La Fundación Conciénciate da cobijo a personas sin hogar y les brinda ayuda en la búsqueda de empleo

La historia de Claudio comienza en su país natal, Argentina. Claudio Horacio Vivas llegó a España en busca de una vida mejor. Los inicios fueron buenos, ya que consiguió un empleo como interno al cuidado de una persona mayor. Pero, desgraciadamente, esta falleció al poco tiempo. Fue entonces cuando decidió poner rumbo a Elx y buscar empleo en el sector del calzado, en el que ya tenía experiencia previa. Pero esta vez no hubo suerte. No encontró trabajo y acabó durmiendo en la calle.

Su caso es solo uno de muchos con los que trabaja la Fundación Conciénciate. La entidad valenciana cuenta con un proyecto que ofrece atención y acompañamiento a personas sin hogar durante todo el año, ‘Centro de Acogida y pernocta de personas sin hogar’. La iniciativa, que cuenta con el impulso de las Convocatorias de Proyectos Sociales de la Fundación «la Caixa», garantiza la cobertura de necesidades básicas —alimentación, higiene, lavandería, consignas y descanso—, así como la intervención social personalizada.

El Centro de Acogida y Pernocta se puso en funcionamiento en 2023, y gracias al apoyo de la Fundación «la Caixa», sigue «creciendo y consolidándose», apuntan desde Conciénciate. De hecho, actualmente dispone de 60 plazas y en 2024 logró 84 reinserciones habitacionales y 35 laborales.

Los voluntarios son el gran pilar de Conciénciate. El equipo técnico de trabaja desde una «perspectiva holística, teniendo en cuenta la multidimensionalidad de la situación de cada persona», detallan fuentes de la entidad. Su enfoque está centrado en tres ejes: Fortalecer la conciencia social en el voluntariado, garantizar la cobertura de necesidades básicas y facilitar la reinserción social, laboral y habitacional de cada persona, acompañándola de manera integral en su proceso de reinserción y autonomía.

Además, en el centro se desarrollan talleres de autocuidado, inserción sociolaboral y habilidades sociales, diseñados para fortalecer las capacidades de las personas usuarias.

Claudio fue uno de los 250 beneficiarios que pudieron dar un giro a su vida. Actualmente trabaja fabricando sacos térmicos y puede permitirse una habitación donde vivir, lo que le ha aportado mayor estabilidad y tranquilidad en su día a día.