CEO de SP-Berner
Jorge Escarpa: "Fabricando muy bien desde Valencia podemos exportar muchísimo más"
El directivo capitanea una firma afectada por la dana en sus plantas de Torrent y Chiva y que produce desde cubos de fregar a cepillos de dientes pasando por mobiliario. En este contexto, destaca que el reciclado del plástico "está en sus inicios"
Trayectoria por todo SP-Berner
"Nuestra actitud es la de estar continuamente aprendiendo. No dar nada por sentado y tener hambre". Ese es el mensaje que, a sus 47 años, lanza Jorge Escarpa (Aldaia), la persona que ejerce de CEO de SP-Berner desde 2021. Siendo el tercero de seis hermanos, llegó a su cargo tras estudiar Marketing y Comercio en ESIC y empezar a trabajar en la compañía durante "17 años en producción". "Fui cocinero antes que fraile", recuerda sobre una trayectoria en la que ha ido pasando por todas las áreas del negocio hasta alcanzar la dirección general de una compañía familiar que ya tiene en plantilla a la cuarta generación. "Mi hijo mayor está estudiando en la universidad y ya está trabajando ahí también", concluye.
¿Qué impacto ha tenido la dana para SP-Berner y sus horizontes?
En la planta y sede principal de Aldaia no tuvimos impacto alguno y continuamos produciendo a pleno rendimiento. Sin embargo, las de Chiva y Torrent sí se vieron seriamente afectadas. En el caso de Chiva, especializada en artículos de limpieza para el hogar, tardamos seis días en reacondicionarla y hoy la tenemos un 95% operativa. No hemos fallado ningún compromiso con clientes, ajustando algunas cantidades y fechas de entrega. En la planta de reciclaje de Torrent, la más perjudicada, el agua entró en gran cantidad y con gran virulencia, llegando a más de 1,5 metros de altura, lo que afectó inicialmente a nuestras máquinas y a un tercio de nuestro material en stock, que fue arrastrado hacia el barranco. La maquinaria se está limpiando en profundidad para poder realizar la puesta a punto lo antes posible y el material se está intentando recuperar o reponer rápidamente. Gracias al enorme compromiso de todo nuestro personal en las labores de limpieza y puesta en marcha, hemos conseguido cumplir con los pedidos de nuestros clientes y el impacto no ha sido relevante en nuestros planes empresariales.
Es importante que tras la dana los empresarios de la zona nos ayudemos, aunque seamos competidores
¿Piensa que las ayudas de las administraciones públicas son suficientes para la reconstrucción?
A nivel personal, para quienes han sufrido pérdidas humanas no hay compensación económica que valga, pues es lo peor que te puede pasar en una catástrofe natural de este tipo. Para la reconstrucción de la economía, afectada por los innumerables daños materiales sufridos, cualquier ayuda institucional es bien recibida, aunque nunca llegarán a paliar las importantes inversiones que debemos realizar los empresarios para recuperar de nuevo la normalidad. Muchos pequeños negocios, que han quedado totalmente destrozados, son los que más ayudas necesitan. Respecto de las pymes y otras empresas, situadas en los polígonos afectados, ahora toca ayudarse unas a las otras, para poder salir adelante. Con las ayudas del Gobierno, de la Generalitat, de las compañías de seguros y otras instituciones, intentaremos paliar los efectos de esta riada, pero también es importante que los empresarios de la zona nos ayudemos, aunque en algunos casos seamos competidores, porque nos resultará más fácil salir adelante si vamos todos a una, trabajando codo con codo.
El reciclado del plástico
Antes de la dana ya defendía la importancia del ‘buen plástico’, el que se recicla. ¿Cree que esa filosofía está calando en la sociedad?
Esto es algo que va muy poco a poco. Y nosotros lo estamos viendo, estamos apostando fuerte e invirtiendo, porque realmente creemos en ello. Empezamos en serio en 2010 a reciclar y nos hemos tenido que cambiar a una planta de 70.000 metros cuadrados porque hemos visto que el mundo del reciclado está en los inicios. Pero la tecnología está avanzando rápido y estamos consiguiendo que sea eficiente el proceso de reciclado. Volver a crear productos que admiten un gran porcentaje de plástico reciclado nos está ayudando a ser innovadores.
¿Y el cliente está dispuesto a pagar más por ese reciclado?
Si cuesta más no lo compran, por mucho que sea ecológico y menos emisiones. Sí que es verdad que hay un bajo porcentaje de la población que está dispuesta a pagar más por lo ecológico, pero en nuestro tipo de productos, el precio aún pesa más que el factor ecológico. Además, hace años el reciclado se veía como algo de menor calidad, pero hoy la calidad es igual que la del material virgen. Hay muchísimas aplicaciones que antes no llegaban a ese estándar de calidad, pero hoy sí. Estamos viendo que el plástico reciclado está al principio de su etapa.
¿Qué importancia tiene a día de hoy ese reciclado y los materiales que genera en su negocio?
De todo el plástico que transformamos al año, que está cerca de unas 40.000 toneladas, 20.000 ya son de plástico reciclado. Queríamos que en 2025 más del 50 % del material fuese reciclado. Y es algo que estamos consiguiendo. Hay opciones para que el 100 % sea reciclado, pero son carísimas y cuando eso lo llevas al producto y el producto al consumidor, este último no va a pagar el doble por un tupper hermético porque lleve reciclado. Estamos liderando en algunos sectores, pero en otros nos hemos subido al carro de grandes compañías multinacionales que están invirtiendo muchísimos millones en estos nuevos plásticos.
El consumidor no va a pagar el doble por un ‘tupper’ porque sea reciclado
¿En qué sectores llevan esa delantera?
En el mobiliario de exterior estamos liderando con altas cuotas tanto en ventas como en el uso de materiales reciclados. Pero también cuando analizamos los datos, vemos el potencial que tenemos de seguir creciendo y desarrollando más mobiliario con plástico reciclado de alta calidad. Nos ilusiona ver dónde estamos y dónde podemos llegar.
Hemos hablado de innovación. Facturaron el año pasado 147 millones. ¿Cuánto de esos recursos destinan a la a la innovación?
Dependiendo del año invertimos entre 12 y 20 millones de euros. Y ahora vienen tres años donde vamos a invertir más de 20 millones cada año. De esa inversión, yo te diría que el 50 % va a mejorar los procesos, la eficiencia y la automatización de los procesos productivos. Tenemos el sueño de construir una de las plantas más automatizadas del sur de Europa en nuestro sector. Y luego el otro 50% ya se divide en nuevos productos, que ahí va un 30%, y luego el otro 20 % va más orientado a investigación, a estudiar el mercado y qué quiere el consumidor. Cada vez estamos invirtiendo más en ser proactivos, en saber qué quiere el consumidor y darle una respuesta eficaz. Antes venían nuestros clientes y nos pedían qué cosas querían que fabricásemos. Eso ha cambiado y ahora les decimos ‘este es el producto nuevo que os ofrecemos con plástico reciclado’.
Actualidad de SP-Berner
Lleva desde 2021 al frente de la compañía familiar. ¿Qué ha querido cambiar desde su llegada?
Estoy al frente de la tercera generación, aunque mi padre sigue estando de presidente ejecutivo. Con el cambio generacional, estamos digitalizándonos. No porque lo haya dicho yo, sino porque o te digitalizas o no existes. Y con todo lo que hemos digitalizado ya y nuestros planes, vamos a ser una empresa 100% digital. Y luego también la nueva forma de liderar a las personas. A nivel de gestión, nos hemos organizado con un comité de dirección muy estructurado. Estamos profesionalizando la compañía porque nuestra empresa no es que esté en la tercera generación y vayamos a venderla dentro de unos años. El compromiso es seguir con la compañía a través de las siguientes generaciones. Y también estamos ahora en un cambio de estrategia de negocio que hemos llamado ‘surtido eficaz’, que es que los productos que hagamos, donde estemos, tienen que ser los mejores.
Decidieron en 2022 vender su planta en China y centrar la producción en Valencia. ¿Una decisión por la sostenibilidad o por asegurar cadenas de suministro más corta?
La pandemia fue un poco la chispa que encendió el fuego de decir ‘fabricar en China para China’. Primero lo vimos con nuestros principales clientes y estábamos todos de acuerdo. Con una gran inversión en medios productivos en Valencia podíamos tener una mejor calidad a un coste similar. Y esa fue nuestra apuesta. Fabricar en Valencia para vender en España y Portugal gracias a una gran inversión. Si no, no hubiese sido posible.
Invertimos más en saber qué quiere el consumidor y darle una respuesta eficaz
¿Cree que se ha producido esa relocalización de la que se hablaba con la pandemia?
Empresas que se han deslocalizado, han dejado de fabricar en China y lo han traído a España, conozco muy pocas. Sí que sé que otros, en vez de fabricar en China, ahora producen en otros países asiáticos. India está siendo muy interesante por los costes. Pero nosotros, la visión, la tenemos clara y lo que hagan otros pues nos gusta saberlo, pero ni nos condiciona ni nos asusta, ni nos limita.
¿Es un valor añadido mantener esa soberanía productiva en el territorio valenciano de cara a sus clientes?
Nos lo tenemos que creer más. La marca ‘made in Spain’ fuera de España gusta. No es una súper marca mundial, pero ver que nuestro tipo de producto se fabrica en España le da confianza al que está comprando. Ahora, por ejemplo, estamos cambiando de etiquetas un montón de productos nuestros y poniendo en ella la bandera de España y ese ‘made in Spain’ porque realmente vemos que empieza a tener ya más aceptación en países de Latinoamérica, donde estamos vendiendo, y también en Portugal, en Francia o en Inglaterra, donde valoran muchísimo nuestro tipo de productos. Es algo que nos está dando crecimiento.
Más allá de los muebles, SP Berner fabrica desde cepillos de dientes hasta tuppers. ¿Cómo están evolucionando esos nichos?
El mundo de los tuppers, por ejemplo, está creciendo porque la gente cada vez más guarda las sobras en la nevera y se las lleva al trabajo. El mobiliario de plástico está un poco más parado, porque hay mucho que importamos de fuera de España, principalmente de países asiáticos, que tiene un buen diseño, una buena calidad y un buen precio. Luego el sector de los palets de plástico pues está en continuo crecimiento también y ahí estamos invirtiendo mucho en nuevos modelos que sustituyan a los de madera y que sean 100 % reciclables. Y luego hay otros sectores como el gran consumo, que sigue creciendo con productos de limpieza como cubos, barreños, escobas o cepillos dentales, ya que cada vez hay más habitantes y por el turismo, que España está batiendo récords históricos.
Esos productos llegan a las principales cadenas de la distribución en todo el país. ¿Es imprescindible para las firmas de sectores como el suyo esa presencia entre estos grandes actores?
En nuestro tipo de empresa, necesitas gran capacidad de fabricación y de almacenaje. Nuestra producción está concebida para miles y miles de unidades a diario. ¿Se puede sobrevivir sin la gran distribución? Sí, pero tendríamos que hacer un cambio radical. El gran consumo es algo que está creciendo y que va a ir a más. Cada vez hay más competencia de empresas, tanto de creación nacional como de fuera que vienen a aquí. Y nosotros estamos ahí, subidos al carro, porque son clientes estratégicos para nosotros. Tenemos que estar ahí sí o sí.
La marca ‘made in Spain’ gusta fuera de España, da confianza al que está comprando
Negocio internacional
Además, están presentes en medio centenar de países. ¿Cuáles son los principales enclaves de negocio para la firma?
Hoy el 30% de lo que facturamos es exportación. Portugal era un gran desconocido, pero hemos visto que a poco que invertimos comercialmente en desarrollarlo, crecemos muchísimo. Francia, Inglaterra... son nuestros principales mercados. Exportamos a 52 países, pero realmente hay una gran diferencia entre exportar y la internacionalización. En el pasado hemos tenido fábrica en China, en México, en Chicago, etc., pero hemos visto que fabricando muy bien desde Valencia podemos exportar muchísimo más. Entonces vamos a seguir internacionalizando, pero siendo más eficaces.
Cuenta con unos 800 trabajadores. ¿Hay falta o dificultad para hallar mano de obra en su sector como sucede en otras industrias?
Mano de obra hay, pero que estén dispuestos al ritmo de trabajo que a veces hay que llevar en una empresa industrial competitiva como la nuestra, es difícil. Es un sector duro y nos cuesta encontrar a gente que esté dispuesta a aguantar este ritmo. Ese es uno los motivos por los cuales tenemos que automatizar más nuestras fábricas. Y a la gente que hoy tenemos, cualificarlos para que puedan atender toda esta automatización y toda esta robotización de los procesos. Hemos empezado, pero queda muchísimo. Es una cualificación de la mano de obra muy alta y, si no, no ganaremos esta carrera.
Encontrar mano de obra que esté dispuesta a llevar nuestro ritmo de trabajo es difícil
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