Vivienda

Cortes de luz y pegamento en las cerraduras: El acoso del fondo ruso que compró pisos por 23.000 euros en València

Varias familias han denunciado estas prácticas en Conselleria de Vivienda, que de momento no ha tomado cartas en el asunto

Piso en la calle conseller Méndez Núñez adquirido por un fondo de inversión ruso

Piso en la calle conseller Méndez Núñez adquirido por un fondo de inversión ruso / F.Calabuig

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

València

Aparecieron antes de Navidad y sin identificarse, y desde entonces Elena no puede dormir. Iban con ropa táctica, estilo militar y con logo de una empresa de desokupación, aunque ella no es okupa. Le han metido silicona en la cerradura, la han amenazado y le han cortado la luz y el agua varias veces. Su contrato de alquiler seguía vigente, pero el fondo de inversión ruso la quiere fuera como sea.

Es el calvario que Elena ha denunciado como acoso inmobiliario después de que este grupo inversor extranjero comprara 9 pisos (entre ellos el suyo) el pasado 31 de diciembre en València. Lo hizo a precio de derribo, pues un piso costó 23.000 euros y otro 28.000. Su piso, en el distrito de Quatre Carreres y muy cerca de la Ciudad de la Justicia de València, también fue vendido a precio de saldo sin que ella lo supiera.

Desde entonces Elena atraviesa problemas de salud mental, y sus hijos hacen lo posible por estar con ella. Mientras, la empresa contratada por el fondo le corta los suministros, la acosa y la amenaza y las denuncias a la policía local se acumulan. La mujer no se atreve, literalmente, a salir a la calle por si vuelve y no puede entrar.

Valencia VLC piso en el barrio de Fuensanta en la calle conseller Francisco Bosch adquirido por un fondo de inversión ruso

Valencia VLC piso en el barrio de Fuensanta en la calle conseller Francisco Bosch adquirido por un fondo de inversión ruso / F.Calabuig

Sabe que su contrato de alquiler se acabará pronto y sus hijos han presentado una oferta de 180.000 euros para recomprar el piso, pero el fondo no quiere negociar. Además, hace unos meses solicitaron a Conselleria de Educación que les cedieran el derecho de tanteo, para que la familia pudiera recomprar el piso por lo que costó al fondo, algo que Vivienda nego, ya que había renunciado a esa posibilidad en el mes de diciembre.

"Por las buenas o por las malas"

El día que llegaron los "matones", Elena pensó que quien llamaba era una vecina. "Me dijeron que me fuera, y yo les contesté que aún tenía contrato de alquiler y que iba a presentar una oferta para comprar el piso, pero nada. Me dijeron que me iban a echar de allí por las buenas o por las malas. Y empezaron a cortarme la luz", explica.

En Navidad fue la primera vez que le sabotearon la cerradura con silicona. "Por los días que eran estuve varios días sin poder entrar en mi casa y con lo puesto en el piso de mis hijos", cuenta. El día 27 pudieron volver a entrar y comenzaron a hacer guardia por miedo para que siempre hubiera alguien en el piso.

"Los hemos pillado varias veces in fraganti gracias a los vecinos que llaman a la policía. Los agentes nos dijeron que esa gente tiene antecedentes de todo tipo ", explica la afectada. Por el momento, el caso sigue con una denuncia interpuesta.

Valencia VLC piso la calle conseller Méndez Núñez adquirido por un fondo de inversión ruso

Valencia VLC piso la calle conseller Méndez Núñez adquirido por un fondo de inversión ruso / F.Calabuig

Desinterés del Consell

El paquete de pisos que compró el inversor ruso a precio de saldo tras el desinterés de la Generalitat está formado por ocho viviendas en Valencia y una Mislata. La firma adquirió las viviendas por un precio de entre 23.400 euros (un piso en el barrio de la Fuensanta) y 99.000 euros (un inmueble situado en la calle Méndez Núñez, junto a a avenida de Francia). Otro piso comprado por 89.100 euros está junto a la Ciudad de las Ciencias.

La Torre

El caso es similar al del edificio de viviendas de alquiler social que ha reservado la sociedad de inversión Ktesios en La Torre por 9 millones de euros y en el que cada piso cuesta de media 67.000 euros. Veintiséis entidades vecinales (entre ellas la Federación de Asociaciones Vecinales de València y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca -PAH-) reclamaron ayer a la Generalitat Valenciana y al Ayuntamiento de València que ejerzan el derecho de tanteo y adquieran el edificio para seguir destinándolo a alquiler social.

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