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"València crece y Lufthansa quiere acompañarla"

"València crece y Lufthansa quiere acompañarla"

Julia Hillenbrand (Alemania, 1980) conoció València en edad escolar, cuando pasó dos semanas de intercambio. Todavía conserva a su «familia española», pero esta semana ha visitado la ciudad por trabajo. Desde 2019 es la directora general del grupo Lufthansa para España y Portugal, y acaba de inaugurar la nueva ruta entre Bruselas y València operada por Brussels Airlines, una de las filiales del coloso germano de los cielos.

¿Qué esperan de esta nueva ruta?

Con la demanda que vemos en el mercado de València hemos crecido aquí para ofrecer el servicio que los pasajeros y nuestros clientes piden. Por eso hemos invertido en los últimos años bastante, para participar en ese crecimiento. Sabemos que Bruselas es la capital política europea pero también esperamos una mezcla de pasajeros de negocio y de ocio para pasar unos días en esta bonita comunidad.

¿Qué planes tiene aquí el grupo, ya sea a través Lufthansa, Brussels, Eurowings o Swiss?

Hemos crecido muchísimo en los últimos años. El primer contacto se produjo hace 32 años. En 2007, con la Copa América, empezamos con el vuelo de Swiss a Ginebra. Hoy tenemos con Swiss 28 vuelos semanales que cubren Zurich y Ginebra; con Lufthansa, 28 vuelos semanales a Frankfurt y a Munich. Tenemos a Eurowings, con vuelos a Stuttgart y Dusseldorf, y este verano vamos a empezar con tres vuelos semanales a Hamburgo, que se suma al de Bruselas que estrenamos, con lo que este año es realmente de crecimiento.

¿Cómo es vista València en Lufthansa?

El turismo alemán crece en los últimos años. Eso lo hemos visto, la demanda existe en este mercado. La C. Valenciana ofrece muchísimo como destino vacacional al turista alemán, belga, suizo... Turismo cultural, de playa, gastronomía, de diferentes fiestas culturales. Es un crecimiento en el que quiere participar el grupo Lufthansa y ofrecer al cliente el mejor producto para viajar directo a València. Tenemos una mezcla de ocio vacacional y de pasajero de negocio.

Hace unos días se anunciaba la quiebra de Air Italy. No pasa una semana sin un nuevo anuncio de liquidación. ¿Hasta dónde va a llegar la reestructuración?

Estamos viendo un crecimiento de la demanda pero llega un punto en que empieza la consolidación. Básicamente, es lo que hemos visto en EE UU y ahora estamos viendo a nivel europeo. Aquí como grupo hemos visto compañías entrando y saliendo del mercado. En el mercado global va a seguir la consolidación.

¿Cómo les afecta la presión de este mercado low cost

Nosotros somos una premium airline. Nuestros clientes aprecian la calidad y el servicio, y también la puntualidad y la confianza. Tenemos precios competitivos pero nuestro pasajero aprecia el full service, que todavía te sirvan comida y el servicio que te ofrece una compañía tradicional. Obviamente entramos en todo el tema de digitalización y automatización para garantizar que la jornada del viajero sea lo más suave, sin sobresaltos...

¿Cuáles son los grandes riesgos en estos momentos para el sector aeronáutico en Europa? La crisis de Boeing, el precio del combustible, exceso de oferta?

Es algo muy común en la aviación que siempre haya estos movimientos que se reflejan en el negocio. Son unos desafíos a los que ya estamos acostumbrados. Es importante que como grupo nos diferenciemos ante la competencia y hagamos nuestros deberes: desarrollo en la digitalización y la innovación, escuchar las necesidades del cliente. Siempre hay nuevos retos pero no es nada que no podamos sortear.

¿Teme esta nueva tendencia social de la «vergüenza de volar» («Flygskam») o el efecto Greta Thunberg?

Es un tema que el grupo Lufthansa se toma en serio desde hace muchos años. Ahora sale en los medios pero no es nuevo, invertimos mucho a corto, medio y largo plazo. Estamos renovando la flota. Cada dos semanas recibimos un nuevo avión y hasta 2027 tenemos una renovación que permitirá reducir las emisiones un 25%. A medio plazo, Lufthansa lucha junto con la asociación internacional de transporte aéreo IATA para conseguir un cielo único europeo. Esto es muy importante y nos permitirá reducir las emisiones otro 10%. Y a largo plazo, y es muy importante, invertir en combustible alternativo, sintético, que es algo que en Lufthansa ya hemos empezado. En la ruta entre Franckfurt y San Francisco, por ejemplo, ya trabajamos con combustible sintético, que reduce un 80% las emisiones.

Supongo que en una compañía que tiene tanto control en un mercado como el alemán existe preocupación por que aparezcan estas reflexiones en la sociedad, tendentes a evitar los vuelos domésticos.

Sí, pero también trabajamos junto con los trenes en Alemania (Deutsche Bahn), con un programa para facilitar las conexiones más cercanas en tren, entre Colonia y Frankfurt, por ejemplo.

Las autoridades nacionales y europeas parece que les están tomando como ejemplo negativo frente a otras formas de movilidad. Bélgica, Holanda y Francia han impuesto tasas a la aviación e incluso en su casa, Alemania, también se quiere subir los impuestos a los vuelos domésticos. ¿Temen esta política fiscal?

La aviación contribuye un 2,8% a la contaminación, y la mayoría por vuelos de más de 1.500 kilómetros, el largo radio. Por eso invertimos mucho como empresa en la sostenibilidad. [...] Si se utiliza al final el dinero para desarrollar el combustible sintético creo que es un movimiento importante, pero si es algo que solo pasa a nivel europeo y no global tiene un impacto obviamente.

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