Exdirectivos culpan a la crisis de los problemas en el Banco de Valencia

El departamento de recuperaciones de la entidad tuvo que elevar de 30 a 100 su personal ante el alza del trabajo por las daciones en pago y las refinanciaciones de créditos

La sede del Banco de Valencia acoge ahora a Caixabank

La sede del Banco de Valencia acoge ahora a Caixabank / Fernando Bustamante

València

Los primeros testigos en el juicio contra la excúpula del Banco de Valencia siguieron una línea muy similar a la adoptada en su defensa por los acusados -los miembros del consejo de administración y el auditor- que declararon entre el lunes y el miércoles en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional en Madrid. No había problemas en las cuentas, el Banco de España estaba informado de todo y los problemas vinieron de la crisis económica desatada a partir de 2008.

Exdirectivos

Los comparecientes ayer fueron el exdirector del área de recuperaciones del banco, Carlos Zafrilla, el director del área de control y gestión de riesgo global, José Manuel Piera, y el director de Participadas, Alfonso Momferrer. Según Diego Muñoz-Cobo, abogado de la asociación de pequeños accionistas Apabankval, que presentó hace doce años la querella por la que ahora se juzga a la excúpula por un presunto delito de falsedad en las cuentas de 2009 y 2010, los tres exejecutivos coincidieron ayer en afirmar que los estados contables de la entidad intervenida por el fondo público Frob en noviembre de 2011 estaban bien y que nunca recibieron presión alguna en el ejercicio de sus funciones.

Entrada principal a la sede del Banco de Valencia

Entrada principal a la sede del Banco de Valencia / Fernando Bustamante

En resumen, los tres enmarcaron la situación que atravesó el banco en una actuación generalizada en el sistema financiero español, que sufrió una de las mayores reestructuraciones de su historia entre 2009 y 2013 precisamente para purgar lo excesos que cometió en la concesión de crédito inmobiliario en los años de la burbuja de la vivienda. A este respecto, el responsable de recuperaciones -fundamentalmente, de lograr que el banco recuperara la mayor parte posible de un crédito impagado- explicó fue una época en las que se produjeron múltiples daciones en pago, con lo que los bancos acumularon una exhorbitante cartera de inmuebles en sus balances procedentes de impagos, y refinanciaciones, cuyo objetivo en muchas ocasiones era demorar el impago -y la contabilización de dotaciones con cargo a resultados- en la esperanza de que una recuperación económica permitiera la devolución del dinero prestado. Tan es así que dicho departamento del Banco de Valencia tuvo que elevar de 30 a 100 el número de empleados dado el exceso de trabajo que se produjo.

Al margen de esto, los exdirectivos insistieron en que el Banco de España recibía toda la información que pedía y que realizada una inspección permanente en la entidad, de lo que se deduce que tenía que estar al corriente de la situación real del mismo.

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