Informe

España es el cuarto de 26 países de la UE donde más se ha reducido la competencia bancaria

El Banco de España detecta menor subida del tipo de los depósitos en los mercados donde los grandes bancos tienen más poder

Los presidentes de los mayores bancos españoles, Ana Botín (Santander), Carlos Torres Vila (BBVA), José Ignacio Goirigolzarri (CaixaBank) y Josep Oliu (Sabadell).

Los presidentes de los mayores bancos españoles, Ana Botín (Santander), Carlos Torres Vila (BBVA), José Ignacio Goirigolzarri (CaixaBank) y Josep Oliu (Sabadell).

Pablo Allendesalazar

El Banco de España sorprendió al sector financiero el pasado martes al apuntar en un informe que la nimia subida del tipo de los depósitos impulsada por los bancos españoles no solo tiene que ver con el exceso de liquidez que atesoran, como vienen esgrimiendo las entidades, sino también con el nivel de concentración del sector. La presidenta de la patronal AEB, Alejandra Kindelán, se apresuró a negarlo al día siguiente: "Lo que tenemos en España es mucha competencia". Lo cierto es que el grado de concentración bancaria en el país pasó por primera vez de bajo a moderado en 2018, pero sigue lejos del nivel alto o preocupante. Aunque también es verdad que es el cuarto miembro de la Unión Europea de 26 (de Croacia no hay datos) donde más se ha reducido la competencia desde la creación del euro en 1999.

El Banco Central Europeo (BCE) publicó el jueves, precisamente, sus estadísticas anuales sobre el nivel de concentración bancaria en los diferentes países de la UE. El semáforo de la competencia bancaria en España, así, se mantuvo el año pasado en el nivel intermedio, pero intensificó su color amarillo. Como regla general, el BCE estima que un nivel inferior a 1.000 implica una baja concentración, mientras que una cota de entre 1.000 y 1.800 la considera de concentración media, y por encima de 1.800 la ve de alta concentración. En España, el año pasado subió de 1.271 a 1.327.

Se trata de los niveles que arroja el índice de Herfindahl e Hirschman, utilizado por los principales organismos de defensa de la competencia del mundo para analizar la situación de un mercado y aprobar o no las operaciones de fusión que se les presentan. Se calcula elevando al cuadrado la cuota de mercado que cada empresa posee y sumando esas cantidades, con lo que se da más peso a las compañías más grandes. Un valor máximo de 10.000 implica que se produce un monopolio.

Incremento hasta la media

En 1999, primer año del que el banco central ofrece datos, el sector financiero español presentaba una muy baja cota de 427, que apenas creció a 459 en 2007, el año previo al estallido de la Gran Crisis Financiera. La consiguiente desaparición de decenas de entidades absorbidas por otras más fuertes (se pasó de 45 a 10 bancos relevantes) provocó que el índice se disparase en 900 enteros, hasta los 1.327 del cierre de 2022. Se trata del cuarto mayor incremento de la concentración en la UE desde 1999, solo superado por los de Chipre, Grecia y Letonia. En el mismo periodo, bajó en ocho países, como Estonia, Bélgica, Malta y Dinamarca.

Gracias al bajo nivel de partida, eso sí, España aparece en mitad de la tabla en cuanto a grado de concentración, en el puesto 12. En la UE, de hecho, hay siete países cuyo semáforo está en rojo: Chipre (2.670), Finlandia (2.340), Grecia (2.244), Estonia (2.244), Países Bajos (2.194), Lituania (1.975), y Letonia (1.941). Aunque también los hay con un nivel de concentración mucho más bajo que España, como Luxemburgo (316), Alemania (326), Austria (424), Francia (606) e Italia (760). 

El otro indicador que sigue el BCE es la cuota de mercado de las cinco principales entidades, que también refleja la concentración que se ha producido en el sistema español. En este caso, se ha disparado del 40,3% de 1999 al 69,59% del año pasado, lo que supone el segundo mayor incremento de la UE en el periodo (29,29 puntos porcentuales), solo por detrás del registrado en Chipre (31,48 puntos). En términos absolutos, España ocupa la posición 14, lejos de Grecia (95,72%), Chipre (91,94%) y Estonia (90,81%), pero muy por delante de Luxemburgo (31,16%), Alemania (35,01%), Austria (40,06%), Francia (46,44%) e Italia (50,5%). 

Poder de mercado

Este indicador es precisamente el que ha empleado el Banco de España para analizar el impacto de la concentración bancaria en la mayor o menor subida del tipo de los depósitos por parte de los bancos respecto a lo que hubiera sido razonable esperar en función de la experiencia histórica. El informe señala que hay una "correlación" entre que las entidades traspasen en menor medida la subida del euribor a la remuneración de los depósitos y "un grado mayor de concentración del mercado", si bien dicha relación es "más débil" que en el caso de los sectores que tienen un mayor nivel de liquidez.

Así, el documento refleja que los tipos han subido menos de lo esperable en mayor medida en países donde los cinco grandes bancos tienen mayor cuota de mercado, como Grecia, Portugal, España o Irlanda. Por contra, la desviación fue menor en otros donde las grandes entidades tienen menos peso, como Alemania, Austria y Francia. Sin embargo, también hay casos como Bélgica, Finlandia y Países Bajos en los que las principales entidades tienen una cuota elevada y los tipos subieron más en línea con lo previsible. 

Pese a todo ello, Kindelán negó que se pueda "asociar" la menor subida del tipo de los depósitos a una falta de competencia en la banca española. "Según los índices científicos que miden la competencia, como el Herfindahl, hay mucho margen todavía hasta llegar a un nivel de concentración preocupante. No hay preocupación por la concentración en el sector y hay mucha competencia, porque hay competidores grandes, pequeños y medianos, y a nivel local eso se nota muchísimo", defendió en una conferencia en el Consejo General de Economistas.

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