Opinión

Algún éxito

Algún éxito

Algún éxito / Carles Peris

Carles Peris

Conseguir algún logro en Bruselas de parte de la Comisión Europea no es tarea nada fácil. Sin embargo, el esfuerzo, el tesón, la rigurosidad y profesionalidad a veces sí tienen resultados positivos. Si vas a la capital comunitaria solo a pasearte, tomar chocolate o alguna cerveza, mantener alguna que otra reunión, no sirve de nada si no presentas argumentos convincentes o informes detallados para hacer comprender la situación de lo que quieres exponer. Y eso es lo que hacemos desde la Unió Llauradora cada vez que cogemos un vuelo en dirección a Bélgica, llevamos bajo el brazo textos escritos con los suficientes razonamientos para que se tomen en consideración. Logramos ya hace un tiempo, junto al sector, el tratamiento de frío para las naranjas de Sudáfrica. Costó, pero se consiguió finalmente. No hay más que ver cuál es ahora la reacción de los sudafricanos que lo desean frenar a toda costa. Ahora trabajamos para que se extienda también a las mandarinas. Esta semana hemos tenido conocimiento de otro logro importante. En la próxima revisión del Reglamento (UE) 2019/1793 se va a pasar del 20% al 30% la frecuencia del control de identidad y físico de los envíos de las naranjas procedentes de Egipto que entran en la Unión Europea. A finales de marzo, viajamos hasta Bruselas con este objetivo, entre otras cosas. Allí, la Unió presentamos a través de la eurodiputada del PSPV-PSOE, Inmaculada Rodríguez-Piñero, un informe técnico sobre las sustancias prohibidas detectadas en frutas y hortalizas procedentes de Egipto, en el cual se revelaba la presencia de materias activas de pesticidas cuyo uso no está autorizado en la Unión Europea o cuyos límites máximos de residuos son superiores a los permitidos.

De cada 1.700 toneladas de frutas y hortalizas importadas desde Egipto se detecta una alerta sanitaria en la Unión Europea.

Teniendo en cuenta que se importan sobre 340.000 toneladas de ese país cada campaña, las cifras son relevantes y obligaban a las autoridades a actuar como así ha sido. La respuesta es un nuevo éxito para la citricultura valenciana gracias al intenso y riguroso trabajo realizado. De solo hacer un 10% de controles a los envíos hemos pasado al 30%. Queda aún bastante por hacer, los cítricos deben ser considerados productos sensibles y la reciprocidad en forma de cláusulas espejo debe ser una realidad más pronto que tarde, De todas formas y mientras esto avanza, poco a poco seguimos poniendo pequeñas picas en Flandes que suman.

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