Horizontes

El rebrote covid en China pone en alerta a las empresas

Algunas compañías perfilan alternativas ante la incertidumbre en el país asiático

Vista general de los contenedores del puerto de Shangai, en una imagen de archivo

Vista general de los contenedores del puerto de Shangai, en una imagen de archivo / EFE/Xu Xiaolin

Tres años después del fatídico 2020, casi como si de un deja vu se tratara, el mundo vuelve a mirar a China. Y lo hace, de nuevo, con preocupación e incertidumbre por la proliferación del mismo enemigo, la covid-19. La decisión de poner fin el pasado diciembre de la polémica y aislativa política ‘covid cero’ que regía en el gigante asiático se ha traducido en un repunte considerable de los casos positivos en el país. O, al menos, eso es lo que se intuye. Porque tanto la opacidad del Gobierno de Pekín como la actual falta de vigilancia de cómo evoluciona la enfermedad en el país -no se cuentan los contagios o las muertes que se están produciendo, entre otras lagunas informativas- impiden conocer en profundidad la magnitud del problema. Y, sin una base objetiva a la que agarrarse, la alerta ante la amenaza se acentúa, especialmente en una economía que se ha habituado en los últimos tiempos a remar ante la adversidad.

Así sucede pese a que todavía esos efectos del rebrote no se han percibido. Como explica Ricardo Miralles, director de Economía y Analisis de la patronal valenciana CEV, «el sector productivo no está percibiendo efectos negativos derivados del fin de la política ‘covid cero’ en China». O lo que es lo mismo, que la economía europea -y por ende la española y la valenciana- aún no han experimentado «ni retrasos en los suministros, ni rupturas en las cadenas de valor ni tampoco en el ámbito logístico», sintetiza Miralles. Sin embargo, no es tanto en el momento actual sino más bien en el futuro inminente donde la alerta económica está plenamente activada.

En palabras de Vicente Mompó, responsable del área internacional de la Cámara de Comercio de Valencia, «está claro que el aumento de los contagios acabará afectando a los ritmos de fabricación hasta que la ola esta pase», un impacto que el responsable, pese a ello, no prevé que acabe trastocando «con grandes fricciones las cadenas de suministros» ni tampoco que se extienda durante «meses y meses» como sí sucedió en 2020.  

Para Vicente Pallardó, profesor de Economía Aplicada de la Universitat de València (UV), este incremento del virus puede resultar «relevante» porque en un año «en que la situación económica va a ser complicada», una interrupción de la actividad manufacturera y el transporte de China «va a resultar significativa». Eso sí, la falta de datos fiables sobre la situación real del virus en el país asiático impide saber todavía con exactitud cómo será el impacto final. «Creo que los próximos dos o tres meses van a ser complicados, pero luego debería mejorar la situación», pronostica el experto universitario.  

En esta visión Miralles pone una fecha para comenzar a ver el alcance real en la producción y la logística, «que se manifestará con toda su contundencia tras el final del Año Nuevo Chino, el 9 de febrero». Son los mismos tiempos estimados que ve Pallardó, ya que prevé que será entre febrero y marzo cuando se «verán algunas deficiencias de producción en esas empresas que no hayan podido abastecerse por completo».

Alternativas en marcha

Frente a este horizonte, el responsable analítico de la CEV asegura que actualmente «algunas ramas y compañías muestran cierta preocupación e, incluso están preparando alternativas, planes B». Pese a ello, remarca por su parte Mompó, no existe tampoco «una histeria en tre las empresas» por el alza covid. «Su mayor preocupación va por otro lado, con cosas inmediatas, porque en China está pasando esto pero el mundo sigue funcionando». 

Una de las claves para que este rebrote del virus sea percibido en la actualidad como una amenaza menos peligrosa a priori que en 2020 para el ecosistema empresarial la da el propio dirigente de internacionalización de la Cámara de Comercio de Valencia. «Hemos diversificado las fuentes desde donde traemos materias primas o productos acabados y, en muchos de ellos, ya no tenemos esa dependencia», asegura Mompó. «Ahora las empresas son más resilientes», coincide al respecto Miralles. Este camino diversificador del gigante asiático, más allá de riesgos puntuales como el actual, acabará siendo «fundamental» en palabras de Pallardó porque en el futuro, «si no se alivian las tensiones geopolíticas, el acceso al mercado chino se va a complicar más» para las empresas de Occidente. No obstante, con una mirada más cercana a la primavera, lo que se espera es un gigante asiático que para el experto «se va a recuperar». 

«Vamos a ver una China más dinámica, porque sus políticas monetarias y fiscales van en esa dirección. Y esto ayudará al crecimiento mundial». Es la misma perspectiva que percibe Miralles, ya que el fin de la política ‘covid cero’ debe suponer «un alivio a las cadenas de valor al evitar, salvo fuerza mayor, el cierre y la paralización total de empresas y puertos chinos».

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