En frente

La Casa de Alba, Abelló y Flores suman y siguen

Aristócratas, empresarios, financieros, incluso deportistas de élite, mantienen grandes explotaciones agrarias

Carlos Fitz-James Stuart, Juan Abelló y Samuel Flores  son grandes propietarios de fincas.

Carlos Fitz-James Stuart, Juan Abelló y Samuel Flores son grandes propietarios de fincas. / Activos

José Luis Zaragozá

José Luis Zaragozá

Hay otros factores que explican el aumento de la actividad inversora en el campo más allá de la rentabilidad: las históricas subvenciones procedentes de Bruselas que el suelo rústico ha acaparado en las últimas décadas. La PAC es la partida presupuestaria más importante de la UE y proporciona fondos para la producción de cultivos. El Gobierno central canaliza unos 2.800 millones de euros al año para los pagos de las ayudas directas de la PAC. Estos benefician a cerca de 650.000 agricultores. El ejecutivo de Pedro Sánchez, para evitar a los ‘cazaprimas’, quiere recortar estas subvenciones a los beneficiarios que cobren más de 60.000 euros a partir de 2023. Son grandes propietarios de pastos o tierras improductivas de montaña. Son los llamados «agricultores de salón». Así pretende que lleguen más fondos de la Unión Europea a pequeños productores.

Uno de los éxitos cinematográficos de la última temporada del sector español de la gran pantalla ha sido el drama rural Alcarràs. La película dirigida por Carla Simón, que el próximo mes de marzo aspiraba a acudir a la gala de los Oscars de 2023, narra la situación de tres generaciones de una familia de agricultores, los Solé, quienes ven impasibles cómo se desmorona su vida y su trabajo tras la compra de su campo de melocotones por parte de un inversor de placas fotovoltaicas. La película ahonda en la nueva realidad del sector primario español, donde se fomenta la agricultura y la ganadería intensiva, para ahorrar costes y ser competitivos, al tiempo que desembarcan nuevos inversores o se concentran las explotaciones.

Según el censo agrario, publicado por el Ministerio de Agricultura a partir de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), un 94% de los titulares de las tierras rurales en España son personas físicas. Por supuesto, no todos son agricultores profesionales, pues también los hay a tiempo parcial. Algo más de 911.600 acumulan alrededor del 70% de la superficie agraria. De ellos, 1.162 personas poseen fincas de más de cinco kilómetros cuadrados de extensión. Al acercar más la lupa, según revela un informe de EjePrime, la cifra se reduce aún más: 181 personas de España tienen alguna propiedad con más de 10 kilómetros cuadrados de superficie.

Algunos de estos terratenientes son familias de la aristocracia, nuevos burgueses, grandes empresarios o banqueros. Ahí están Nicolás Osuna, los Mora-Figueroa Domecq, la saga del industrial vasco José María Aristrain o la familia Botín. Hay tres nombres propios que nunca faltan en las listas de grandes latifundistas: el empresario e inversor Juan Abelló, que concentra 40.000 hectáreas de tierra. Entre ellas destaca la finca de Lobillo en Alhambra, ubicada en Ciudad Real y una de las más grandes de España con setenta kilómetros cuadrados de extensión

La Casa de Alba dispone de 34.000 hectáreas de superficie y obtiene 2,9 millones de euros en subvenciones de la Política Agraria Común (PAC). Cereales, almendros, olivos, frutales de hueso... De todo hay en las fincas de los Alba. La mayor parte son terrenos rurales dedicados a la explotación agrícola y ganadera aunque también a las energías renovables. El dirigente de los negocios agrarios es Carlos Fitz-James Stuart, quien ha implantado una nueva gestión económica del negocio agrario desde que falleciera su madre, en 2014. Esta familia de noble linaje cuenta con varias sociedades mercantiles, con lo que acapara más propiedades agrícolas.

Y la tercera saga familiar española con mayores extensiones agrarias es la de Samuel Flores, una de las principales fortunas de Castilla-La Mancha, según Forbes. Más de 34.000 hectáreas de Albacete, Ciudad Real y Jaén les pertenecen. El dato convierte al conocido ganadero albaceteño (que atesora 200 millones de euros, lo mismo que sus hijos Isabel, Samuel y Carlos) en el tercer mayor terrateniente de España. La finca El Palomar, en Povedilla (Albacete), tiene 3.000 hectáreas y en los últimos años han acumulado 23.000 hectáreas que reciben 1,25 millones de euros de la PAC. Las fincas de mayor tamaño suelen destinarse a cacerías y a realizar actividades de ganadería extensiva, según el estudio sobre la concentración en la tierra de España de la fundación Mundubat.

Compraventa de fincas

Las cifras de compraventas de fincas rústicas en España hasta octubre de 2022, último mes del que se tienen datos, fue de 131.749 propiedades. Destacan Andalucía (20.641 propiedades), Castilla y León (20.475), Castilla-La Mancha (17.190) y Comunitat Valenciana (16.170). El año finalizó por encima de las 155.000 compraventas, según las estimaciones de Cocampo, la plataforma de anuncios para la compraventa y arrendamiento de fincas rústicas.

En Mallorca destacó el pasado verano la adquisición por parte de un matrimonio extranjero de la finca Son Galceran, propiedad de la familia March Sencillo, ubicada a las afueras de Valldemossa y con una superficie de 70 hectáreas en total. También destaca la inversión de la familia de Michael Schumacher, que adquirió una finca de 5,4 hectáreas con cientos de almendros y un espacio para criar caballos en Andratx.

El campo también genera negocios a deportistas de élite, que compran y venden. Sergio Ramos, futbolista del Paris Saint-Germain, vendió su finca El Rubio, una dehesa de 40 hectáreas en Las Pajanosas (Sevilla), a una familia colombiana por 5 millones de euros. Con todo, el exfutbolista del Real Madrid mantiene su inversión en la finca La Alegría, donde tiene la yeguada SR4. Dicen que esta finca ha dejado alucinado al mismísimo Mbappé. Tiene una extensión de 44 hectáreas, donde cuenta con 40 boxes, 3 picaderos, 3 pistas al aire libre y 9 corrales.

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