Evolución económica

Los precios de la energía vuelven a los niveles preguerra de Ucrania

Las compañías de gas, electricidad y carburantes no dan por cerradas las alzas ante la situación económica mundial y la evolución de la sequía

Los precios de la energía vuelven a los niveles preguerra de Ucrania.

Los precios de la energía vuelven a los niveles preguerra de Ucrania.

Sara Ledo

Los precios de la energía vuelven a una aparente normalidad. Un año después del inicio de la guerra de Ucrania y tras alcanzar niveles históricos el pasado verano, el gas, la electricidad y los carburantes vuelven a los precios de antes. Desde finales de 2022, la cotización del petróleo a nivel internacional (barril de Brent), ha pasado de 85 dólares a unos 75, aunque más abrupta ha sido la caída del gas natural, que ha pasado de 140 euros por megavatio-hora (MWh) a ponerse por debajo de los 30 euros. Lejos en ambos casos de los récords de 130 dólares y más de 300 euros, respectivamente, que alcanzaron el año pasado. En el caso del mercado español, el precio del gas se sitúa en los 25 euros.

“Hemos tenido un invierno más suave en relación a los últimos años y la reacción de los países europeos a la guerra de Ucrania, con caídas de la demanda han llevado a que los inventarios en los almacenamientos subterráneos estén muy elevados para las fechas del año en las que estamos”, explica el presidente de la patronal Sedigas, Joan Batalla. “Con toda la prudencia, estamos en una situación muchísimo mejor que en el año anterior. En julio del año pasado había un riesgo real de cortes de suministro. En la situación actual no se producirán picos como el año anterior. En el mercado de futuros el precio en el tercer trimestre se sitúa en alrededor de 30 euros por MWh”, añade.

Uno de los sectores más afectados por los elevadísimos precios del gas del año pasado fue la industria intensiva, que se vio obligada a parar muchas de sus fábricas tras el inicio del conflicto en Ucrania. En diciembre de 2022 y en enero de 2023, el consumo de gas industrial se redujo un 40% respecto a un año normal (2019 o 2021). Esa caída del consumo se debe únicamente, según la patronal del sector, a destrucción de la demanda que todavía no se ha recuperado. En abril la reducción se ha suavizado hasta el 20%, respecto a lo ‘habitual’, el mismo descenso que durante la pandemia.

“Vivimos una calma tensa. En diciembre nadie diría que tendríamos precios por debajo de 30 o 25 euros por MWh porque en septiembre estaban a 250. Las estrategias (de compra de gas) son anuales y quien no se arriesgó es probable que no esté disfrutando de esta bajada de precios”, explica la presidenta de la patronal GasIndustrialVerónica Rivière, que añade que “todavía hay mucha incertidumbre por ver cómo se recupera Asia, qué frío va a hacer el próximo invierno y si continúa la sequía. También las nucleares en Francia y si se genera más electricidad. Hay muchas variables económicas que pueden afectar al comportamiento de la industria”.

La generación eléctrica es, precisamente, otro de los beneficiados de la caída de la cotización del gas por su efecto contagio en la formación del precio de la luz. Tanto es así que desde mediados de febrero la excepción ibérica no ha tenido que funcionar. La electricidad en el mercado mayorista se situó en el último mes en un promedio de 71 euros por MWh. El responsable de operaciones de Enerjoin, Carlos Martín Graña, pone el foco en el descenso del consumo. “Estamos en una tormenta perfecta porque los vendedores tienen sobrecapacidad para vender, tanto en el caso del gas como de la generación eléctrica, gracias a las renovables, y hay pocos compradores por la caída de la demanda, y por eso los precios se hunden”, explica. “¿Hasta cuándo puede durar esto? Hay dos variables. Una es qué va a hacer el resto del mundo, sobre todo China, y qué va hacer el consumo. Los precios actuales de la luz con una demanda normal serían de 90 euros por MWh”, añade.

Según el experto en mercado energético y factura eléctrica de la Universidad Pontificia de Comillas, José Luis Sancha, la factura regulada de la electricidad –en el mercado libre los precios empezarán a bajar si la situación se mantiene estable en cuanto venzan los contratos-- se sitúa en alrededor de 40 euros por MWh al mes para un consumidor de 200 kilovatios-hora (kWh) al mes y 4 kW de potencia instalada en lo que va de año. Lo peor ya ha pasado. Fue agosto del año pasado y queda ya muy lejos. El problema podría venir en invierno porque habrá muy poca fotovoltaica y la demanda subirá, pero siempre tenemos la salvaguarda del tope al precio del gas que está prorrogado hasta diciembre. Ojalá no tengamos que recurrir ahí, pero tenemos esa protección”, agrega Sancha.

La decisión del cártel de países productores de reducir la oferta de crudo en más de un millón y medio de barriles diarios a principios de abril disparó el precio del barril de Brent, de referencia para Europa, un 8% en su primera sesión hasta los 86,44 dólares por barril, pero mes y medio más tarde el precio ha caído en 10 euros. Y con él los carburantes, pese a que el reflejo del descenso de la cotización suele ser más lento que las subidas. Así, este jueves la gasolina tuvo un precio medio de 1,567 euros y el diésel, 1,407 euros. El jueves 17 de febrero de 2022, antes del inicio de la guerra, los precios eran de 1,583 y 1,474 euros, respectivamente. “El mercado está tratando de equilibrar la oferta y la demanda. No parece que los recortes en la producción hayan tensionado la oferta para que los precios suban ante las incertidumbres respecto al crecimiento económico”, expone la portavoz de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), Inés Cardinal.

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