Sector vinícola

El fondo de inversión dueño de Codorníu empieza a explorar la venta de la empresa

Carlyle posee el 68% de la productora catalana y roza ya las cifras que se había propuesto alcanzar cuando entró en su capital

El consejero delegado de Raventós Codorníu, Sergio Fuster.

El consejero delegado de Raventós Codorníu, Sergio Fuster. / Marc Vila

Paula Clemente

Cuando el fondo de inversión estadounidense Carlyle compró la mayoría de Codorníu en 2018, la ambición era que esta productora catalana de vino duplicara sus cifras de ebitda, el beneficio antes de restar determinados gastos contables. Se propusieron pasar de los 26 millones de euros de entonces a los 50 millones de euros. Ahora, todo apunta a que la meta se cruzará este año, así que el fondo ha empezado las gestiones para decidir qué hacer a continuación. Según avanza Expansión y ha podido confirmar El Periódico de Catalunya, Carlyle ha comenzado a buscar asesores para explorar opciones. La más probable, vender su parte, aunque fuentes del fondo aseguran que también está encima de la mesa reinvertir, por ejemplo.

"El proceso se encuentra todavía en su fase preliminar y puede, o no, dar lugar a que Carlyle venda su participación en el negocio", indican fuentes del mercado conocedoras de la operación. En cualquier caso, el movimiento "tiene sentido", afirman estas voces. Primero por el tiempo pasado desde la compra, que ya suele ser el periodo de tiempo que se dan estos fondos de inversión para hacer crecer a la compañía y así vender su parte por más dinero del que invirtieron al comprarla. Segundo, por lo bien que ha salido la parte del crecimiento.

En la última presentación de resultados, la del ejercicio fiscal que va de julio de 2023 a junio de 2024, Raventós Codorníu explicó que había vendido en torno a 50 millones de botellas (un 2% más), que había ingresado 232 millones de euros con estas ventas (un 4% más) y había logrado un ebitda de 39 millones de euros (un 15% más). Estos eran los mejores resultados en una década, subrayó su consejero delegado, Sergio Fuster, a quien se atribuye buena parte del mérito de estas cifras.

"La empresa está en un momento clave", analizan las mismas fuentes, que se basan en que "la buena marcha" del negocio, especialmente en estos años de liderazgo de Fuster, "han fortalecido tanto la estructura de la compañía como las operaciones". "El inicio de un proceso así representa una oportunidad significativa para seguir fortaleciendo la posición del grupo en el mundo y seguir generando valor a largo plazo", apuntalan.

Lo es especialmente teniendo en cuenta las cifras que corren dentro de la empresa respecto a su primer semestre fiscal (la segunda mitad de 2024). La productora prevé terminar el ejercicio con una facturación cercana a los 240 millones de euros, lo que supone incrementar en casi un 40% las cifras de antes de que Carlyle entrara en la compañía, y alcanzar ya ese ebitda de 50 millones de euros.

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