La industria auxiliar del sector del automóvil afronta con «moderado optimismo» la última oleada de inversiones por parte de fabricantes extranjeros, una excepción en el conjunto de la Unión Europea, donde la automoción no levanta cabeza y los fabricantes han anunciado dese julio el cierre de nuevas fábricas y 30.000 despidos. Pese a todo, gracias a las exportaciones y al tirón de la demanda de países emergentes, los parques de proveedores de equipos y componentes de vehículos de España —que logran una facturación anual próxima a los 30.000 millones de euros— confían en mantener su cifra de negocio en estos próximos años tras haber crecido un 9 % durante el último año pese a la crisis económica, según constatan las últimas cifras facilitadas por la patronal Sernauto.

Para la Asociación Valenciana de la Industria de la Automoción (AVIA), entidad que aglutina a las principales empresas de la autonomía, las exportaciones y los proceso de diversificación resultan claves en un período como el actual. El sector de automoción de la Comunitat Valenciana ha vertebrado un plan estratégico en torno a la diferenciación del sector y en su apuesta por la tecnología, nuevos productos y diseños de valor añadido frente a la competencia de los países emergentes, con costes productivos más bajos que los españoles. «Nuestro plan estratégico —según la entidad que preside Emilio Orta— aborda la falta de cooperación que se da entre las empresas del cluster y el compromiso de la entidad por conseguir una mayor integración para acceder a proyectos más ambiciosos y diferenciadores».

Las inversiones que han anunciado en España fabricantes como Ford, PSA Peugeot-Citröen, Seat o Nissan, entre otros, garantizan el futuro de los parques de proveedores en España, donde suministran piezas a las marcas en mejores condiciones que sus competidores europeos dada la proximidad y, por tanto, menores costes logísticos. Por eso, la industria de componentes—que apuesta por el exterior—confía de lleno en la veintena de fábricas del automóvil instaladas en España. Este nuevo plan estratégico de AVIA se centra en mejorar la productividad, las inversiones en I+D+i así como la internacionalización. Según Orta, «la intención es conseguir eliminar al máximo los fallos en la producción para mantener la competitividad frente a otros países emergentes aprovechando así la «fiabilidad» del producto español entre los fabricantes de coches. Aunque las cifras de facturación siguen lejos de las obtenidas en los años previos a la crisis, unos 2.000 millones de euros, el empleo en las empresas valencianas tan sólo ha caído entre un 2 % y un 3 %. En su conjunto, las compañías aglutinan unas plantillas que se acercan a unos 21.000 trabajadores. Unas 3.000 están ubicadas en fábricas instaladas en el parque de proveedores de Almussafes.

Pese a todo, el negocio de la automoción sostiene que no debe descuidar la amenaza que supone el riesgo de que parte del tejido empresarial en España se deslocalice a países que ofrecen mayores fortalezas en oportunidad de negocio. Además, empiezan el ejercicio 2013 contemplando el derrumbe de la demanda de turismos por la crisis se tradujo en 2012 en una caída de las ventas del 8,2%, la mayor desde 1993. En total, se matricularon en la Unión Europea (UE) poco más de 12 millones de coches, lo que supone el nivel más bajo de las últimas dos décadas, según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA). Sus previsiones no son muy optimistas de cara al presente ejercicio.

Flexibilidad y menores costes

Otros análisis sobre el futuro del automóvil, como el Informe Global sobre Automoción que acaba de publicar la consultora multinacional KPMG, alertan de los riesgos que se desprenden por la mayor importancia de nuevas regiones en todo el mundo, sobre todo en países emergentes, con grandes centros de producción. Para Francisco Roger, socio responsable del Sector Automoción de KPMG en España, los recientes anuncios de grandes inversiones realizados por compañías como Ford, Seat, Renault, PSA Peugeot-Citröen, Nissan o Iveco (grupo Fiat), «no deberían llevar al resto del sector a confiarse y a dejarse llevar por esa mayor competitividad española» que proclama el ministro de Industria José Manuel Soria, fundamentada, en unos menores costes unitarios en el proceso de producción en España respecto a otros países competidores del Viejo Continente.

El retroceso de matriculaciones en España durante 2012, a pesar del Plan PIVE (ayudas de 2.000 euros a cambio de achatarrar cada vehículos de más de 10 años), ha sido del 13,4%, lo que sitúa el nivel de ventas por debajo de las 700.000 ventas anuales, es decir la peor cifra desde 1986, según aseguró esta semana el informe de la patronal de fabricantes Anfac.

Además, las matriculaciones caen en todos los grandes mercados europeos, excepto Reino Unido, donde suben un 5,3%, hasta 1,9 millones de unidades. De este modo, España se convierte en el tercer país de la UE que vende más turismos, tras Alemania (las matriculaciones caen un 3%, hasta 3,2 millones de unidades), y Francia (2,2 millones).

Países emergentes

Nueve de cada diez de los fabricantes mundiales consultados por KPMG prevén que los grandes países denominados BRIC (Brasil, Rusia, India y China) se conviertan en años venideros en grandes núcleos de producción próximos a los mayores mercados occidentales. Una amenaza que no sólo reside en estos cuatro gigantes, ya que los grandes agentes del sector también esperan que México se convierta en un gran centro de producción para el mercado americano y confían en una Europa del Este fuerte en el mismo eslabón de la cadena de valor.

Según la consultora KPMG, los fabricantes de automóviles volverán a invertir mayoritariamente en vehículos de gasolina hasta 2018, por delante las inversiones en híbridos enchufables. La persistente incertidumbre que rodea a las tecnologías de los vehículos, así como las nuevas tendencias (globalización, rápida urbanización y cambios en la actitud del consumidor), son las fuerzas clave que, según las predicciones, «provocarán un gran cambio en el panorama de la automoción durante los próximos cinco años», según la citada consultora.

Además, un tercio de los responsables de empresas fabricantes de equipos originales y proveedores sostienen que va a invertir en simplificar y optimizar la tecnología de los motores tradicionales . Los fabricantes de equipos originales y proveedores de todo el mundo también vislumbran nuevas oportunidades para impulsar el motor de combustión. Sin duda, todo parece indicar que el coche eléctrico tendrá que esperar bastante tiempo para triunfar en el mercado.