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Un año de la dana

La economía valenciana sale a flote un año después

En términos macro, Valencia ha resurgido de la devastadora riada del 29 de octubre de 2024, si bien la recuperación no ha sido total porque hay sectores y empresas que todavía sufren los estragos de las inundaciones

Un comercio devastado por la dana el 29 de octubre de 2024

Un comercio devastado por la dana el 29 de octubre de 2024 / EDUARDO RIPOLL

València

El 29 de octubre de 2024 el cielo se cayó sobre Valencia. Como en el Mar Rojo a las órdenes de Moisés, las aguas de lluvias torrenciales se abatieron sobre el territorio y se llevaron a su paso impetuoso todo lo que se interpuso en su recorrido: miles y miles de coches, puentes, árboles, negocios... y personas. 229 no regresaron a la vida. Otras miles perdieron para siempre a familiares y amigos. Muchas más han quedado traumatizadas y viven con pavor las alertas de la Aemet. Entre la devastacion, casi siempre, la vida renace. Tambien lo ha hecho la economía valenciana. En tiempo récord, se diría. Un año despues, vuelve a respirar y su corazon late a buen pulso, aunque, obviamente, arrastra cicatrices.

Han pasado al olvido decenas de negocios que se sostenían precariamente y otros no han tenido capacidad para renacer. Eso es cierto, pero también es un hecho que doce meses después de la dana, en contra de lo que se creyó en aquellos días de duelo, han resurgido decenas de comercios y empresas damnificados por las inundaciones. Algunos, a mejor, porque la inversión que han tenido que realizar ha mejorado sus instalaciones y servicios. Ese factor, el de la inversión, ha sido crucial, tanto las aportaciones de las administraciones públicas y del Consorcio de Compensación de Seguros, como las privadas, procedentes de ahorros o endeudamiento bancario. La reconstrucción ha generado economía y ha propiciado una rápida salida de la debacle.

Recuperación

El responsable del departamento de estudios de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), Ricardo Miralles, afirma que “a nivel macro, prácticamente, sí” se ha recuperado la actividad económica previa a la riada. Y el presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, José Vicente Morata, va un poco más allá y afirma que hoy día la economía autóctona "está mejor que hace un año". Desde luego, los datos son incontestables. El PIB de la autonomía creció en el segundo trimestre de este año un 3,1 % en términos interanuales. Se trata de tres décimas por encima de la media nacional, debido al buen comportamiento del turismo y las medidas implementadas para la recuperación tras la dana, según los datos de la AIReF, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal.

Montañas de coches dañados por la dana

Montañas de coches dañados por la dana / JOSE MANUEL LOPEZ

El paro ha descendido en 20.515 personas entre septiembre de 2024 y septiembre de 2025. De ellas, 9.881 corresponden a la provincia de Valencia, sobre la que se precipitó la riada. El empleo, medido como afiliados a la Seguridad Social, ha pasado de los 2,16 millones de octubre del año pasado a los 2,20 millones de septiembre de 2025. El número de empresas ha crecido un 0,28 % y cerró el segundo trimestre en las 155.659. Las matriculaciones de vehículos se han disparado un 48 %, hasta las 103.044 unidades del noveno mes del año.

Coches

Este último dato es significativo. Uno de los daños más devastadores de la dana fue la destrucción del parque móvil. De hecho, el Consorcio de Seguros recibió solicitudes de indemnización de 144.784 coches. Por tanto, es lógico ese aumento en la compra de vehículos. Sin embargo, ambas cifras no casan, lo que implica que ha habido personas que no tenían dinero suficiente con lo que les ha pagado el seguro para renovar su vehículo o que han preferido no realizar la inversion o que, donde tenían más de un coche, se han conformado con uno solo.

En la patronal valenciana tienen claro que el efecto rebote de principios de año y la dinámica de la economía, "que se está comportando mejor de lo esperado", han permitido, a nivel macro, "superar los registros previos a la dana", pero cuando se desciende en el análisis a ámbitos más reducidos las alegrías son menos generales. A nivel de sectores y en el perímetro de la zona afectada, la recuperación llega al 90 %, explica Ricardo Miralles, quien precisa que hay actividades que están peor que otras. Por ejemplo, la agricultura se queda en el 50 %, porque las inundaciones arrasaron campos y maquinaria pero sobre todo árboles que pueden tardar cinco años en renacer.

Industria

En la industria, las grandes firmas ya superan el 90 % de actividad, mientras que las pequeñas empresas manufactureras se acercan al 80 %. También es más lenta la recuperación en el comercio y la restauración, ubicados en plantas bajas y, por tanto, muy damnificados por las lluvias. Los efectos sobre ambas actividades varían en función de la proximidad de los locales a los barrancos, pero un 20 % ha cerrado de forma definitiva.

La Cámara de Valencia ha publicado esta semana un informe que corrobora esa evolución de los sectores. El consumo de energía eléctrica, las afiliaciones a la Seguridad Social y las matriculaciones de vehículos apuntan a una recuperación general de la industria. Ahora bien, casi un 6 % (cien en total) de las empresas ubicadas en las poblaciones afectadas por la dana ha cerrado. Asimismo, la reparación de los daños en las firmas del sector secundario tampoco ha sido completa, singularmente en los cerramientos, como puertas, tabiques y suelos, y en la maquinaría y herramientas.

Servicios

La corporación cameral ha detectado una situación algo diferente en los servicios, donde el consumo eléctrico está por debajo al de hace un año, a diferencia de lo que sucede con la afiliación a la Seguridad Social. Del total de negocios, siete de cada diez se vieron afectados, pero un 70 % ha vuelto a la normalidad, otro diez por ciento está en obras y el 20 % restante sigue cerrado. Claro que no hay que olvidar lo que apunta el presidente de la Cámara: en el comercio y la hostelería han cerrado unos negocios pero otros han abierto en su lugar, sobre todo en las principales ubicaciones urbanas. "Es un factor neutro, porque unos sustituyen a otros", apunta. Un gran problema está en quienes estaban de alquiler, dado que la reforma corresponde al propietario del local "y eso puede tardar", sobre todo si el dueño se ha visto muy afectado por la dana y tiene que hacer frente a muchos gastos.

Alejandro Bermejo preside la patronal del mueble y la madera Fevama, muchos de cuyos socios forman parte del denominado 'Triángulo del Mueble', es decir la concentración de empresas de esta actividad en Benetússer, Sedaví y Alfafar, tres de las poblaciones más afectadas por la dana. El empresario explica que el comercio se recuperó "pronto, porque adecentó su local, reestableció contacto con sus proveedores y se puso a vender", de tal forma que la "normalidad llegó poco a poco a las zonas comerciales". La industria de este sector "tardó más, porque tuvo que comprar maquinaria, que puede tardar medio año en ser suministrada, y hubo de endeudarse hasta que llegaron las ayudas públicas. Hoy funciona casi al 100 %".

Mueble

Bermejo añade que "hemos salido de esta también porque el sector del hábitat ha tirado con fuerza con una demanda alta en parte derivada de la dana que ha obligado a reponer mucho mueble". No obstante, por el camino también ha habido bajas. "Se ha perdido pequeño comercio viejo y poco rentable, empresas de todo tamaño sin relevo generacional e industrias auxiliares pequeñas que no eran negocios muy rentables y que no tenían margen para volver a invertir". La facturación de los que han cerrado la han asumido los que han salido adelante, muchos de los cuales han aprovechado la coyuntura para actualizarse.

Un comercio de Paiporta arrrasado por las inundaciones

Un comercio de Paiporta arrrasado por las inundaciones / EDUARDO RIPOLL

El turismo en València fue una de las actividades más damnificadas. La identificación geográfica de la ciudad con el área afectada castigó su imagen, de tal manera que el aeropuerto de Manises acumulaba record tras record todos los meses de visitantes extranjeros, pero estos no se quedaban en la capital autonómica. Se iban a otros destinos de la Comunitat. Fue, bien es cierto, una tendencia decreciente, porque con el verano la situación se normalizó y los hoteles volvieron a llenarse.

Espíritu fallero

Dicho todo esto, cabe preguntarse por qué se ha producido una recuperación tan rápida de la economía valenciana, sobre todo si tenemos en cuenta que las imágenes dantescas de hace un año auguraban tiempos de penuria. El responsable de estudios de la patronal CEV cita principalmente la "mentalidad del valenciano, ese ímpetu que le lleva, tras quemar las Fallas, a proyectar al día siguiente la del próximo año. Es fundamental la resiliencia del empresariado. Después del shock inicial, la gran mayoría tenía claro que debían buscar fondos para renacer". Precisamente, la inversión pública y privada, según Miralles, "ha sido muy importante", aunque haga matices, con críticas al ICO, el Instituto Valenciano de Finanzas y la SGR, cuyas "líneas se han usado menos", y loas a la Generalitat, que "en términos porcentuales ha dado más ayudas a las empresas -y de forma más ágil- que el Estado, que se ha centrado más en las familias".

Ayudas públicas

La Generalitat Valenciana ha movilizado, comprometido o gestionado partidas por valor de casi 2.500 millones de euros entre contratos de emergencia, dotación presupuestaria para ayudas directas y otras actuaciones para paliar los efectos de la riada, tal como informa la conselleria de Hacienda. Las aportaciones del Gobierno de España han sido mucho más cuantiosas. En concreto, de 16.600 millones a 13 de octubre de este año, incluidos los 3.702 millones del consorcio de seguros, que ha recibido 249.903 solicitudes y ha resuelto 244.104. Del total de recursos movilizados -con 452.000 solicitudes registradas- el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha abonado ya 6.459 millones, según datos del Ejecutivo.

Todas esas inversiones son capitales para la recuperación, sobre todo si tenemos en cuenta que el 90 % de las empresas de las zonas afectadas ha necesitado ayudas, tal como precisa José Vicente Morata, quien añade que "el consorcio de seguros ha sido fundamental, aunque falta por pagar el 12 % de las solicitudes, sobre todo en la industria". Lo corroboran en el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). Su director adjunto de Investigación, Joaquín Maudos, asegura que "el foco de la recuperación debe estar en la reconstrucción y reposición de los activos dañados, cuyo importe se estimó en más de 17.000 millones de euros, cifra muy superior al impacto de la dana en términos de flujos (como el PIB). Las inversiones necesarias para esa reconstrucción son de enorme cuantía, lo que actúa como un claro motor de crecimiento económico".

Un bar de Alfafar afectado por la dana de hace un año

Un bar de Alfafar afectado por la dana de hace un año / JM LOPEZ

El también catedrático de Análisis Económico de la Universitat de València añade que "si además de esa reposición de activos dañados se acometen nuevos proyectos para prevenir futuras danas, el importe de la inversión es aún mayor, lo que acelera la recuperación aún más. Además de ese shock positivo de demanda asociado a las inversiones y que tiene un efecto multiplicador en términos de PIB y empleo, la reposición de los activos dañados es necesaria para la vuelta a la normalidad de la actividad económica. De ahí que sea tan importante que las ayudas lleguen lo antes posible y en cuantía suficiente y proporcional a los daños causados en los activos. La experiencia muestra que si se hacen esas inversiones de forma urgente y en cuantía suficiente, incluso hay un efecto rebote con mayor crecimiento económico". No solo eso, porque terminar infraestructura pendientes como las hidráulicas o el alcantarillado ofrecen seguridad y permiten que la zona sea atractiva para instalarse en ella, según apuntan desde la patronal CEV.

El mérito

Ahora bien, ¿de quién es el mérito de esta fulgurante recuperación?. No hay dudas del papel clave de la inversión pública, pero el presidente de la Cámara de Comercio de Valencia pone en primer lugar la "resiliencia de la sociedad valenciana" y menciona en concreto a los empresarios y los trabajadores como los catalizadores del éxito.

Dos colectivos, por cierto, que padecen secuelas mentales por culpa de aquella tragedia. Lo cuenta José Vicente Morata, quien asegura que los empresarios "nos dicen que necesitan apoyo psicológico" en sus centros de trabajo. "Tienen miedo cuando llueve. Hay bajas laborales por ansiedad y depresión".

Oteado este panorama, queda una cuestión clave. Citados los daños y las inversiones, ¿cuánto se ha perdido en términos económicos por causa de esta dana? El presidente cameral afirma que no se podrá tener una estimación fiable hasta completar todo 2025 y poder compararlo con 2024. Ricardo Miralles, por su parte, considera que no se recuperarán los 17.000 millones de euros en pérdidas de stock de capital contabilizados por el IVIE. En cuanto "al PIB de negocio, se ha perdido una parte micro, pero no la macro". ¿A qué se refiere? Pues, por ejemplo, a la reposición de muebles en las viviendas afectadas, que no ha beneficiado al comercio local, porque "estaba desecho, de tal manera que las ganancias han ido a parar a otras empresas, del resto de Valencia o de fuera de este terrotorio". "Lo mismo ha sucedido con los concesionarios de coches, porque los de la zona afectada no pudieron suministrar vehículos al principio", afirma este experto que no se atreve a dar cifras concretas.

Preocupación con el alcantarillado en los polígonos

La principal preocupación de los polígonos industriales afectados por la dana es el estado del alcantarillado, que todavía no ha sido reparado y no es capaz de soportar una nueva inundación. Las áreas empresariales con mayor número de empresas dañadas por la riada están en Paiporta, Catarroja, Aldaia y Alfafar. Un 6 % del millar de empresas de estos municipios ho han podido a volver a levantar la persiana. Los polígonos de otra decena de municipios también sufrieron daños "devastadores".

Patricia Muñoz, presidenta de la Federación de Polígonos Empresariales de la Comunitat Valenciana (Fepeval), insiste en que los polígonos no están preparados para otra gran inundación. "Los daños en el alcantarillado no se ven a simple vista, pero está muy afectado. Con las últimas lluvias ha habido acumulaciones de agua y eso que por suerte no cayó agua durante muchas horas", advierte. Las empresas también están sufriendo cortes de luz constantes debido a que la red eléctrica todavía no está totalmente recuperada. "El problema son los cortes de luz fortuitos porque paralizan la producción", añade. Fepeval ha constatado que un 40 % de las empresas sufre cortes de luz de tres a cuatro veces por semana y un 10 % de ellas a diario.

Carlos Peinado, gerente del polígono La Reva de Riba-roja (que suma 700 empresas), explica que la dana provocó la paralización del 90 % de la actividad durante los primeros días. "Nos quedamos sin servicios básicos como la electricidad o el agua. Las empresas tuvieron que recurrir a generadores y a principios de año empezó a recupersarse la actividad a pesar de que el 60 % de las naves sufrió daños directos. A día de hoy, el polígono está funcionando al 100 % y los traslados de empresas a zonas no inundables han sido puntuales", subraya Peinado.

Las áreas empresariales defienden la necesidad de establecer un protocolo claro ante futuras dana. "Necesitamos certidumbre para saber cómo actuar en los casos en los que se decrete alerta naranja o roja", señala Patricia Muñoz.

Impactos

Será una tarea complicada, desde luego, calibrar todos los impactos. Por ejemplo, medir la ganancia de productividad que han logrado tantas empresas, sobre todo de la industria, gracias a la renovación de maquinaria y procesos a que les ha obligado la dana. O en qué medida se cuantifica el efecto negativo sobre el consumo que posiblemente se dé en los próximos meses como consecuencia del exceso de gasto en salir de la dana que han tenido que realizar tantas familias y mercantiles con cargo a sus ahorros.

A este respecto, Ricardo Miralles es concluyente: "La renta per cápita en las poblaciones más afectadas por la dana ya era más baja que en el resto del territorio aquel 29 de octubre. Ahora, han menguado los ahorros de las familias y las empresas damnificadas, porque las ayudas no han cubierto la totalidad del dinero invertido, y eso va a afectar a su capacidad de gasto y de consumo", en los proximos meses, lo que incidirá singularmente en el comercio y la hostelería.

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