El sector reivindica su ADN verde: «La madera es de por sí sostenible»
Representantes de la industria y de los institutos tecnológicos comparten las claves para avanzar en sostenibilidad en el encuentro «Huella de carbono en el sector de la madera», organizado por Levante-EMV

Levante TV

Huella de carbono en el sector de la madera. / ED
La industria de la madera y del mueble tiene un importante peso para la Comunitat Valenciana, a nivel económico y social. Pese a ser un sector históricamente tradicional, ha sabido reinventarse en las últimas décadas, afrontando los retos que demanda el contexto actual, como son la transformación digital o la sostenibilidad. Todo ello gracias al apoyo de las asociaciones, los institutos tecnológicos y las administraciones públicas. Como resultado, las empresas valencianas vinculadas a esta área de negocio son modernas, innovadoras, sostenibles, los procesos productivos están automatizados, y parten con una importante ventaja competitiva, como es su materia prima. Una realidad que las hace muy atractivas para el mercado laboral: ofrecen salida inmediata ya que la demanda de mano de obra es alta, con paro cero, y el trabajo está muy bien remunerado gracias a su convenio colectivo.
Estas fueron algunas de las conclusiones que dejó el encuentro «Huella de carbono en el sector de la madera», organizado por Levante-EMV, la Asociación de Empresarios de Carpintería y Afines de la Comunitat Valenciana (Asemad) y la Federación Empresarial de la Madera y Mueble de la Comunitat Valenciana (Fevama), con la colaboración de la Generalitat Valenciana, en el que se trasladaron las claves para que esta industria sea una completa aliada de la sostenibilidad. Moderado por Silvia Tomás, directora de Relaciones Institucionales de Prensa Ibérica en Valencia, contó con la participación de Alejandro Bermejo, CEO Molduras Alto Turia SL y presidente Fevama y Asemad; Rafael Pérez Bonmatí, secretario general de Fevama y de Asemad; y Alicia Pérez Torres, responsable del Departamento de Gestión de Procesos y Sostenibilidad en el Instituto Técnológico Metalmecánico, Mueble, Madera, Embalaje y Afines (Aidimme).
«Es un sector con mucho futuro, con salida laboral rápida y muy bien remunerado»
Pese a los prejuicios que recaen sobre el oficio, considerado por muchos como obsoleto, la industria de la madera y el mueble es una de las más estratégicas a nivel global. Prueba de ello fue la última edición de la Feria Hábitat que, según Bermejo, supuso una «puesta en escena del músculo que tiene el sector en este momento, un sector que ha sabido hacer los deberes y redireccionar sus negocios hacia las tendencias del mercado». «Se ha convertido en el certamen más importante para Feria Valencia a nivel nacional», añadió el presidente de Fevama y Asemad. Por su parte, Pérez Bonmatí destacó «la satisfacción que trasladaron las empresas, tanto de las expositoras como de las visitantes».
Afrontar los retos
Este futuro prometedor que demuestra este sector se debe, en gran medida, a su esfuerzo por hacer frente a los retos que plantea el mercado. Uno de los principales es conseguir eliminar por completo esa huella de carbono. En este sentido, cuenta con una gran ventaja competitiva, que es trabajar con «una materia prima que es de por sí sostenible», como es el caso de la madera. Por ello, los ponentes quisieron desmontar el mito de que la industria no está en línea con la transición ecológica.

Alejandro Bermejo, CEO Molduras Alto Turia SL y presidente de Fevama y Asemad. / Fernando Bustamante
«Los árboles que ya están en su proceso de envejecimiento, que ya no dan más de sí y que impiden que otros árboles más jóvenes crezcan, tenemos que talarlos simplemente por limpieza. La gestión forestal es sostenible, la materia prima se mecaniza en procesos totalmente limpios, sin ningún tipo de aditivos, y dan lugar a productos de una larga vida útil, que al final se pueden triturar y transformar e incluso obtener energía de ellos en forma de biomasa. Estamos dentro de la economía circular mucho antes de que este término existiera. El sector recicla más de 95 % del producto», compartió Bermejo.
Con este punto de partida, entonces, ¿cuáles son las claves para conseguir esa huella de carbono cero? «Tenemos que actuar sobre los procesos productivos, asegurarnos de que se implantan las medidas de eficiencia energética y aplicar el modelo de cascada en el ciclo de uso del material. Y, en caso de no ser suficiente, se pueden promover proyectos de reforestación para compensar las emisiones», explicó Pérez Torres, quien recordó que durante «la fase de crecimiento de un árbol, por cada metro cúbico de madera se acumula una tonelada de CO2». «Ya partimos de una negatividad de la huella de carbono en esa fase inicial, lo que tenemos es que ir mejorando las fases siguientes para que la huella de carbono sea la más óptima para las empresas y que saquen ese valor competitivo, que lo incluyan dentro de su estrategia de empresa», apuntó la experta.
«Es inviable que las pequeñas empresas afronten el 100 % de las transformaciones estratégicas»
Al respecto, la implicación del tejido empresarial valenciano es indiscutible, pero ahora ya no es suficiente con ello. Hay que certificarlo. «Nosotros sabemos que somos sostenibles, pero queremos demostrarlo. Las empresas están muy concienciadas con ello, más sabiendo que en breve la huella de carbono va a tener mucha repercusión. Por ejemplo, a la hora de pedir un crédito bancario, de contratar un seguro, o de conceder ciertas subvenciones por parte de la administración. A nivel de ventas, la tendencia de las nuevas generaciones es que 7 de cada 10 criterios de compra se basan en la sostenibilidad», señaló Bermejo.

Rafael Pérez Bonmatí, secretario general de Fevama y de Asemad. / Fernando Bustamante
Uno de los mecanismos fundamentales es la medición de la huella de carbono. «Tenemos que saber dónde estamos para contemplar las soluciones que hay que aplicar. Ese es el primer paso. A partir de ahí lo que pretendemos es tutelar a las empresas, darles los mecanismos necesarios para poder compensar y eliminar la huella de carbono y que les resulte relativamente sencillo», indicó Pérez Bonmatí.
Sinergias clave
Así pues, en una industria compuesta principalmente por pequeñas y medianas empresas, el papel de las asociaciones, federaciones, administraciones y de los institutos tecnológicos se vuelve clave para acompañarlas y guiarlas. Desde Aidimme, Pérez Torres puso sobre la mesa la importancia de promover proyectos de innovación y desarrollo. «Intentamos desarrollar metodologías o tecnologías que puedan ayudar a las empresas a implantar las nuevas exigencias que plantea la legislación medioambiental», aseguró la experta. Es el caso del pasaporte digital de productos o el ecodiseño, que en breve se van a aplicar a la madera.
Otro de los proyectos que han desarrollado recientemente pretende impulsar la circularidad. Se trata de la plataforma Simbylay, subvencionado por el Ivace con Fondos Feder, en la que cualquier empresa de forma gratuita podrá inscribir los recursos subutilizados que ofrece o que demanda para que otros negocios puedan ponerse en contacto y estos se puedan reutilizar. «Estamos encontrando alguna barrera legislativa, pero se está avanzando mucho. El objetivo es que la circularidad sea algo global», apuntó.
«Tenemos que actuar sobre los procesos productivos, que se implanten medidas de eficiencia»
En cuanto a la colaboración público-privada, Pérez Bonmatí valoró la labor de tutelaje de la administración. «Es inviable que las pequeñas empresas afronten el 100 % de las transformaciones estratégicas de los modelos productivos. Para estar en el mundo hay que estar muy preparado y sin la administración sería muy difícil. Nuestra industria se esta transformando a una velocidad muy rápida, y es gracias a este apoyo», incidió.

Alicia Pérez Torres, responsable de Gestión de Procesos y Sostenibilidad en Aidimme. / Fernando Bustamante
Con todo, los ponentes enfatizaron en el hecho de que apostar por la sostenibilidad es una cuestión de competitividad, ya que el futuro está en la exportación y, para ello, hay que estar alineados con la sostenibilidad. «No se trata de una imposición, sino de una inversión que va a tener un retorno económico», dijo Bermejo.En la misma línea, el secretario general de Asemad y Fevama recordó a las empresas quien está en los mercados globales «es quien se diferencia. Vale la pena el esfuerzo por el cambio».
Salida laboral inmediata
Al mismo tiempo que la industria de la madera y el mueble hace frente al reto de la huella de carbono, tiene un gran desafío para suplir la demanda de mano de obra. «Muchos clientes comentan que meterían más líneas de producción y de estocaje, pero no pueden porque no tienen personal. Ya no se trata solo del relevo generacional», aseveró Bermejo. Por este motivo, quieren trasladar a los jóvenes las ventajas de sumarse al sector: «Tenemos paro cero», apuntó.
«Insistimos mucho, en colaboración con los institutos de Formación Profesional y con Labora, en que tenemos que hacer un cambio de imagen. Nuestras empresas están totalmente automatizadas, digitalizadas, alineadas con la sostenibilidad. Es un sector cuyo modelo de negocio es muy actual, con mucho futuro, con una materia prima que está de moda, con salida laboral rápida y muy bien remunerado», reiteró el presidente de Asemad y Fevama.
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