El rumbo imparable del Puerto de València hacia las ‘cero emisiones’ en 2030

Valenciaport trabaja en ocho líneas estratégicas en la reducción de la huella de carbono, un aspecto en el que es referente ya que trabaja en ello concienzudamente desde 2008

Parque solar instalado sobre el espaldón que separa la terminal de contenedores de CSP Spain (Cosco) y el club náutico.

Parque solar instalado sobre el espaldón que separa la terminal de contenedores de CSP Spain (Cosco) y el club náutico. / Valenciaport

J.M. Bort

J.M. Bort

Los puertos desempeñan un rol fundamental en la agenda de descarbonización de los países y el de València lleva años de avanzadilla en esta cuestión tan trascendental en el camino hacia un planeta limpio y sostenible. El objetivo es llegar a las ‘cero emisiones’ en el año 2030. Está cada vez más cerca y le avala un largo recorrido, ya, en este propósito: En 2008, ya estaba preocupado por este asunto cuando apenas se hablaba de ello.

El movimiento de mercancías en el Puerto de València se ha incrementado cerca de un 50 % desde aquel año 2008, mientras que la huella de carbono se ha reducido en un 29 %, lo que da a entender el trabajo concienzudo en el proceso de descarbonización. Hablamos del año 2008 porque es cuando la Autoridad Portuaria de Valencia (organismo encargado de operar los puertos de València, Sagunt y Gandia), cuya marca es Valenciaport, empezó seriamente con esta estrategia, mucho antes de que supusiese una corriente generalizada. El reto del cálculo de la huella de carbono está dirigido a todos los alcances del puerto, incluido el entorno.

Valenciaport ha dado un paso más en la descarbonización: ser energéticamente autosuficiente

Ya hay, por tanto, un largo recorrido que ha permitido al puerto tener muchas lecciones aprendidas, que han servido para actuar sobre el plan ‘cero emisiones’, que no deja de ser un plan de descarbonización. Ya hace tiempo que pasó de la teoría a la práctica.

Impacto de la huella de carbono en el Puerto de Valècia

Impacto de la huella de carbono en el Puerto de València / ED

No valen comparaciones

Una lección aprendida, por ejemplo, es que una huella de carbono no se debe comparar con otra, porque cada puerto tiene un impacto diferente según su grado de operación. Lo importante es cómo evoluciona un puerto en este campo, y en este sentido los números están claros: el transporte marítimo impacta un 50 %; la maquinaria, un 25 %; los servicios náuticos, un 14 %; y el transporte terrestre, un 8 %. En su plan de descarbonización, el Puerto de València ha dado un paso más: ser energéticamente autosuficiente. Desde 2018, la energía eléctrica que se consume en Valenciaport es 100 % de origen renovable. La energía es un factor determinante en la competitividad de los puertos, de ahí que de las 8 líneas de trabajo en el ‘plan cero emisiones’ una de ellas sea la generación de energías renovables. Las otras se centran en la maquinaria, el transporte terrestre, el transporte ferroviario, la movilidad interna, los edificios y otras estructuras, alumbrados y calderas y, por último, la generación de energía eléctrica.

El éxito se debe a la electrificación de gran parte de la maquinaria y el uso de hidrógeno y combustibles sintéticos

La mayor parte de los gases de efecto invernadero en un puerto son generados por los buques, y en este sentido Valenciaport está siempre muy vigilante en que todas las embarcaciones cumplan la ley. Se ha de recordar que estos grandes buques cuentan con motores auxiliares que necesitan seguir en marcha una vez han atracado para dar servicio de climatización, electricidad, etc. Esos equipos, en un 99,9%, funcionan con combustible fósil como el gasoil. Por lo tanto, la solución es suministrarles energía con enchufes especiales.

Todo el puerto consume 12,6 megavatios por hora. Un crucero nos va a demandar 16 MW, así que habría que apagar todo el puerto para darle esa energía al barco. El puerto trabaja en la instalación del sistema que permita a los barcos conectarse a la red eléctrica, conocido como OPS (Onshore Power Supply), y que conforma una tecnología compleja. En 2026 ya funcionará en dos de los quince muelles del Puerto de València, de los once los que se han de electrificar.

Un vehículo eléctrico del Puerto de Valencia, con grúas y buques de fondo.

Un vehículo eléctrico del Puerto de Valencia, con grúas y buques de fondo. / Valenciaport

Maquinaria

Valenciaport ha incentivado a sus tres terminales para renovar la maquinaria. Se ha pasado de los motores híbridos a los puramente ‘cero emisiones’. El objetivo está cumpliéndose gracias al trabajo en tres líneas: la electrificación de gran parte de la maquinaria, el uso del hidrógeno (hidrogeneras) y, por último, una más incipiente, el trabajo con combustibles sintéticos. Este último es un proceso más lento ya que para producirlos hay capacidades limitadas, pero cada vez está más desarrollado. En el caso de las hidrogeneras, los resultados ya son excelentes.

En el aspecto ferroviario, el Puerto de València ha experimentado una verdadera expansión de las líneas. En un momento determinado había vías de entrada y salida y ahora estamos hablando de hasta cinco vías de movimiento de trenes. Cada vez hay porcentajes más altos del uso del ferrocarril y recientemente se inauguró la primera autopista ferroviaria, con construcción de catenaria incluidas, lo que ha permitido prescindir de maquinaria que funcionaba con gasoil.

Por lo que respecta a la línea estratégica en los edificios y otras estructuras, a través del proyecto europeo Ecclipse se han analizado diferentes estrategias para adaptar las infraestructuras al cambio climático. Uno de los resultados fue un plan de adaptación generalizado, que mejora la eficiencia energética de los edificios, entre otras cosas.

La digitalización tiene un papel fundamental. Gracias a la visualización de los consumos, todo se simplifica

La Autoridad Portuaria actúa como motor de todo esto y permite que muchas iniciativas se produzcan en los mismos puertos, que cada vez cuentan con más datos sobre el impacto del cambio climático. Una de las consecuencias que están detectando es que los días de cierre del puerto se van incrementando. Gracias a contar con más variables, los puertos tienen más capacidad para tomar medidas y ver la evolución de cómo se adaptan los materiales a los cambios de temperaturas. El objetivo es adaptarse a las variables climáticas para cerrar los menos días posibles, por todo lo que supone. Y aquí, la digitalización tiene un papel fundamental. Gracias a la visualización de los consumos y al control de los datos, todo se simplifica.

Respecto al transporte terrestre, hay grandes limitaciones para producir cambios, ya que el Puerto de Valencia no puede intervenir a la hora de establecer condicionantes a los camiones. Sí pueden, sin embargo, premiar a quienes cumplan más los requisitos de eficiencia energética, así como generar iniciativas conjuntamente con la Generalitat con el mismo objetivo. Una tercera vía es dar más facilidades a quienes contribuyan al cambio, como a los camiones eléctricos que entran en el puerto.

Otros aspectos

El puerto ha realizado desde hace tiempo una gran transformación en el alumbrado, así como la incorporación de vehículos eléctricos y de las boyas con energía fotovoltaica. También hay un estudio para facilitar el acceso a bicicletas y patinetes, teniendo en cuenta que en el puerto se mueve mucha mercancía pesada y es necesario un plan de movilidad.

La energía residual es un aspecto que también está cobrando importancia, ya que el puerto estudia qué hacer con ella. Y en este aspecto, puede elegir la opción de guardar la energía sobrante para consumirla cuando quiera y abaratar costes, teniendo en cuenta la variabilidad de precios dependiendo del horario del día.

Ocho líneas estratégicas para la reducción de emisiones deValenciaport

1 - Transporte marítimo

  • Electrificación de los servicios auxiliares con el sistema OPS. 

2 - Maquinaria portuaria

  • Electrificación, uso del hidrógeno y de combustibles sintéticos. 

3 - Transporte terrestre

  • Iniciativas de bonificación a quienes cumplan ciertos requisitos. 

4 - Transporte ferroviario

  • Cinco vías de movimiento de trenes y la nueva autopista ferroviaria. 

5 - Movilidad interna

  • Uso de motores eléctricos y de bicicletas y patinetes. 

6 - Estructuras y edificios

  • Plan de adaptación que mejora la eficiencia energética de los edificios. 

7 - Generación de energía eléctrica

  • Energías renovables y autosuficiencia energética. 

8 - Otros

  • Alumbrado, vehículos eléctricos y uso de la energía residual. 
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