Inmobiliarias, fisios o gimnasios florecen en una Comunitat Valenciana que pierde comercios tradicionales
En una autonomía en el que los locales con negocios activos se han elevado un 12 % desde 2014, los establecimientos inmobiliarios o vinculados al cuidado personal se disparan, mientras caen las carnicerías o papelerías

Una joven hace una foto a pisos en una imboliaria, en una imagen de archivo. / German Caballero

Caminas por una calle de esas miles y miles que esbozan el trazado de una ciudad o pueblo de la geografía valenciana. Miras a un lado y esa carnicería con la que tu madre llenaba la nevera cuando eras pequeño ya no está. Tampoco se puede ver ya la zapatería en la que te compraron tus primeras deportivas. O la papelería en la que se hacía siempre ese pedido de libros para 'la vuelta al cole'. En su lugar, hay otros negocios -ni mejores ni peores, tan solo diferentes- vinculados al 'boom' inmobiliario que marca el día a día de miles de ciudadanos o a ese cuidado personal reflejado en gimnasios o barberías. Nuevos locales en auge de los que puedes contar varios dando un simple paseo.
Estas palabras son un relato ficticio, pero bien pueden representar con fidelidad la realidad que ha vivido el tejido económico valenciano en la última década. Un entorno empresarial que, a nivel macro y según reflejan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), ha visto como los locales con negocios activos en la autonomía han pasado de ser 377.087 en 2014 a 422.902 en 2024, es decir, un 12 % más. Sin embargo, la evolución de estos establecimientos no ha sido homogénea, sino que mientras unos sectores han proliferado, otros han decaído.
Los que crecen
Al frente de esos negocios que 'florecen', entendido dentro de una autonomía que -como el resto de España- ha visto como el alquiler vacacional o la compraventa de viviendas se ha ido disparando progresivamente hasta alcanzar cifras históricas, están las actividades inmobiliarias por cuenta propia o a cargo de terceros, dos ramas que suman más de 11.500 negocios más en conjunto que en el año 2014. Junto a ellas, no obstante, también proliferan otros 'cnaes' -epígrafes utilizados para subdividir las distintas actividades económicas- como el de 'otros servicios personales' (bajo el que se incluyen las lavanderías, barberías, peluquerías, etc.), el de 'otra educación' (academias para recuperar asignaturas, por ejemplo) o el de 'otras actividades sanitarias', categoría que engloba negocios como los fisios, los psicólogos o, incluso, la medicina alternativa.
Para Mauro Lorenzo, presidente de Unió Gremial, el impulso de este tipo de locales se explica porque "estamos viendo cada vez más que la gente dedica mucho más tiempo al cuidado de ellos mismos, igual que a viajar y a salir", un contexto vinculado a los servicios propios -pero también al de aquellos a nuestro cargo- para el que pone dos ejemplos. "Hoy he inscrito dos socias nuevas, una es una veterinaria y otra es una peluquera", resalta. "Tenemos poder adquisitivo para hacer nuestra vida más agradable", enfatiza.
Los que sufren
En el otro extremo, el de esas empresas que se 'marchitan' en la Comunitat, llaman la atención en primer lugar la caída -motivada entre otros factores por problemas como el aumento de los costes de construcción o el estancamiento que ha habido en el mercado de obra nueva- de las promotoras inmobiliarias, pero también la desaparición progresiva de comercios de proximidad, desde carnicerías a panaderías, pasando por relojerías. "Esos negocios tradicionales son los que más están sufriendo por esa falta de relevo generacional, porque muchos de ellos requieren un personal especializado difícil de encontrar", apunta al respecto Lorenzo, que también valora el impacto negativo que situaciones como el alza inflacionaria vivida estos últimos años genera. No en vano, que la ciudadanía tenga un poder adquisitivo menor "hace daño", añade.
En otros casos, como los establecimientos de moda o las papelerías, el principal factor -aunque no el único- que el dirigente detecta está en la influencia que está teniendo para las ventas "el auge de las plataformas digitales" y, con ello, cambios de hábitos de consumo como un alza de las compras digitales -desde libros en Amazon a prendas de ropa en Shein- que también hacen "mucho daño" a esos establecimientos más tradicionales. Tanto es así que los epígrafes vinculados al comercio al por menor reflejan como en una década se han perdido en conjunto más de 10.000 locales.
El comercio genera el 12,5 % del PIB valenciano con sus 55.000 puntos de venta
Un sector con 42.139 empresas y más de 55.000 puntos de venta, que genera además el 12,5% del Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunitat Valenciana y el 10,2 % de su empleo. Ese es el impacto que tiene la actividad comercial en la autonomía en 2025, según refleja la radiografía del sector hecha por la Oficina Pateco del Consejo de Cámaras. Un peso destacado que, según explicaban este viernes desde Confecomerç, muestra "su contribución a la economía real, la generación de empleo estable, y su impacto directo en el crecimiento de los municipios".
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