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El CEU ya habla 88 lenguas

Diez años después de introducir el primer grado en inglés, esta universidad privada es ejemplo de internacionalización. Uno de cada tres alumnos del campus de Moncada es extranjero. No hay crisis para el CEU, que acumula 70 millones de inversión desde 2011

Rosa Visiedo, rectora de la UCH-CEU. J. L. Bort

Son como las chinchetas en el mapamundi de un explorador, la particular sala de trofeos de una entidad que ha salido de su área de confort. Desde hace unos años, la Universidad CEU Cardenal Herrera cuelga en la fachada de su edificio de Ciencias Sociales la bandera de cada país del que recibe algún alumno. Ya llevan 88. Desde Francia y Taiwan, los dos países con las mayores colonias de estudiantes extranjeros, a Zambia, Vietnam, las Antillas Holandesas o las islas caribeñas de San Cristóbal y Nieves. Los habitantes de Moncada y Alfara, a siete kilómetros de València, han normalizado ya la convivencia con sus nuevos vecinos, una especie de ONU. 2.500 alumnos del campus de la Universidad CEU-Cardenal Herrera son extranjeros, uno de cada tres estudiantes de esta institución en pleno crecimiento, demográfico y de infraestructuras.

«Veníamos de una oferta académica en la que predominaban Derecho, Farmacia y Ciencias de la Comunicación», explica la rectora, Rosa Visiedo Claverol (Barcelona, 1961), sobre la realidad de esta universidad privada valenciana hasta hace aproximadamente una década. «Durante muchos años ha sido una universidad con vocación local, con una oferta nutrida y en función de la demanda de la sociedad valenciana. En la medida en que introducíamos ciertas titulaciones interesantes para la gente de fuera, el panorama fue cambiando. Veterinaria, por ejemplo, que no existe en todas las autonomías, nos ayudó a ser conocidos fuera de la C. Valenciana», cuenta Visiedo, al frente de la universidad desde 2011.

En 2009 se produce un hito del que ahora se cumple una década: el CEU incorpora la titulación de Odontología en inglés. Con Dentistry comenzó todo. «Descubrimos que casi sin hacer nada habían llegado al campus estudiantes de otros países. Esto nos hizo pensar qué habíamos hecho, y empezó a surgir esa voluntad de aspirar, no a ser otro tipo de universidad, pero sí una capaz de preparar a estudiantes para el futuro». «Casi sin darnos cuenta», reconoce Visiedo, todo cambió. Esta década de recesión ha sido un boom para el CEU. De los menos de 200 extranjeros que estudiaban en Moncada en 2011, cuando se produce el cambio en el rectorado, a los actuales 2.500 foráneos.

En sentido estricto, la Cardenal Herrera no hizo otra cosas que seguir la misma senda emprendida por tantas empresas en tiempos de crisis. Salir al exterior, para sobrevivir o para encontrar el crecimiento que el mercado doméstico le negaba. Internacionalizarse. Aunque Visiedo apunta que no se trató de una cuestión de supervivencia (el número de matriculaciones no llegó a desplomarse), sí que es cierto que las cosas no pintaban bien para una institución de las características de esta universidad. El varapalo de la crisis a las clases medias locales (público objetivo de aquel CEU) se unió al incremento de oferta privada en València, con una Generalitat que fundó una nueva universidad (la VIU, en 2008) y que impulsó otra, la Católica, desde 2003. En 2012, abría sus puertas la Universidad Europea de València.

La entrada del nuevo equipo rector aceleró el cambio de perspectiva. En 2011 realizaron una gira por Estados Unidos, visitando a universidades como UCLA, la Universidad del Sur de California o la Loyola University, instituciones a las que querían parecerse. De aquel diagnóstico surgió una cartera de titulaciones que hoy incluye Odontología y Arquitectura en inglés. En otras, como Veterinaria, Farmacia, Enfermería o Medicina, ofrecen la posibilidad de cursarla en modo bilingüe, con el 50% de créditos en inglés. Además, en la mayoría se puede cursar el primer año en inglés para continuar el resto el castellano. El programa de prácticas alcanza convenios con 780 empresas internacionales. En la Polinesia francesa, cuentan a título anecdótico, estudiantes del CEU realizan prácticas de Fisioterapia.

Siguiente paso, una residencia de estudiantes

Para llegar a los alumnos se han utilizado diferentes recursos, desde presencia en ferias especializadas internacionales hasta la alianza con agentes locales que intermedian por el CEU en diferentes países. Pero, sobre todo, trataron de entender por qué llegaban alumnos de determinados lugares, detectar si en esos países había un nicho de mercado y tratar de explotarlos. Así, por ejemplo, el CEU se ha convertido en una alternativa para los taiwaneses que no tienen suficiente oferta de Odontología en casa; o para los franceses, llegados de un país donde la Veterinaria es una titulación de prestigio pero que cuenta con pocas plazas. La UE, obviamente, es su principal mercado. Dentro de aquella tormenta perfecta que amenazaba al CEU hace una década, el cambio del marco educativo jugó a su favor. El Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), el plan Bolonia, homologa los títulos en toda Europa y ha creado también un contexto favorable para la captación de mercado exterior.

Este reposicionamiento, lógicamente, está teniendo su impacto en las cuentas anuales. Según detalla la propia entidad en su portal de transparencia, en el curso 2016-2017 la fundación Universitaria San Pablo CEU (también presente en Madrid, Barcelona o Andalucía) obtuvo unos ingresos de casi 185 millones de euros, con un crecimiento sostenido en los cuatro años anteriores y un resultado operativo de más de 15 millones de euros. En el caso del campus de Moncada y Alfara, los ingresos superan los 70 millones, básicamente por las matrículas de primer y segundo ciclo y de grado.

Los resultados están permitiendo al CEU sostener un gran ritmo inversor. Desde 2011, la fundación ha acometido o está desplegando mejoras por valor de 70 millones aproximadamente, explica Visiedo. La primera fase ha llevado a la universidad a convertirse en referente en materia veterinaria dentro de España. En estos momentos, acaba de inaugurar un área deportiva para un alumnado que pasa mucho tiempo en el campus y vive en gran parte en Moncada o Alfara; también están ejecutando un paraninfo y un edificio de rectorado y servicios generales. La siguiente fase, apunta la rectora, incluirá una residencia universitaria para facilitar las cosas al alumnado extranjero. En cuanto a los objetivos educativos, ganar cuota en alumnos de posgrado, y profundizar en el mercado asiático y en Estados Unidos. Para seguir colgando banderas en su fachada.

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