutivo de PSOE y Podemos por lo que no ha hecho –deflactar tributos–, sino también por lo que sí ha hecho o parece dispuesto a hacer: implantar un impuesto a los ricos que, argumentó, no es más que un nuevo impuesto sobre el patrimonio. Si hay algo inoportuno en estos momentos –agregó– es precisamente ese nuevo tributo que ya se cocina en el Ministerio de Hacienda. "Lo único que no necesitamos ahora es un impuesto sobre el patrimonio", sentenció el histórico dirigente del PP.

El exjefe del Ejecutivo estatal ve "insostenible" el actual sistema de pensiones

José María Aznar fue el protagonista de la segunda edición del Foro JH Asesores Financieros y Bancarios, un encuentro organizado por el despacho homónimo fundado por Jorge Hodgson, quien el pasado abril recibió el premio de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) al empresario autónomo del año. El expresidente del Gobierno expuso que en los actuales tiempos de "deglobalización", España necesita un gran pacto político para el medio plazo –"diez años"– con el objetivo de "afianzar la economíaÇ". Una suerte de pacto por la estabilidad económica del país con el compromiso de cuatro reformas: fiscal, laboral, de pensiones y educativa.

José María Aznar, ayer en un instante de su discurso en la segunda edición del Foro JH Asesores Financieros y Bancarios. E.D.

Gobierno: "La medida económica más importante para España es el cambio político"

En cuanto a la educación, Aznar lamentó ante el auditorio del salón de actos del Hotel Europe Villa Cortés –donde no quedó ni un solo asiento vacío– que las últimas decisiones del Ejecutivo estatal en la materia no promocionen la excelencia, sino que, muy al contrario, persigan «consolidar la mediocridad». Se refería así el expresidente del PP a decisiones como la de permitir que los alumnos pasen de curso con independencia de cuántos suspensos tengan. En lo laboral, Aznar hizo hincapié –al margen de recordar que la pretendida reforma del actual Gobierno en el fondo no fue tal por cuanto el grueso de la ley de 2012 sigue en pie– en que es imprescindible "darles mayor movilidad a las relaciones laborales". No aclaró, eso sí, qué significa para él esa mayor movilidad. Respecto de las pensiones, el que fuera presidente del PP de 1990 a 2004 se mostró tajante: el actual sistema es inviable. "El sistema de pensiones es insostenible, esto es así, y es algo que hay que afrontar con todas sus consecuencias", subrayó. En este sentido, Aznar recordó el "error garrafal" que cometió el gabinete de Pedro Sánchez al volver a indexar las pensiones al Índice de Precios de Consumo (IPC), esto es, a la inflación. El Gobierno suprimió los mecanismos correctores y decidió que las pagas de los jubilados se revalorizasen a partir de este año en la medida en que se incremente el IPC. Con la inflación en el 10%, el porcentaje en que subirán las pensiones será histórico, un aumento extraordinario que choca frontalmente con el pacto de rentas que el Ejecutivo viene pidiendo a patronal y sindicatos. Justo ayer se supo que el gasto en pensiones batía un nuevo récord.

Aznar cree que el papel histórico del rey emérito pesa más que las "otras circunstancias"

Con todo, la cuestión fiscal fue en la que más se detuvo Aznar. Más allá de discutir sobre un impuesto en concreto, el expresidente cree que en un escenario tan complejo como el actual urge una ambiciosa reforma dentro de ese pacto más amplio por la economía. El problema, ahondó, es que no se dan las condiciones políticas ni para ese gran pacto económico ni, por tanto, para la en su opinión necesaria reforma fiscal o tributaria. En este sentido, Aznar sacó a colación dos asuntos de actualidad en los que el ideario liberal –ese que asume el PP– se opone de plano a la postura del actual Gobierno: el impuesto a los ricos y la deflactación de tributos.

José María Aznar: "Necesitamos una reforma fiscal eficiente y no asfixiante".

Sobre esto último, el exjefe del Ejecutivo central afirmó que si la Administración pública no deflacta impuestos, es decir, no los ajusta a la inflación –en el caso del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas basta con elevar los tramos de ingresos en la medida en que ha subido el coste de vida para limar los efectos de la ola inflacionaria–, el contribuyente acaba sufriendo una suerte de doble imposición. "Se está sometiendo al ciudadano a un doble impuesto; el Gobierno se queda con algo que no es suyo en perjuicio, sobre todo, de las rentas medias y bajas", insistió Aznar, que al hilo de esto recordó cómo la clase media europea ha menguado en los últimos años y hasta qué punto este deterioro ha sido el detonante del auge de la extrema derecha. Por eso, lejos de censurar la competencia fiscal entre Comunidades Autónomas, el expresidente animó esta especie de rivalidad, entre otras cosas porque en el fondo no hay una competencia interautonómica, apuntó, sino entre Madrid y Andalucía. "Esa competencia fiscal es la que tiene negro al Gobierno, porque piensan que pierden el control y puede verse que lo que ellos hacen no es lo mejor". En cuanto al impuesto a los ricos, dijo que la cuestión no está en que los ricos deban pagar más –una obviedad–, sino en que un gobierno debe tomar las mejores decisiones en cada momento para su economía, y Aznar no cree que ese nuevo tributo sea la mejor decisión.

Fiscalidad: "Lo único que no necesitamos ahora es un impuesto sobre el patrimonio"

José María Aznar

Política y monarquía

En lo sociopolítico, y más en concreto sobre ese auge de la extrema derecha en Europa, el expresidente puntualizó que en España el radicalismo no está tanto en la derecha como en la izquierda. De hecho señaló directamente al PSOE: "El radicalismo de izquierda del Partido Socialista es alarmante y preocupante". Es más, Aznar aseguró que la mejor medida económica para el país sería el "cambio político" y se mostró preocupado por los 14 meses que aún le restan a la actual legislatura. "Una eternidad y media" que atemoriza al expresidente porque el Gobierno puede, enfatizó, "embarrar la situación de manera irremediable con más medidas populistas y más gasto estructural".

Política: "El radicalismo de izquierda del Partido Socialista es alarmante y preocupante"

Preguntado por el periodista Gonzalo Castañeda por la monarquía, Aznar puso énfasis en que "sin monarquía, no hay Constitución", y precisamente por eso "la izquierda radical quiere tumbarla, porque tumbaría la Constitución". El conferenciante alabó el papel de Felipe VI y, sobre su padre, el emérito Juan Carlos I –envuelto en una serie de polémicas desde antes de su abdicación–, dijo que fue alguien "indispensable para traer el sistema democrático y de valores a España", y esto "pesa mucho más que otras circunstancias".