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La justicia irlandesa tumba la alianza de CityJet y Air Nostrum

El juez avala el plan de reestructuración interna de la aerolínea hibernesa elaborado por los examinadores y que saca del accionariado de la compañía a los socios de la empresa valenciana

Dirigentes de Air Nostrum y CityJet, en el momento en el que se anunció la alianza.

Dirigentes de Air Nostrum y CityJet, en el momento en el que se anunció la alianza. / Levante-EMV

Juanma Vázquez

Juanma Vázquez

València

Salvo cambio judicial -muy improbable- de última hora, la alianza -puesta en marcha en 2023 con el nombre de SARA- entre la aerolínea valenciana Air Nostrum y la irlandesa CityJet tendrá próximamente su punto y final. Según han avanzado diversos medios del país isleño y ha podido cofrimar este diario, esta semana el juez encargado de dilucidar el futuro de la compañía hibernesa -que se encuentra inmersa desde mayo en un proceso de 'examinership', un trámite recogido en el derecho irlandés que sirve para ayudar a dar viabilidad a firmas que entran en una situación de crisis- ha decidido aprobar la propuesta de rescate de la aerolínea presentada por los 'examinadores'. La misma -como avanzó este diario en agosto- cuenta con el rechazo de la propia SARA, el accionista mayoritario de CityJet y cuyo control está en manos de los socios de Air Nostrum al 80 %, que considera que esta solución "no garantiza la supervivencia de la empresa".

Aval del juez

Sin embargo, el magistrado encargado del proceso -que dará su sentencia completa la próxima semana- sí ve viable un movimiento que dejará una consecuencia relevante. Y es que a pesar de que ambas compañías han mantenido su independencia económica -lo que evita que la cuenta de resultados de la aerolínea valenciana sufra- desde que dio comienzo su alianza, un fallo positivo a la propuesta de los examinadores implicará el fin accionarial en CityJet de SARA -y, por tanto, de los socios de Air Nostrum- y la entrada de nuevos accionistas, encabezados por el inversor danés y dueño de otra aerolínea como Jettime, Lars Thuesen, que según avanzan desde Irlanda pasaría a tener una participación del 92 % en la 'nueva' CityJet gracias a la inyección de capital superior a los tres millones de euros que realizaría. Este paso, además, sería un estacazo mortal a la idea con la que nació la propia SARA, la de crear el mayor grupo de aerolíneas regionales de Europa.

Preguntados por el avance de este procedimiento judicial, desde la compañía que preside Carlos Bertomeu rechazan pronunciarse hasta no conocer el fallo completo y se remiten a las explicaciones que dieron hace un mes y medio a este diario. En ellas, la firma apuntaba que la dirección de CityJet "aprobó inicialmente en el consejo" un plan propuesto por SARA con el objetivo de dar viabilidad a la citada empresa. Pese a ello, posteriormente, esos dirigentes no apoyaron esta iniciativa sino la "propuesta final presentada por el 'examiner' al juez con la que nosotros no estamos de acuerdo". "Tenemos treinta años de experiencia en el mercado y conocemos bien los números de CityJet porque somos accionistas de la compañía. Precisamente por ello, no consideramos ajustadas a la realidad las proyecciones financieras revisadas sobre las que se sustenta el plan que ha hecho llegar el 'examiner' al juez irlandés”, incidían al respecto.

El contrato con Lufthansa

Más allá de consideraciones y viabilidades, la realidad es que este procedimiento -el segundo al que se ha sometido la compañía desde la covid-19 y el tercero de su historia- tuvo su origen hace meses. Porque CityJet no opera vuelos regulares desde 2018, sino que su modelo de negocio ha pasado por alquilar sus 21 aviones -con su respectiva tripulación, es decir, con un 'wet lease'- a dos compañías aéreas como SAS y Lufthansa. Sin embargo, a inicios de año el grupo alemán abogó por elevar más la apuesta por sus propias filiales, lo que se tradujo en la decisión de no renovar el alquiler de los seis aviones que tenía contratados con CityJet. Este movimiento supuso un golpe inesperado que dejaba contra las cuerdas el futuro de la compañía irlandesa al tener -según dictaminó un informe independiente- una deuda neta cercana a los 40 millones de euros en febrero que le obligó a ir a un 'examinership' cuya resolución parece ya totalmente definida... sin SARA.

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