La subida del salario mínimo reduce la brecha de género salarial en 700 euros en la C. Valenciana

Un informe de CC OO y UGT señala que la segregación ocupacional o tener mayores empleos parciales sigue lastrando una diferencia en ingresos que toca mínimos al bajar del 20,2 % al 17 %, pero que sigue siendo de más de 4.500 euros

Una mujer cuida de un mayor en Petrer en una imagen de archivo.

Una mujer cuida de un mayor en Petrer en una imagen de archivo. / J. Hernandez

Juanma Vázquez

Juanma Vázquez

València

La brecha salarial entre hombres y mujeres se reduce considerablemente en la Comunitat Valenciana, aunque sigue siendo superior a los 4.500 euros anuales brutos. Esa es la realidad que refleja el informe "Brecha de género en el salario y las pensiones en el País Valencià" presentado esta mañana por CC OO-PV y UGT-PV, un texto -realizado con motivo de la celebración mañana, 22 de febrero, del Día de la Igualdad Salarial- en el que se señala que la diferencia en las retribuciones entre ambos géneros -según los datos de la última Encuesta de Estructura Salarial del INE- se ha reducido en la autonomía desde el 20,2 % que había en 2021 hasta el 17 % de 2022. Con ello, se sitúa también una décima por debajo del dato estatal (17,1 %).

Evolución de los datos

Esta circunstancia en el territorio valenciano, si se traslada a importes concretos, refleja que mientras los hombres cobran de media 26.683 euros brutos cada año, las mujeres ingresan 22.135 euros. Una diferencia de 4.549 euros que, eso sí, se ha reducido en 700 respecto al dato que había un año antes, cuando esta brecha en los sueldos alcanzaba los 5.244 euros. Tras este hecho positivo, que deja esta barrera en su menor valor desde que se tienen registros -en 2012 era del 26,4 %-, el documento apunta al papel que han jugado tanto "aumentar los salarios más bajos, con subidas importantes del salario mínimo interprofesional (SMI)" que lo situaron en 2022 en los 1.000 euros frente a los 735 que había en 2018, como, por otro lado, "reducir la temporalidad a través de la reforma laboral, cuyos efectos se desplegaron en 2022".

No obstante, pese a este contexto, desde los sindicatos recuerdan que la jornada parcial sigue siendo "más elevada y tiene un carácter mucho más estructural en el caso de las mujeres", siendo los principales motivos el no encontrar un empleo a tiempo completo y, a continuación, "el cuidado de menores o personas dependientes". En esta brecha, también se apunta en el informe otros asuntos como la "segregación ocupacional". No en vano, a pesar de que las mujeres representan el 47 % de la población asalariada, su presencia era en 2022 prácticamente mayoritaria en el sector servicios (85,8 %) -en muchos casos en "ocupaciones y profesiones feminizadas que conllevan una inferior valoración tanto social y económica" como los propios cuidados o las actividades administrativas- y mínima en la industria (11,1 %).

Del mismo modo, el informe también señala la importancia tanto de la clase social como de la edad. En el primero de esos dos puntos se señala que "en el grupo de población que menos gana, la brecha salarial entre mujeres y hombres es mayor (44,3 %)", una circusntancia que también se produce cuando se habla de los empleos con menor cualificación (35,5 % de diferencia salarial). Además, si se mira la brecha por edad, también se aprecia que es a partir de los 35 años cuando la misma se dispara. No en vano, entre los 25 y los 34 años esa diferencia entre el sueldo de hombres y mujeres es de 2.606 euros. Entre los 35 y 44, la misma sube hasta superar los 6.000.

Mujeres empresarias

Más allá del informe, desde la Asociación de Empresarias, Directivas y Profesionales de Valencia (EVAP) también han avisado esta mañana a través de un comunicado del "riesgo de dar pasos atrás" en esta materia. La lucha "por la igualdad salarial entre hombres y mujeres es más urgente que nunca porque, en un contexto actual de constantes cambios, los avances en derechos que ya hemos conseguido parecen estar en peligro", destaca su presidenta, Marta Iranzo, que llama a adoptar "medidas concretas para erradicar la desigualdad salarial, que no solo afecta a las mujeres, sino que impacta negativamente en la productividad, el clima laboral y la economía en general". "La igualdad salarial no es solo una cuestión de justicia social, sino una inversión en un futuro más próspero y sostenible para todos", concluye Iranzo.

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