AGRICULTURA
Las incidencias en el riego y en las granjas, principales problemas en el campo valenciano por el apagón eléctrico
AVA-Asaja denuncia que “tenemos una clase política más centrada en otros factores ideológicos, olvidándose de lo verdaderamente importante para la ciudadanía”
La Unió señala que las principales pérdidas por el apagón se centran en el sector avícola, vacuno y porcino y pedirá al Gobierno procedimientos ágiles y sencillos de compensación de daños

Pozo de riego próximo a explotaciones de cultivos en Valencia. / Levante-EMV
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) advierte de que el apagón eléctrico que ha afectado a la Península Ibérica causó diferentes incidencias en el sector agropecuario de la Comunitat Valenciana, especialmente en aquellos territorios donde más tiempo tardó en recuperarse el suministro.
Los viveros e invernaderos sufrieron problemas por la interrupción de los sistemas de ventilación de las plantas, especialmente en aquellos casos que no disponían de grupos electrógenos para hallar una solución alternativa. Además, el apagón provocó fallos en los sistemas de refrigeración y conservación de productos agroalimentarios, lo que comprometió la calidad de aquellos alimentos altamente perecederos que se encontraban en cámaras frigoríficas o procesos de postcosecha.
En el ámbito ganadero, la interrupción de los sistemas de ventilación, alimentación automática y otros procesos mecanizados de las granjas obligó a los productores a operar manualmente, modificando la rutina habitual de estas explotaciones, sobre todo en avicultura, porcino y cunicultura.
Pozos particulares
En el regadío, algunas entidades de riego y pozos particulares reportaron problemas debido a la imposibilidad de regar las explotaciones agrarias, ya que la falta de suministro eléctrico dejó fuera de servicio las bombas de riego y otros dispositivos. Muchos riegos tampoco se pudieron realizar durante la mañana de hoy porque los sistemas quedaron desprogramados. Esta situación afectó a los cultivos más sensibles a los cambios hídricos, que se encuentran en pleno periodo de crecimiento, agravadas por las altas temperaturas registradas este fin de semana.
Problemas compartidos
AVA-Asaja también subraya que el sector agrario no fue ajeno a los problemas compartidos con otros sectores económicos, como las interrupciones en las gestiones informáticas, los sistemas de monitoreo, los controles de inventario y las dificultades logísticas derivadas del apagón. En muchos casos, el cierre de gasolineras impidió el abastecimiento de combustible de la maquinaria agrícola.
El presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, afirma que “esto no puede pasar en un país desarrollado como España. A la falta de infraestructuras hidráulicas que tuvieron una incidencia tan negativa ante la sequía o la dana, ahora se suman fallos intolerables en la infraestructura energética. Quizás tenemos una clase política que está más centrada en otros factores ideológicos, olvidándose de lo verdaderamente importante para la ciudadanía, como la energía estable y asegurada, la atención sanitaria, el funcionamiento de la justicia, el agua, etc. Hay muchas urgencias por solucionar, por lo que el Gobierno debería dejar de perderse en batallitas para mejorar la gestión de los asuntos que sí importan”.
Sector ganadero
La Unió Llauradora i Ramadera indica que las principales pérdidas se centrarán en el sector ganadero de la Comunitat Valenciana y que no serán mayores por la importancia de tener alternativas preparadas. El impacto en el sector primario ha sido dispar, dependiendo de sector y ubicación, en la medida en la que el suministro se ha ido restableciendo en distintos momentos. En este sentido, destaca que, como siempre, muchas zonas del medio rural han vuelto a tener suministro horas más tarde que en las capitales de provincia.
La Unió señala que las posibles pérdidas en estos casos no están cubiertas por los seguros agrarios y que en muchos casos los seguros privados son económicamente poco accesibles para los ganaderos. Por lo tanto, la organización, pide al Ministerio y a la Conselleria de Agricultura que hagan una valoración económica de las posibles pérdidas los sectores afectados y al Gobierno que se depuren las responsabilidades y se instrumenten procedimientos ágiles y sencillos de compensación de daños por parte de quien proceda hacerse cargo de estos.
La organización destaca cómo la posibilidad de preparación de determinados sectores, como el avícola, “ha evitado pérdidas millonarias, aunque las ha habido”. Las granjas, con un alto nivel de tecnificación, dependen totalmente de su funcionamiento del suministro eléctrico, incluso en cuestiones clave como la ventilación y alimentación. Buena parte de ellas cuentan con grupos electrógenos, aunque en algunos casos ha habido dificultades para acceder al suministro de gasóleo al encontrarse cerradas muchas gasolineras de las zonas rurales, circunstancia que ha perjudicado tanto a ganaderos como agricultores para llenar sus depósitos de maquinaria agrícola con combustible.
En el sector porcino, la situación es dispar, en la medida en la que una parte importante de granjas no dispone de grupos electrógenos, ha podido haber pérdidas de producción y estrés en los animales que se tendrán que analizar. La Unió destaca, también disrupciones en la cadena por problemas en los mataderos, por lo que muchas granjas de aves y porcino han visto aplazadas las cargas de animales.
En el sector lácteo se constatan pérdidas generalizadas. Las necesidades de bombeo en el ordeño, de frío, e incluso de robots de ordeño, precisan de una potencia que sólo la pueden dar generadores que no muchas granjas se pueden permitir por su elevado coste y por falta de disponibilidad. También, en granjas sin grupo electrógeno que se abastecen de agua de pozos los problemas sufridos han impedido el suministro de agua provocando estrés hídrico a los animales.
Igualmente se reportan pérdidas en granjas y cooperativas al estropearse la leche recogida en los tanques. En este aspecto, alertan de que los problemas no sólo son los sufridos ayer, muchas vacas, ovejas y cabras de ordeño se enfrentan a estrés, incluso muertes por esta causa y posibles problemas como mamitis, por permanecer hasta 20 horas sin poder ser ordeñadas, con lo que las pérdidas irán escalando a lo largo de la semana, también por posibles averías en el equipo eléctrico.
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