APAGÓN

Género para tirar, averías y pérdidas en facturación de más de 2.500 euros golpean a la hostelería y comercio

El corte del suministro eléctrico durante horas provoca frustración y rabia en algunos establecimientos hosteleros y pérdidas de productos "por la interrupción de la cadena de frío" en los locales comerciales

Los autónomos valencianos cifran en 130 millones de euros el lucro cesante en sus negocios

Una camarera en un servicio en València este martes tras el apagón.

Una camarera en un servicio en València este martes tras el apagón. / Miguel Ángel Montesinos

València

El apagón eléctrico que durante gran parte del día del lunes afectó a España y Portugal tuvo, además de en los hogares, un considerable impacto en aquellos negocios que levantaron la persiana en la Comunitat Valenciana. Un golpe, minimizado en el caso de la provincia de Valencia por la festividad de Sant Vicent Ferrer que evitó muchas aperturas, que tuvo especial incidencia en dos sectores clave para el tejido económico valenciano como el comercio y la hostelería.

Así lo destacaron a este diario tanto Mauro Lorenzo, presidente de una de las patronales valencianas del pequeño comercio (Unió Gremial), como el máximo dirigente de los hosteleros a nivel autonómico, Manuel Espinar, quienes apuntaban este martes que en ambas actividades el parón energético ha tenido un impacto "importante". En concreto, Lorenzo asegura que además de la pérdida de género y productos "por la interrupción de la cadena de frío", algunos de los establecimientos de su sector -bajo los que se engloban gremios como el de los carniceros, que en aquellos establecimientos que no abrieron, explica, "no hubo perdida de género" o los panaderos- también han "sufrido averías debido a los cambios de tensión en el momento en el que se restableció el suministro eléctrico".

Junto a ello, otra consecuencia -a la espera de saber en los próximos días el impacto económico en cifras concretas de este parón energético- es que muchos comercios ubicados por toda la Comunitat "tuvieron que cerrar al no poder atender a sus clientes", mientras que en otros casos fue la falta de luz la que "imposibilitó el pago con tarjeta y otros métodos digitales". Una situación que aún no se ha solucionado por completo. En palabras de Lorenzo, "hay muchos comercios que siguen sin internet y no pueden cobrar con datáfono aún hoy".

El impacto en la hostelería

Un caso similar se vivió en la hostelería, donde Espinar recuerda que el lunes "se esperaba muy buena actividad teniendo en cuenta la festividad y la buena climatología". Sin embargo, el corte de luz que duró hasta una docena de horas hizo que dar servicio "fuera muy complicado y, en algunos casos imposible", especialmente en aspectos como los pagos. Sobre ello, ayer destacaba que a la espera de recabar toda la información que permita poner en cifras el coste de este incidente, "el impacto económico para el sector será importante".

En esta visión también se manifestaban fuentes de la Coordinadora de Hostelería de los Barrios de València, que señalaron que el apagón eléctrico tuvo "un impacto desigual" en los negocios de la ciudad y de la playa. En términos globales, se produjo un retroceso de un 35 % sobre la actividad de un festivo. Las zonas de playa y turísticas del centro fueron las más afectadas, ya que no podían trabajar sin apenas luz natural para alumbrar la cocina. Por eso, hubo problemas con los datáfonos, ordenadores y en los cobros.

Clientes comiendo en un restaurante del centro de València, ayer.

Clientes comiendo en un restaurante del centro de València, ayer. / Miguel Ángel Montesinos

Algunos restaurantes con iluminación exterior y que servían paellas a gas o leña y ensaladas al aire libre pudieron adaptarse y mantener su actividad, pero no al 100%. Sin embargo, los restaurantes a la carta del centro y las franquicias sin terrazas que dependen de la electricidad, prácticamente no pudieron abrir. Eso sí, los almuerzos funcionaron sin problemas, según detallaron fuentes de la Coordinadora, que destacaron que las terrazas mantuvieron su actividad a base de tapas frías y las "pérdidas en alimentos fueron menores teniendo en cuenta que los congeladores resistieron". Por su parte, al ocio nocturno no le afectó al no ser día con sesiones de tardeo.

Frustración y rabia

No obstante, en casos concretos, la situación se vivió con gran frustración y rabia. Cecilia Lombardo, que tiene dos restaurantes en Calixto III y en el Barrio de Cánovas de cocina argentina, cifró en unos 2.500 euros las pérdidas económicas en ambos locales, más los 400 euros en nóminas de los empleados. "El producto congelado se ha salvado pero los alimentos preparados con cierta antelación como las empanadas horneadas o las milanesas las tuvimos que tirar para garantizar la calidad del producto que servimos a nuestros consumidores", señaló. También se vivieron momentos de "miedo y preocupación" porque los empleados empezaron a oír comentarios del vecindario de que había habido un "atentado" que afectaba también a otros puntos de Europa y esto provocó que cerrasen hacia las 13.30 horas.

Por su parte, Sete Barranco, propietaria de un restaurante de cocina mediterránea y valenciana ubicado cerca de las Torres de Serranos, destacó que han registrado "muchísimas pérdidas, entre 2.500 y 2.800 euros, la facturación de un día, los gastos de personal y el género fresco". Tanto es así, que los preparados para los arroces, con los mariscos y los pescados, se tuvieron que descartar. Estuvieron esperando a ver si volvía la luz, pero hacia las 15.30 horas, sin posibilidad de seguir trabajando tuvieron que cerrar ya que, además, no podían servir cerveza fría, ni había luz suficiente para trabajar ni para cocinar.

El golpe entre los autónomos

Pero más allá de sectores, quienes si hicieron este martes una primera estimación del golpe económico del apagón fueron los autónomos valencianos. En concreto, fuentes de ATA-CV estimaron que el lucro cesante -es decir, los ingresos que se dejaron de obtener por este incidente- fue de alrededor de 130 millones de euros, una décima parte del impacto que tuvo esta situación a nivel nacional.

Por su parte, desde otra entidad de este colectivo como UPTA se calculaba que cada autónomo valenciano -siendo estos uno de los perfiles "más vulnerables"- había perdido de media unos 650 euros por esta situación. No obstante, la afectación era diferente dependiendo del negocio, ya que en casos como una cafetería las pérdidas en facturación ascendían hasta los 600 euros, mientras que en el caso de una peluquería bajaba hasta los 400.

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