La multinacional abandonará el emblemático Fiesta en junio de 2023
El modelo, que ahora se produce en Colonia, fue un motor para la planta de Almussafes hasta 2012

Así era el primer modelo del mítico Ford Fiesta de 1976. / Daniel Tortajada

Ninguno de los vehículos eléctricos puros que Ford ponga en el mercado dará continuación al emblemático Fiesta. La multinacional, dentro de su camino a la electrificación, prescindirá desde finales de junio de 2023 del modelo que actualmente tenía su fabricación en la planta alemana de Colonia. El final de un icono cuya historia comenzó en Almussafes.
No en vano, fue el primer modelo con el que la planta valenciana inició su producción en octubre de 1976, lugar en el que se mantuvo durante buena parte de las décadas siguientes hasta que en 2012 voló rumbo a Alemania, siendo sustituido en la planta valenciana por el C-Max –que se movería dos años después a Saarlouis (Alemania) tras el cierre de la fábrica belga de Genk– y los dos puntales actuales de la factoría de Almussafes: la furgoneta Transit Connect y el Kuga.
El adiós definitivo
Martin Sander, jefe de la división eléctrica de la firma del óvalo en Europa, ya aseguraba ayer en su cuenta de Twitter que «es hora de decir adiós al pequeño coche que nos ha tocado a todos». «Gracias por todos los recuerdos», añadía sobre el final de la producción de un coche durante décadas exitoso que en los últimos tiempos ha visto como sus ventas caían en picado –hasta agosto se reducían un 45 % respecto al mismo periodo de 2021, con 38.911 unidades vendidas en el Viejo Continente– mientras crecía la importancia de un Vehículo Utilitario Deportivo (SUV por sus siglas en inglés) de pequeño tamaño como el Puma, cuyo éxito va al alza.