Desde que estallara la guerra en Ucrania hace más de ocho meses, una acción tan cotidiana como llenar el depósito se ha convertido en un reto para los bolsillos. Con amplias crecidas, que obligaron al Gobierno a aplicar un descuento de 20 céntimos por litro desde abril, los precios de los combustibles han sufrido una escalada disparada, llegando el pasado junio a alcanzar cotas superiores a los dos euros por litro tanto en la gasolina como en el diésel. Con la llegada del final del verano, la tendencia parecía mejorar y dar un necesario respiro. Y así era hasta que octubre ha acabado finalmente con tres meses con el coste a la baja.
Según los datos ofrecidos por el Ministerio de Transición Ecológica correspondientes a las estaciones de la Comunitat Valenciana, el precio de cada litro de gasolina se encareció de media casi siete céntimos entre el 1 y el 31 de octubre, pasando del 1,687 euros/litro a 1,753 (un 3,91 % más). Este incremento contrasta con la situación que se dio durante los meses de septiembre (bajada de un 6,02 % en el coste), agosto (-5,62 %) y julio (-10 %) y vuelve a las subidas mensuales que se habían acabado en junio, que cerró cercano al pico máximo, con 2,122 euros/litro y subiendo respecto al inicio del mes más de un 5,3 %.
Pero todavía más grave ha resultado el golpe para aquellos que necesitan gasóleo para sus vehículos. En concreto, su precio ha aumentado en 15 céntimos por litro (un 8,5 %), pasando de 1,814 euros a rozar de nuevo la barrera de los dos euros (1,969). En este caso, eso sí, la última vez que un mes acabó con una subida en el diésel fue el de agosto, cuando este se encareció ligeramente (un 1,85 %) hasta quedarse al final en los 1,924 euros/litro.
Con estas cifras y pese a la ayuda del Ejecutivo central -que a partir del 31 de diciembre no tiene su continuidad garantizada-, echar 50 litros de gasolina al depósito cuesta en la actualidad 77,65 euros, tres euros más que hace un mes (74,35). En el caso del diésel, la subida resulta aún más significativa, ya que llenar 50 litros se ha encarecido en casi ocho euros desde los 80,7 con los que comenzó el mes y ya vuelve a rozar los 90 euros (88,45 euros).
El contexto internacional
Estos registros vienen marcados por la decisión el 5 de octubre de la OPEP+ (formada por los principales exportadores de petróleo y aliados) de recortar en dos millones de barriles diarios la producción del crudo -ahora el barril de Brent se sitúa alrededor de los 95 dólares, cuando a inicios de octubre rondaba los 87- y a las puertas de un invierno duro para Europa.
No en vano, este diciembre la inmensa mayoría de países de la UE no podrán importar más petróleo ruso como parte de las sanciones aplicadas a Moscú por la invasión. Esta circunstancia está obligando a las refinerías europeas a asegurar sus suministros de petróleo desde otras fuentes para evitar una escasez de gasóleo, un combustible que con la llegada del invierno aumenta su demanda al ser utilizado para algunas calefacciones.
A esta realidad complicada se sumarían los problemas en el combustible que también se estarían dando en Estados Unidos, país que según adelantó esta semana Bloomberg solo tendría ahora mismo reservas de suministro de diésel para 25 días.
