Si hay una característica que ha ilustrado tradicionalmente a la economía valenciana cuando ha mirado hacia los mercados exteriores esa ha sido la de ser una autonomía exportadora, cuyas ventas foráneas superaban por lo general ampliamente la de las importaciones. Esta ha sido una constante desde la Gran Recesión, concretamente desde que en 2011 la balanza fuera negativa en 393 millones. Pero el balance comercial de agosto ofrecido este martes por la Dirección Territorial de Comercio de la Comunitat Valenciana, relativo al acumulado de los ocho primeros meses de este 2022, deja patente una circunstancia: el saldo comercial valenciano vuelve a ser negativo. En concreto, la autonomía presenta un déficit de 48,2 millones de euros marcada especialmente por los 2.220 millones de diferencia negativa que se anota en los datos de la provincia de Valencia.
Como mejor muestra de este giro, hasta agosto del año pasado, el territorio valenciano registraba 2.223 millones de euros de superávit comercial. En el primer año de pandemia, este era incluso mayor (2.255 millones) y en 2016, récord en este registro, las exportaciones de las empresas valencianas superaban en más de 3.330 millones de euros el valor de las importaciones. Sin embargo, en ninguno de ellos se dio un cóctel económico devastador como el que se está dando a lo largo de este curso: una subida de precios que ha disparado los costes de las importaciones y una necesidad energética lastrada gravemente por la guerra de Ucrania y sus consecuencias.
Con estos factores, el auge del 41,8 % hasta los 26.395 millones de euros que han representado las compras en el extranjero -especialmente en el petróleo y sus derivados, que han crecido un 84,9 % en este periodo hasta suponer un coste de 2.978 millones de euros- han hecho inútil la subida de las exportaciones, que habían mejorado también un 26,5 % en los ocho primeros meses del ejercicio hasta los 26.347 millones de euros.
La situación en agosto
Por otro lado, en referencia únicamente a los datos mensuales de agosto, un aumento de las importaciones de más del 40 % provocó que el saldo valenciano se desplomara también hasta sufrir una pérdida de 429 millones de euros. En concreto, el importe total de las compras en el exterior ascendió en este mes a los 3.158 millones, lideradas como pasó en el acumulado anual por las de petróleo y sus derivados, que se incrementaron un 67,9 % respecto a agosto del pasado año, representando así la partida económica más alta de todas las presentes con 451 millones de euros.
A este crecimiento se sumó el impacto al alza de la importación de bienes de equipo (64,3 %) o el del sector del automóvil (+62 %), que experimentó una subida del 53,4 % (hasta los 134,6 millones de euros) en los componentes para los vehículos -en medio de una crisis que ha obligado a paralizar varios días de producción en Ford Almussafes- y del 71,4 % (137,1 millones) en la compra en el exterior de automóviles y motos, que se ha visto acrecentada tras una caída de la oferta tanto en coches nuevos como usados en los últimos meses.
La cerámica y los químicos, al frente
Respecto a las exportaciones, que supusieron 2.728 millones de euros, los mayores incrementos interanuales se detectaron en la venta de productos energéticos (148,8 %) y de materias primas (62,4 %). Sin embargo, estas siguen sin ser los principales focos económicos de las exportaciones, que encabezaron por volumen de negocio las semifacturas no químicas (471,6 millones, de los cuales casi tres tercios los ocupan los productos cerámicos); los productos químicos (423 millones) y los bienes de equipo (403 millones).
