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El ránking de las mayores cooperativas valencianas

Solo 35 cooperativas valencianas figuran entre las 550 más relevantes del sector español. Dos de ellas, Consum y Anecoop, están en el top ten. En el sector apuntan la necesidad de que estas entidades ganen tamaño.

El ránking de las mayores cooperativas valencianas

El sector cooperativo tiene una histórica raigambre en la Comunitat Valenciana. Sin embargo, su peso en el conjunto de España no es equiparable a la leyenda, al menos si analizamos el conjunto de las mayores entidades de este sector en España. La Confederación Empresarial Española de Economía Social (Cepes) ha publicado esta semana un ranking nacional correspondiente a 2017/2018 con las 550 cooperativas más relevantes del país. Entre ellas solo figuran 35 que estén ubicadas en la Comunitat Valenciana. Dos -la cadena de distribución Consum y la agraria de segundo grado Anecoop- están entre las diez primeras y ocupan, respectivamente, la segunda y la séptima plaza. El presidente de la Confederación de Cooperativas de la Comunitat Valenciana, Emili Villaescusa, miembro de Cepes, asegura que en el citado escalafón hay algunas ausencias porque ciertas cooperativas no remitieron sus datos. Singularmente, es destacable la de la práctica totalidad de las entidades de crédito.

Pese a todo, el ranking ilustra una de las grandes carencias que este sector tiene en la Comunitat Valenciana, como asegura Villaescusa. Y es que el mundo de la economía social no es ajeno a una de las características esenciales del tejido empresarial autóctono: la proliferación de pequeñas empresas. En el ámbito cooperativo, según el dirigente del sector, el reducido tamaño abunda en las entidades de trabajo asociado. A este respecto, Villaescusa apunta que entre las personas que se mueven en el territorio de la economía social «hay una auténtica obsesión por fomentar los procesos de integración, de forma especial en el subsector agrario», dado que en esta actividad el volumen es esencial, porque, «cuanto más grande eres, más capacidad tienes para vender y para negociar con clientes y proveedores, pero también para ir a procesos de internacionalización e innovar en productos».

Poner el objetivo en la actividad primaria, como asegura Villaescusa, no es baladí. De hecho, solo cinco de las treinta y cinco cooperativas valencianas que aparecen en el mencionado escalafón no pertenecen a la agricultura, la ganadería o la pesca. Como recuerda el presidente de la confederación autonómica, el cooperativismo tiene sus orígenes en el campo. De ahí proceden las entidades más longevas, aunque añade que hay alguna cooperativa eléctrica centenaria y, en el mundo educativo, otras que rondan ya el medio siglo. Fueron este tipo de entidades, de carácter urbano, las que empezaron a proliferar en la etapa final del franquismo y los primeros años de la democracia.

Además de las firmas vinculadas al campo, las otras cooperativas valencianas que aparecen en el escalafón pertenecen a los servicios, la construcción y la educación. Pese al reducido número de firmas en el mismo en volumen de negocio -poco más del 6 % del total-, lo cierto es que en conjunto tienen un peso específico muy relevante en términos laborales. Basta el ejemplo de Nulexport, una entidad con menos de 20 millones de euros de facturación que emplea a más de mil trabajadores. O Copal, con unas ventas de 45,8 millones y 1.450 empleados. Villaescusa recuerda al respecto que la Comunitat Valenciana acapara el 15 % del mercado laboral del cooperativismo español -con aproximadamente 80.000 puestos de trabajo- y que la provincia de Valencia, con unos 50.000, es la primera de España en este ámbito.

¿Hacia dónde se dirige el sector cooperativo autonómico? El presidente de la confederación valenciana diferencia entre subsectores. Por ejemplo, en el ámbito agrario, la clave es la ya mencionada integración. En las de vivienda, la tendencia creciente es la cesión de uso, es decir, la cooperativa es la propietaria de la vivienda y el socio puede usarla como residencia. En las de trabajo, «las más significativas son las de educación». A este respecto, Villaescusa recuerda que solo dos firmas -la vasca Mondragón y la valenciana Florida- tienen capacidad para dar títulos universitarios. También están proliferando las cooperativas de profesionales, por ejemplo de diseñadores o de arquitectos. En este caso, se trata de pequeñas entidades, principalmente porque estas firmas de economía social, entre uno de los mayores impedimentos que sufren, es «la falta de financiación inicial» por parte de la banca. Por último, las cooperativas eléctricas están orientando su actividad hacia las energías renovables y han empezado a entrar en nuevos mercados para ellas, como es el del sector público.

El citado documento de Cepes analiza en su conjunto a 908 empresas del sector. De ellas, 550, como ha quedado dicho, son cooperativas. También hay 206 sociedades laborales, en las que el capital social pertenece mayoritariamente a los trabajadores, con un mínimo de tres. En este caso, la Comunitat Valenciana está representada con 11 entidades, de las cuales solo una está entre las diez primeras. Se trata de Textils Mora, una firma que emplea a 125 personas y factura 16,33 millones de euros. Los centros especiales de empleo figuran con 92 firmas en el ranking. Son empresas cuyas plantillas están constituidas mayoritariamente por personas con discapacidad, cuyo número no puede ser inferior al 70 % respecto del total de los trabajadores. La Comunitat Valenciana solo aparece en cuatro ocasiones en este escalafón y la primera vez que lo hace es en el puesto número 10, con Modular Logística Valenciana, una firma de la industria auxiliar ubicada en el Polígono Juan Carlos I de Almussafes, junto a la factoría Ford, que da trabajo a 973 trabajadores y factura 21,69 millones.

Grupos empresariales

Las empresas de inserción, cuya finalidad es la de posibilitar el acceso al empleo de colectivos desfavorecidos, tienen una menor presencia en el escalafón de Cepes. Concretamente, solo aparecen 18. Tres de ellas son valencianas. Una -Koopera Mediterránea- es la segunda, con 2,6 millones de ventas y 46 empleados, y otra, la cuarta. Es Arropa Valencia, dedicada a la reparación de vehículos, que tiene 36 trabajadores y factura 1,28 millones. No hay ninguna firma entre las 25 mutualidades citadas. Sí figura en tercer lugar, entre las cofradías de pescadores, la de la Comunitat Valenciana, que tiene un volumen de negocio de 100 millones de euros. La última categoría incluida es la de los grupos empresariales. Solo aparecen 8 y ninguno es valenciano. El primer lugar corresponde a Cajamar, con 39.166 millones de facturación. Esta presencia compensa claramente la ausencia citada al principio de las cooperativas de crédito autóctonas. Y es que dos decenas de las mismas están integradas en ese grupo, aunque mantienen su independencia. La segunda posición es para la Corporación Mondragón, con 12.000 millones de ventas y 63.600 empleados.

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