Las amenazas para Ford crecen a ambos lados del Atlántico
Según el CEO de la firma norteamericana, Jim Farley, los aranceles del 25 % de Trump para México y Canadá se traducirán en "mucho coste y mucho caos" para marcas como la del óvalo
Mientras, en una Europa en la que ha mantenido la electrificación de Colonia pero no de Almussafes, la compañía ha perdido más de la mitad de sus ventas desde 2018

La planta de motores que Ford tiene en Windsor, en Canadá, la pasada semana. / Emily Elconin/Bloomberg

Ford, uno de los gigantes históricos de la automoción, vive un periodo marcado por las amenazas a ambos lados del Atlántico. Por un lado, desde hace años se ha puesto de relevancia la pérdida de modelos que la marca ha tenido en Europa, un golpe en forma de recortes productivos que se ha notado -entre otros enclaves- en una planta de Almussafes que desde el año pasado sobrevive con un ERTE RED activo y solo el Kuga en fabricación. Una reducción de tipos de coches que también está impactando en unas ventas de vehículos que, según los últimos registros, se encuentran en claro desplome en el continente. Sin embargo, ahora la preocupación de la firma se bifurca en otra dirección. Y esa no es otra que los ataques arancelarios de Donald Trump a México y Canadá, que avisan con ser un estacazo para el negocio, esta vez en el propio corazón financiero de la multinacional: Norteamérica.
Las subidas arancelarias
Lo avisó el propio CEO de la compañía, Jim Farley, días después de que el mandatario anunciara su intención de elevar estas tarifas aduaneras a sus dos países vecinos hasta el 25 %. "Hasta ahora lo que estamos viendo es muchos costes y mucho caos para las marcas", apunto el dirigente de la empresa del óvalo, que alertó del impacto "devastador" que esta medida tendrá para la industria de la automoción de Estados Unidos. "A largo plazo, un arancel del 25 % en la frontera con México y Canadá abrirá un agujero en la industria estadounidense como nunca hemos visto". Un caso ejemplificado en el propio fabricante estadounidense.
No en vano, a día de hoy Ford cuenta con tres plantas de montaje y otras tres de motores entre ambos países, ubicaciones en las que fabrica modelos tan variados como el Edge, el Bronco, el Maverick o el primer modelo eléctrico que produjo a nivel mundial, el Mustang Match-e. De ahí que decisiones como la de imponer mayores aranceles a los productos que lleguen de ambos países -según la consultora Jato Dynamics, uno de cada cinco coches vendidos en EE UU de Ford proceden de México o Canadá- encienda las alarmas de una industria automovilística que ya ha visto cómo Trump ha autorizado el alza de las tarifas al acero o el aluminio de "todo el mundo" hasta ese 25 %. Además, ya ha comunicado ese mismo porcentaje arancelario para la importación de vehículos a partir de abril.
Es un futuro incierto que ya alertó la propia compañía la pasada semana cuando dio a conocer que su beneficio neto había crecido hasta los 5.695 millones de euros en 2024, una mejora del 1,5% respecto al ejercicio anterior fundamentada en el éxito de sus divisiones de combustión y comercial y a pesar de las pérdidas de casi 5.000 millones de euros de su área de coches eléctricos. Además, su contexto temía que podía ir a la baja de cara a este ejercicio tanto por esos aranceles como por los "vientos en contra relacionados con el mercado".
Caída en Europa
Esos mismos flujos, sin ir más lejos, ya se notan especialmente en una Europa que da cada vez más la espalda a los modelos de la marca. Porque tras decir adiós en los últimos años a vehículos como el Fiesta, el Mondeo, el S-Max o el Galaxy, Ford acabó 2024 -según los datos de la patronal europea ACEA- con únicamente 426.307 unidades vendidas entre los países de la Unión Europea, Reino Unido, Noruega, Suiza e Islandia. Esa cifra, que comparada con la de 2023 suponía una caída en ventas del 17 %, colocó a la firma en el puesto número 12 de las marcas más compradas del continente.
El problema, no obstante, se agrava si se ve la gran diferencia que ha vivido esta situación en tan solo seis años. No en vano, el año 2018 se cerró prácticamente en un millón de ventas -994.397 unidades-, lo que situaba a Ford como el tercer fabricante que más coches vendía, solo superado por Volkswagen (1,7 millones) y Renault, con 1,1 millones de vehículos. Eso le hacía tener un 6,4 % de la cuota de mercado, un número considerablemente más alto que el 3,3 % que conserva a día de hoy.
La firma reduce los días sin producir en Almussafes en febrero y marzo
Ford decidió ayer reducir los días en los que había previsto no producir en Almussafes por tensiones en la cadena de suministro. En concreto, decidió eliminar las paradas tanto del 22, 23 y 27 de febrero como la prevista para el 14 de marzo. Además, en motores, ha sustituido las dos jornadas pendientes sin producir por solo una el día 24, además de eliminar el parón calendarizado para el 10 de marzo. Será un impulso productivo dentro de una industria que ha comenzado con mal pie 2025. No en vano, los registros dados a conocer esta misma semana por la patronal Anfac señalaron que entre todas las plantas se fabricaron en enero 168.076 vehículos, un 27 % menos que en el mismo mes de 2024.
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