La concentración del 18-E

Miles de personas gritan ‘Sí a Almaraz’ por el empleo, el progreso y la soberanía energética

Altos representantes institucionales, colectivos nacionales, asociaciones extremeñas, trabajadores, familias y vecinos de la comarca unieron ayer sus voces para reclamar que se revierta la agenda del apagón nuclear

Doce mil personas según la organización, siete mil según la Guardia Civil, clamaron ayer en Almaraz por la continuidad de la central nuclear. En cualquier caso fueron muchas, porque son muchas las razones que esgrimen los trabajadores, familias, colectivos y municipios que se concentraron. Cinco razones según la plataforma convocante, ‘Sí a Almaraz, sí al futuro’. Siete según los comités de empresa de Almaraz-Trillo. Tres mil según los hogares que dependen de los salarios bien remunerados de la central. Cuarenta mil por cada uno de los habitantes de la comarca del Campo Arañuelo, que se vería abocada a un proceso de despoblación sin esta central, que genera el 7% de la electricidad del país.

Almaraz abrirá el calendario de desconexión de las nucleares: 2027 el primer reactor y 2028 el segundo. Por eso, la manifestación tuvo una sola voz, con algún matiz, pero al fin y al cabo una sola voz: «No al cierre». 

Para la presidenta extremeña, acompañada por todos sus consejeros, la de ayer fue una jornada de «reivindicación y dignidad», porque, dijo, «esto empieza por Extremadura, pero es un asunto de país, y estamos jugándonos la soberanía energética de España».

María Guardiola, que encabezó la manifestación flanqueada por el alcalde moralo, Enrique Hueso, y el operador de reactor Alfredo García, muy conocido por su divulgación en redes sociales, destacó la unidad «sin colores» contra «este despropósito». «El Gobierno de Extremadura va a llegar hasta el final para evitar el cierre, porque estamos cansados de que se decida el futuro de la región desde los despachos de Madrid», afirmó.

Efectivamente, no hubo colores políticos. A la concentración se sumaron instituciones, asociaciones, alcaldes de la comarca... Y con ellos, los dos presidentes de las diputaciones. Miguel Ángel Morales, responsable de la institución provincial de Cáceres, insistió en la necesidad de luchar por el futuro de los pueblos, «y para ello es determinante una industria como esta, con 3.000 empleos». Pidió que, de forma urgente, «las empresas que explotan la central soliciten su prórroga», que el Gobierno de España «la conceda», y que «las demás administraciones hagamos todo lo posible para que Almaraz siga siendo una realidad de trabajo y de progreso».

El presidente de la Diputación de Badajoz y secretario de los socialistas extremeños, Miguel Ángel Gallardo, también acudió unos minutos pese a estar en pleno congreso regional en Plasencia. Reiteró su «no» al cierre «hasta que no haya una alternativa que pueda absorber el empleo», e instó a las empresas propietarias de la planta a «romper su silencio» y solicitar la prórroga, sin el «chantaje» de condicionarla a una rebaja de impuestos. Además, pidió a la Junta que empiece «a hacer su trabajo» para garantizar esa alternativa, «porque no han hecho nada».

Este mismo mensaje de llevar la pelota al tejado de las empresas lo esgrimió ayer el Ministerio de Transición Ecológica mediante un comunicado, en el que manifestó que la clausura de Almaraz obedece a una decisión empresarial basada en criterios económicos, y no a una imposición del Gobierno. De hecho, señaló que no puede modificar el calendario de cierre porque se ha establecido a instancias de las eléctricas, y que estas han preferido dedicar sus recursos a las renovables, donde obtienen más rentabilidad.

¿Hasta 2063?

En este sentido, desde la propia central anunciaron en noviembre, tras la recarga, que «Almaraz se encuentra en las mejores condiciones para seguir operando, incluso hasta los 80 años (2063)». Por tanto, el debate estaría zanjado. Otro asunto es la carga impositiva, que representa un 70% de los costes de las plantas.

Sea como fuere, el calendario del apagón se aproxima, de ahí la amplia representación del ámbito político, económico y social que se citó ayer en Almaraz. Como los eurodiputados populares Juan Ignacio Zoido y Elena Nevado. También el secretario general de Vox en el Congreso, José María Figaredo, acompañado de cargos extremeños (Ángel Pelayo e Ignacio Hoces), quien denunció el «empeño» del PSOE y PP por acabar con las nucleares y exigió el fin a los gravámenes. 

Asimismo, el presidente de la Asociación de Municipios Nucleares, José Pedro Sánchez, rubricó que no hay razones de peso para clausurar Almaraz, «con los mayores datos en seguridad». El presidente de la mancomunidad, Eugenio Trebejos, alegó que no es posible «perder una de las mejores centrales del mundo», y el alcalde de Almaraz, Antonio Díaz, pidió al Gobierno que «rectifique». 

El comité de empresa de Almaraz detalló las razones para mantener la planta --eficiencia, empleo, seguridad, sostenibilidad…--. Finalmente, el presidente de la plataforma convocante, Fernando Sánchez, alcalde de Belvís y trabajador de la central, despidió emocionado una jornada histórica para el Campo Arañuelo. 

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