Proyectos

Tecnología que protege a medio mundo de los ciberdelincuentes

La compañía S2 Grupo ya lleva a cabo proyectos en más de 30 países, con clientes públicos como el CNI y privados que van desde los bancos a las energéticas, la salud o el sector industrial

José Rosell, CEO de S2  Grupo, frente a la sede  valenciana de la compañía

José Rosell, CEO de S2 Grupo, frente a la sede valenciana de la compañía / M.Á. Montesinos

Las palabras ciberataque o ciberdelincuencia han dejado de ser extrañas para un ciudadano medio. Robos de datos empresariales, paralización de infraestructuras clave, acceso a información clasificada y un largo etcétera de amenazas provocadas por bandas organizadas -y también por algunos Estados- son cada vez más frecuentes, una realidad que obliga a compañías e instituciones públicas a blindarse para evitar que una ofensiva digital les cause graves daños.

En esa labor de protección una empresa española como S2 Grupo se está abriendo camino poco a poco a ambos lados del Atlántico mediante la prestación de servicios de auditoría y consultoría y ofreciendo asistencia de vigilancia y protección en el ámbito de la ciberseguridad y la ciberinteligencia.

Esta circunstancia, atípica al ser gigantes empresariales de países como Estados Unidos los que han erigido su supremacía mayoritariamente, no resulta sin embargo única. Como explica el CEO de S2 Grupo, José Miguel Rosell, el propio nacimiento de la compañía «en un pisito de València» en 2004 fue ya una situación poco común: «Éramos dos ingenieros industriales (Rosell y su socio fundador, Miguel Ángel Juan) que empezamos a trabajar en el mundo de los ingenieros informáticos». Sin embargo, desde ese origen en el que la empresa se especializaba en «dar sobre todo servicios de consultoría» en seguridad informática, la realidad de S2 Grupo ha cambiado por completo. De unas pocas personas en una sede valenciana, que fue cambiando con el tiempo de ubicación en la ciudad, se ha pasado a otra realidad muy diferente para una empresa que «solo ofrece servicios con tecnología propia, que es una rara avis».

No en vano, además de haber creado Enigma -una escuela para formar expertos en ciberseguridad-, la compañía cuenta actualmente con una plantilla de 610 personas, «el 80% de los cuales son ingenieros de distintos tipos», muchos de ellos jóvenes que están «muy preparados». Una plantilla que se reparte no solo por España (en la propia València, Madrid, Barcelona, Sevilla y San Sebastián), sino también por las oficinas que la empresa ha ido abriendo en ciudades europeas como Bruselas, Lisboa y Rotterdam, esta última hace menos de un año, y en ciudades latinoamericanas como Bogotá, México y Santiago de Chile.

Inversión tecnológica

Con el apoyo de todas estas sedes y de lo que percibe como un «acierto en la apuesta por el talento», S2 Grupo puede realizar en la actualidad proyectos en hasta 35 países, enclaves globales en los que «estamos desplegando tecnología española» pese a que es un ámbito donde han reinado compañías de «Estados Unidos, Israel o, incluso, Rusia». «Una de nuestras grandes apuestas ha sido desde el inicio invertir todo lo que íbamos generando en investigación y desarrollo», enfatiza Rosell sobre una estrategia en la que han invertido casi 20 millones y que les permitió en 2010 alcanzar un «gran hito» como fue el de conseguir «el primer proyecto de I+D a nivel europeo».

Un año después, en 2011, su tecnología les permitió alcanzar otro logro: el de empezar a trabajar para el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que, como reconoce el CEO, «hoy es uno de nuestros principales clientes». No es el único entre la Administración. Porque todos los ministerios en España -explica Rosell «tienen herramientas de S2 que hemos desarrollado junto al CNI», una realidad a la que se suma el trabajo con diversos Gobiernos autonómicos o con Renfe, que va a montar «su centro de operaciones de seguridad con tecnología nuestra».

A ello se añade, en el ámbito privado, un despliegue de clientes en todos los sectores -especialmente aquellos con infraestructuras sensibles o alto poder económico- que van desde la banca (con proyectos junto a BBVA o Caixabank) a la energía (con Endesa o Iberdrola, entre otros), pasando por la salud y la industria. Este último, señala Rosell, ha resultado una ciberseguridad intrínseca para la compañía desde su nacimiento «porque en ese momento ya creíamos que tendríamos que proteger barcos, centrales eléctricas y nucleares, presas, etc. y eso ha hecho que estemos en una posición de competitividad muy buena».

Sin embargo, estos riesgos se han ido ampliando a casi todos los ámbitos y escenarios y «hay cada vez más necesidad de contratar servicios de ciberseguridad», detectándose por ejemplo -afirma el dirigente- un crecimiento en el robo de información ligada a tesis, patentes o resultados de investigaciones porque así «roban el know how», es decir, el conocimiento de un país o de una empresa.

Solo en 2021 se estimaba que el impacto de los ciberataques había sido de 6 trillones de dólares, un valor creciente que, sumado a los datos actuales de la compañía, hace prever un aumento de su volumen de negocio «por encima del 20% o del 25%» cada año. De momento, para 2022, Rosell estima que la facturación va a crecer alrededor de un 28% hasta alcanzar los 32 millones de euros, con 2 millones de beneficios que «van a reinvertirse por completo en tecnología». Pese a ello, el CEO de S2 Grupo mantiene una impronta de calma en el horizonte aunque se calcule un crecimiento «en facturación y en personas también», ya que lo más importante -considera- es «ir con cuidado y asentar todo lo que vamos haciendo».

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