Plantas y flores: los nuevos materiales para envases alimentarios

La presión al plástico debido a las nuevas normas medioambientales genera inversiones millonarias por parte de las empresas de la industria de la alimentación en busca de alternativas sostenibles y viables

Un envase de tetrabrik para bebidas fabricado con cartón

Un envase de tetrabrik para bebidas fabricado con cartón / Activos

José Luis Zaragozá

José Luis Zaragozá

La industria alimentaria busca nuevos envases y el sector de la distribución así lo exige. El plástico tiene los años contados y los costes por su uso, se disparan. Paja, cáñamo, cacao, margaritas e incluso algas, entre otras flores y plantas, son algunos de los materiales que los fabricantes de envases y embalajes comienzan cada vez más a usar en busca de nuevos envoltorios. El tiempo se acaba y hay que cumplir con la legislación ambiental de Bruselas.

Paja, cáñamo, cacao, margaritas e incluso algas ya sirvenpara realizar envases.  efe

Paja, cáñamo, cacao, margari tas e incluso algas ya sirven para realizar envases. efe / JOSÉ LUIS ZARAGOZÁ

En 2018, la Unión Europea publicó la ‘Estrategia de los Plásticos en la Economía Circular’ en la que se establece como objetivo principal que para 2030 el 100% de los envases que se pongan en el mercado del viejo continente deberán ser reutilizables o reciclarse de manera rentable.

«Para cumplir con los objetivos marcados por la UE las empresas de alimentación demandan nuevas soluciones de envasado con materiales reciclables o compostables. En este contexto, la industria del papel está irrumpiendo fuertemente en el sector de alimentación. Cada vez más hay fabricantes de envases que ya han empezado a desarrollar soluciones basadas en papel», indica Concha Bosch, investigadora del instituto de innovación tecnologica agroalimentaria Ainia. Sin duda, el papel y cartón se consolidan como alternativas que irrumpen con fuerza en esos usos.

Las firmas de envases y embalajes apuestan por el nuevo manejo del plástico basado en estrategias de reciclados y reutilización de materiales. Quieren adaptarse a las nuevas normativas que han entrado en vigor desde el 1 de enero de 2023.

Desde entonces, ya es una realidad el impuesto al plástico, con 0,45 euros por cada kilogramo de este material que no sea reutilizable. Además, el real decreto de envases obliga a reducir las botellas de plástico de un solo uso o aumentar los citados reutilizables.

Así las cosas, flores y plantas, algunas marinas, son varios de los materiales a los que acuden las empresas. Es el caso de DS Smith, que forma parte del Cluster de Innovación en Envase y Embalaje de España, que agrupa a 70 empresas de la cadena de valor del envase y el embalaje de España. Esta iniciativa cuenta con el respaldo del Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (Itene) y del Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas), dos centros tecnológicos punteros y con cuartel general en Paterna a la hora de trabajar con materiales.

DS Smith tiene previsto invertir 117 millones de euros en un plan de I+D+i para probar la capacidad de distintas fibras vegetales alternativas como las margaritas, las cáscaras de cacao, los residuos agrícolas en forma de paja, el cáñamo o el miscanto. Además, realiza ensayos con algas marinas. Las primeras pruebas muestran que podrían sustituir al plástico gracias a su resistencia al agua.

Institutos tecnológicos

Los institutos tecnológicos Itene y Aimplas también trabajan con fibras naturales: cáñamo, yute, sisal, lino, algodón, celulosa y residuos agrícolas, entre otras materias primas, para reforzar los bioplásticos y alcanzar unas características similares a las de los plásticos convencionales, reconoce en declaraciones a Efeagro el director del Cluster, Javier Pérez.

En la actualidad, según los investigadores del Ainia, la mayoría de envases basados en papel que hay en el mercado cuentan con una barrera funcional plástica que les proporciona resistencia al agua, ayuda a mejorar las propiedades barrera del envase, ofrece capacidad de sellado y contribuye a la seguridad alimentaria previniendo migraciones de sustancias que pudieran provenir del material de celuloide reciclado, entre otros. El problema es que estos envases compuestos no son actualmente reciclables ni compostables y, por tanto, hacen que las tasas de reciclaje del papel en España ronden actualmente la no desdeñable cifra del 75%.

Entre otras innovaciones para frenar esa dependencia del plástico, hay barquetas de cartón para envasado de productos frescos (frutas y verduras). Las fabrican firmas como Smurfit Kappa. Y hay barquetas de cartón termosellables para envasado de alimentos frescos (carnes o pescados) que realiza Hinojosa. Incluso botellas de papel para envasado de refrescos, que elabora Pulpex. Los envases de alimentos y bebidas, sin duda, van a cambiar mucho.

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