El valor del trabajador valenciano cae al furgón de cola de España por su baja productividad

El menor capital físico sumado a un peor comportamiento del mercado laboral lastra la 'cotización' del empleado en la autonomía hasta los 270.000 euros, lejos de los 317.000 de la media

Un trabajador empleado en la construcción en València, en una imagen de archivo.

Un trabajador empleado en la construcción en València, en una imagen de archivo. / Francisco Calabuig

Si hay un factor laboral de relevancia ese es el valor que tiene el capital humano de un territorio, un registro que en la Comunitat Valenciana está perdiendo peso dentro de España. Lo refleja así el estudio 'Evolución del valor del capital humano en España: Situación actual y perspectivas' elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), que pone de relieve que el valor del talento del trabajador valenciano ascendía en 2018 -último año de referencia del texto- hasta los 270.018 euros.

Es un registro que coloca a la autonomía en el furgón de cola nacional con el decimocuarto puesto y casi un 15 % por debajo de lo que, de media, se valora a un trabajador en España (317.485 euros). La situación resulta especialmente preocupante si se aprecia que, en el año 2000, la Comunitat estaba tres puestos por encima en esta clasificación y la brecha con el promedio nacional era considerablemente inferior (9,6 %). Pero, ¿a qué se deben estas diferencias?

Factores diferenciales

La clave, ante una edad media y una tasa de dependencia en sintonía con el resto del país, está en la productividad y el mercado laboral, dos pilares que sufren más en la autonomía que en el resto del país. Como explica Lorenzo Serrano, catedrático de la Universitat de València (UV) e investigador del IVIE, la "tasa de actividad resulta más baja que en la media nacional y la de paro, un poco más alta". En concreto, en el caso de la primera, se sitúa en el 55,3 %, más de tres puntos por debajo de la de España. En la segunda, la diferencia es mucho más ligera, de solo unas décimas entre el 15,6 % valenciano y el 15,3 % nacional.

Un camarero sirviendo consumiciones en una terraza de Castelló.

Un camarero sirviendo consumiciones en una terraza de Castelló. / GABRIEL UTIEL BLANCO

En las últimas dos décadas, el capital humano per cápita valenciano solo ha mejorado un 9,9 % mientras la media nacional ha crecido considerablemente un 16,79 %

A ello, sin embargo, se suma también una productividad por ocupado que se encuentra actualmente 3.000 euros por debajo de los 60.627 de España. Lo mismo sucede en la formación, donde la autonomía está "por debajo de la media". Y es que, según el informe, el porcentaje de población de 16 a 64 años con estudios superiores no llegaba en 2018 al 33 % (32,7 %) mientras que a nivel nacional este balance subía al 34,1 %. Tampoco el capital físico -que engloba la maquinaria, elementos de transporte, infraestructuras como puertos o aeropuertos, oficinas...- por habitante ayuda en esta productividad, ya que se queda en los 66.213 euros por los 70.649 de España.

Con todo ello, la realidad es que en las últimas dos décadas el capital humano per cápita valenciano solo ha mejorado un 9,9 % -cuando la inflación en ese mismo periodo se ha disparado casi un 45 % en la autonomía- mientras la media nacional ha crecido considerablemente más -16,79 %- y otros territorios como Madrid (20,3 % de crecimiento hasta los 433.576 euros) o País Vasco (23,3 % hasta los 381.206 euros por trabajador) doblan la mejora.

Trabajadores en la industria valenciana, en una imagen de archivo.

Trabajadores en la industria valenciana, en una imagen de archivo. / Levante-EMV

Horizonte futuro

El mayor problema, sin embargo, Serrano avisa que está en el futuro. "Las previsiones tienden a mostrar que esas diferencias [entre territorios] van a continuar ampliándose", alerta el experto, que apuesta por abordar esa mejora en la productividad y el mercado de trabajo para evitar un horizonte que, si no, "pinta complicado". En este sentido, Serrano considera clave para cerrar la brecha en enclaves como el valenciano impulsar "esfuerzos en innovación y desarrollo y en digitalización".

Asimismo, destaca que "la formación debe estar a la altura de las necesidades del tejido productivo", un camino que debe de venir acompañado de la recualificación "de buena parte de la población empleable, que eso ayuda a la productividad y a solucionar el desempleo", así como de un esfuerzo de las firmas por "seguir invirtiendo y formando a su capital humano".

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