El empresario cementero sostiene que un país sin inversión en infraestructuras no puede mantener su competitividad, ni siquiera en el sector del turismo. Un hecho que constata la patronal cementera Oficemen. Durante estos años de dura crisis, las exportaciones han sido el único balón de oxígeno que ha tenido el sector para intentar compensar la pérdida de la demanda doméstica. No obstante, resulta cada vez más complicado la nuestra industria competir en los mercados exteriores, debido, principalmente, al elevado coste eléctrico que sufre la industria española en comparación con el resto de países europeos. El directivo de Cementos La Unión advierte que a incertidumbre política en España y la situación del Gobierno en funciones «tampoco es bueno para la economía». Para 2016, los cementeros prevén de nuevo un escenario de crecimiento moderado que se situará en torno al 7 %, que sin embargo puede verse perjudicado por la citada inestabilidad política. De hecho, la inversión en obra civil representa aproximadamente dos tercios del consumo de cemento en España. j. l. z. valencia
