Cada día, la población urbana aumenta en 180.000 personas en todo el mundo y se estima que, antes de 2050, el 70 % de la población mundial vivirá en una ciudad. Así pues, es fundamental encontrar una solución para hacer frente al actual proceso de urbanización y gestionar de forma eficaz y sostenible el consumo en las urbes, que actualmente supone el 70 % de las emisiones de carbono y el 60 % del uso de recursos mundiales.
En este sentido, los fondos europeos para la recuperación pueden jugar un papel determinante, contribuyendo a impulsar proyectos públicos que permitan avanzar hacia ciudades más inteligentes y que, sin estas ayudas, no serían viables económicamente para muchos municipios.
Este asunto centró el debate en el encuentro informativo organizado el pasado martes por Levante-EMV, con la colaboración de Signify, y que estuvo moderado por Silvia Tomás, directora de Relaciones Institucionales de Prensa Ibérica en València. La jornada, que llevaba por título ‘La oportunidad de los Fondos Europeos: ciudades verdes y digitales, la clave para un turismo inteligente’, contó con la participación de Sergi Campillo, vicealcalde de València; Antonio Pérez, alcalde de Benidorm; Mercedes Galí, alcaldesa de Almassora; Josep Manel Martínez, presidente y director general de Signify España y Portugal; y Antonio Ramírez, delegado del área Levante SICE.
Fondos europeos
Los ponentes coincidieron en apuntar que la llegada de los fondos europeos supone «una oportunidad histórica» para acometer las políticas públicas que permitan a las ciudades iniciar una transición hacia un modelo más eficaz y sostenible. «Tenemos la voluntad política, la tecnología y los recursos en forma de fondos europeos», recordó Josep Manel Martínez.
«La ejecución de las ayudas es un reto mayúsculo, pero nos permite invertir y mover la economía para poder sostener la estructura de nuestros países», explicó Sergi Campillo, quien advirtió del riesgo de colapso económico que hubo tras la pandemia. Además, el vicealcalde de València enalteció la labor de la Administración Pública para «sostener la economía» tras la última crisis derivada de la guerra en Ucrania.
Por su parte, el alcalde de Benidorm, Antonio Pérez, destacó la oportunidad que estos fondos suponen para el municipalismo. «Cualquier ayuda que conseguimos de Europa nos permite anticipar lo que, con recursos propios, no podríamos hacer», dijo. Asimismo, también señaló la responsabilidad de los ayuntamientos para ejecutar los proyectos lo más rápido posible: «Difícilmente llegaremos a tiempo, pero haremos el esfuerzo».
Para Almassora, estos fondos han supuesto «una oportunidad que no quisimos dejar pasar». Según la alcaldesa del municipio, Mercedes Galí, los 5 millones de euros aportados por Europa han permitido —junto con otra inversión de 5 millones de euros de fondos propios— impulsar proyectos que, de otro modo, no habrían sido posibles. «Hemos cambiado la luminaria de todo el municipio en una sola legislatura», destacó Galí, quien reconoció que, sin estas aportaciones, «habría costado 15 años».
De este modo, la llegada de este paquete de ayudas europeas va a permitir dotar a los municipios valencianos de sistemas tecnológicos que puedan mejorar la eficiencia, sostenibilidad y movilidad de las ciudades. Pese a todo, el delegado del área Levante SICE, Antonio Ramírez, advirtió que «ha venido mucho dinero y todo de golpe», lo que dificultará la capacidad de muchos municipios para «ejecutar los proyectos en los tiempos y condiciones solicitadas».
Eficiencia energética
Las ciudades son las responsables de la mayor parte del consumo energético a nivel mundial. «Tenemos que entender dónde se está jugando la batalla contra el cambio climático y qué horizonte estamos buscando», subrayó Josep Manel Martínez.
En este punto, València afronta el reto de lograr la neutralidad climática antes de 2030, anticipando veinte años la meta que se ha marcado la Comisión Europea (CE). Para ello, es fundamental acometer un cambio transversal en el parque lumínico de la ciudad: «Hemos sido una de las ciudades más contaminantes a nivel lumínico», confesó el vicealcalde de València. En este sentido, Campillo explicó el cambio del alumbrado público que se ha realizado en los últimos años —hasta el 80 % del parque lumínico— hacia modelos menos contaminantes y que emitan hacia la acera: «Hay que ir hacia leds cálidos y modelos lumínicos que limiten la contaminación hacia arriba». Así mismo, Campillo reconoció que, si no se hubiese hecho ese cambio en el alumbrado público de la ciudad, «la factura energética de este año habría aumentado en 20 millones de euros».
Respecto al uso de la tecnología led en los parques lumínicos de las ciudades, Josep Manel Martínez insistió en que esta es «un aliado en el camino hacia un futuro verde y digital». Además, el presidente de Signify recordó que el led permite conectarse a la red para regular la iluminación y ahorrar hasta un 30 % extra en el consumo energético. «Los avances tecnológicos del sector nos permiten ahorrar hasta el 80 % del consumo energético», insistió Martínez.
«El cambio en el alumbrado público nos ha permitido ahorrar 20 millones de euros en la factura energética»
Por su parte, Antonio Ramírez instó a las ciudades a utilizar los nuevos sistemas tecnológicos para reducir su consumo energético y «poder dejar un planeta en condiciones a nuestros hijos».
Por último, Josep Manel Martínez explicó que el cambio de iluminación hacia la tecnología led en una ciudad de 40.000 habitantes podría suponer «un ahorro económico real de 1,2 millones de euros y 2.000 toneladas de CO2». Este ahorro energético, a su vez, permitiría liberar lo suficiente la red energética como para poder abastecer de energía eléctrica a 30.000 bicicletas eléctricas. Asimismo, Martínez reconoció que el retorno de la inversión se podría completar en menos de cuatro años: «La sostenibilidad no es cara; no invertir en iluminación eficiente sí es caro».
«Los avances tecnológicos nos permite ahorrar hasta un 80 % del consumo energético»
Casos de éxito
Pese a todo, la realidad es que tan solo el 20 % de las ciudades utilizan iluminación eficiente. «Quizá, con los fondos europeos tengamos la opción de aumentar este porcentaje», resaltó Josep Manel Martínez. El presidente de Signify identificó la iluminación como un aliado para dotar de inteligencia a las ciudades y convertirse en un polo de atracción turística.
En este sentido, Almassora es un ejemplo de caso de éxito en el cambio del alumbrado público. «Lo hicimos porque pensábamos que era la mejor forma de contribuir a frenar el cambio climático», aseguró la alcaldesa, Mercedes Galí. El municipio aprovechó los fondos europeos para instalar un sistema lumínico de telegestión que le permite tomar decisiones al momento y aumentar, así, la seguridad en las calles. «Tenemos un control que antes no teníamos. Ahora podemos saber en cada momento si tenemos alguna avería, decidir intensidades y horarios. Nos permite mayor flexibilidad que la iluminación tradicional», explicó la alcaldesa.
«La telegestión nos permite mayor control y flexibilidad que la iluminación tradicional»
Asimismo, Almassora apostó por hacer partícipe a la ciudadanía para decidir hacia qué modelo de ciudad querían dirigirse. «Hemos pasado de una ciudad pensada para los vehículos a una ciudad más amable con la ciudadanía», agregó Galí. En este sentido, el municipio ha recuperado zonas para la población a través de la peatonalización del casco antiguo de la ciudad, ha instalado los primeros cargadores para patinetes eléctricos y ha ampliado el ancho de la acera en las nuevas calles para plantar árboles. Con todo, la alcaldesa se mostró ambiciosa e identificó la gestión de los residuos urbanos como el próximo reto del consistorio: «Nuestros vecinos van a tener que cambiar su forma de hacerlo y gestionarlo ellos mismos en muy poco tiempo», advirtió Galí.
Benidorm es otro claro caso de éxito en su transición hacia un modelo de ciudad inteligente. Consolidado como el tercer destino turístico a nivel nacional, tan solo por detrás de Madrid y Barcelona, el municipio trabaja desde hace años para mejorar la gestión de sus recursos y conseguir convertirse en una ciudad más «amable» para los turistas y su propia ciudadanía. «Desde 2015 hemos desarrollado diferentes planes estratégicos para obtener la certificación de turismo inteligente y sostenible», señaló Antonio Pérez.
En este sentido, el alcalde de Benidorm valoró el modelo de «ciudad vertical» que representa Benidorm para conseguir implantar un modelo urbano sostenible y eficiente: «La ciudad compacta y en altura es el modelo de sostenibilidad ejemplar». Del mismo modo, Antonio Pérez explicó todas las ciudades coinciden en situar al peatón como su prioridad: «Las ciudades se amoldaron al vehículo, pero ahora estamos en un modelo diametralmente opuesto».
«La ciudad compacta y en altura es el modelo de sostenibilidad paradigmático»
Además, Antonio Pérez puso en valor el trabajo que ha realizado el consistorio durante los últimos años para reducir la factura eléctrica. «La exigencia lumínica en Benidorm es muy elevada, porque es una ciudad que no duerme nunca —incidió Pérez—. Sin embargo, hemos conseguido reducir nuestra factura de la luz en más de 2 millones de euros durante la última década».
Para complementar estas acciones, el Ayuntamiento de Benidorm trabaja en un nuevo plan de eficiencia energética que pasa por la implantación de instalaciones fotovoltaicas en los edificios públicos.
«Los municipios van a tener problemas para ejecutar los proyectos en los tiempos y condiciones solicitadas»
«Las ciudades tenemos un papel fundamental en el camino hacia la sostenibilidad», declaró Sergi Campillo, quien abogó por la «irreversabilidad» de las políticas públicas afianzadas en este asunto y por la implementación de la tasa de pernoctaciones.
Por último, Josep Manel Martínez hizo hincapié en que estamos en un punto decisivo: «Tenemos todos los recursos posibles, ahora necesitamos líderes valientes que impulsen estos proyectos».
