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Baamonde: "Hay un clamor a favor de acuerdos políticos"

Eduardo Baamonde inició el jueves un nuevo mandato al frente de la mayor caja rural

Eduardo Baamonde fue reelegido presidente de Cajamar el jueves. Levante-EMV

Cajamar celebró el jueves su asamblea anual y reeligió como presidente a Eduardo Baamonde, quien repite en el cargo en un momento histórico tras el estallido de la pandemia del coronavirus y su impacto en la economía. Este gallego de la localidad lucense de Villalba, ingeniero agrónomo, está al frente de un grupo con implantación en toda España, sede en Almería y una presencia muy relevante en la Comunitat Valenciana, donde en la anterior crisis absorbió el negocio de entidades de fuste como Ruralcaja o Caja Campo. Además, dos decenas de rurales de la autonomía forman parte de su grupo cooperativo y otras cinco están asociadas al Banco de Crédito Cooperativo que encabeza.

P ¿Se ve con ánimos para un nuevo mandato en esta coyuntura?

R Sí. Estamos convencidos de que España va a salir adelante y también nuestra entidad. Es muy difícil poder calcular el impacto económico de la crisis sin soluciones sanitarias. Cualquier pronóstico es aventurado. Pero tengo elementos para el optimismo. Me ha dado mucho ánimo la respuesta social en España, tanto de particulares como de empresas que buscaron soluciones para salvar vidas. Una vez superada la crisis de 2008, las empresas están más profesionalizadas, se han desapalancado desde el punto de vista financiero, se han internacionalizado y son más sólidas. La internacionalización les ha permitido diversificar la clientela y eso ha hecho afrontar con más garantías la crisis. Otro elemento es el BCE, ágil y contundente, que ha dado una liquidez que no había en 2008. Las decisiones tomadas en España han sido adecuadas para dar dinero a la banca y, esta, a empresas y a particulares. También los ERTE han sido fundamentales. No se va a producir un estrangulamiento en la economía como el de 2008. La naturaleza de ambas crisis es distinta. Ahora es un impacto en la economía tras un problema sanitario y en 2008 era un problema económico y de las entidades financieras.

P ¿Cómo están padeciendo las cajas rurales esta pandemia?

R En Cajamar, hemos cumplido con creces la cuota asignada por el Banco de España para conceder créditos covid y hacer moratorias. A 18 de junio, los datos hablan de nuestra agilidad. Hemos hecho 24.181 préstamos Covid por 1.675 millones y hemos concedido casi 10.500 moratorias en hipotecas por 800 millones de euros. Todo en un tiempo récord. Hemos ido más allá de lo que nos correspondería por cuota de mercado. ¿El resto de las rurales? Habrá que ver la cartera de clientes de cada cual. Nosotros estamos en toda España y nuestra cartera es muy amplia. En cuanto al sector, el cooperativismo de crédito siempre se ha crecido en la adversidad. En las peores épocas de 2008, resistimos mejor que otras entidades: No necesitamos ayuda. El cooperativismo tiene una gran capacidad de resistencia, singularmente en la Comunitat Valenciana, donde muchas rurales han podido cumplir cien años. Una vez más se va a poner de manifiesto esa resiliencia.

P De momento, los ERTE y las moratorias no están disparando la morosidad en la banca. ¿Teme que alcance niveles preocupantes conforme avance la crisis?

R Nos estamos preparando para lo peor, para un repunte de la morosidad. Tenemos que reforzar nuestras coberturas para ese repunte. Estamos dedicando todos nuestros recursos para reforzar la solvencia para afrontar esa situación que puede producirse en 2021. Aunque estamos preparados, es muy difícil cuantificar hasta ver cómo superamos la crisis sanitaria. La banca desde 2008 se ha saneado. En nuestro caso, de forma extraordinaria, con lo que estamos mucho mejor situados para superar un repunte de morosidad.

P ¿Van a poder aguantar las rurales más pequeñas de forma independiente?

R Eso se lo tiene que preguntar a ellas. En el año 2000, nos dimos cuenta que en un entorno de globalización de la economía iba a ser necesario incrementar el tamaño y ahí iniciamos un proceso de concentración. Ahora mismo, Cajamar es el resultado de 40 fusiones, 30 de ellas en los últimos 20 años. Creamos el grupo cooperativo Cajamar con las rurales valencianas y en 2014 el Banco de Crédito Cooperativo, que tiene como socios también a otras cajas. Es un entramado que permite ganar dimensión y economía de escala, sobre todo en un entorno tan competitivo y con unos margenes de interés tan bajos. Fuimos los que emprendimos esa estrategia de fusiones porque entendimos que eran necesarias.

P Vuelve a hablarse de fusiones en el sistema financiero. ¿Será protagonista Cajamar?

R Tenemos las puertas abiertas y tenemos diferentes figuras que no precisan la fusión o la absorción. Es el caso del SIP del grupo Cajamar donde las rurales consolidan resultados y comparten servicios centrales con nosotros pero mantienen sus consejos rectores. Tenemos el banco, que es mucho más flexible y donde se participa en función del capital. No descarto que en los próximos años pueda haber crecimiento por esa vía, aunque también seguimos con el crecimiento orgánico. La semana pasada abrimos oficinas Lugo y Vitoria. Con la de esta última ya tenemos sucursales en todas las autonomías.

P ¿Teme que el avance de la crisis afecte a la solvencia de Cajamar?

R No. La crisis puede afectar a la economía española y, por tanto, a la morosidad, pero la solvencia del sector y la nuestra en particular está muy por encima de los requerimientos del supervisor, con lo que hay holgura para poder soportar cualquier repunte de la morosidad.

P El Banco Central Europeo insiste en que las entidades deben reducir oficinas para ser más rentables. ¿Qué piensa hacer Cajamar al respecto?

R Lo primero es convencerles de nuestro modelo de negocio. Hemos reducido nuestra densidad de oficinas en las ciudades pero hemos mantenido las que tenemos en el medio rural. Más de un tercio lo tenemos en poblaciones de menos de 5.000 habitantes. Hay muchas localidades donde ya somos la única entidad abierta al público. Hemos buscado fórmulas imaginativas como la banca móvil y el agente. Ese modelo, el BCE lo ha entendido como necesario porque evita la exclusión financiera y además es sostenible. Así que cosas necesarias para la banca cotizada tal vez no lo sean para la cooperativa, que exige proximidad y mayor número de oficinas por volumen de activos.

P ¿Aumentará la exclusión financiera?

R Estamos viendo a entidades bancarias que reducen el número de oficinas y que están dejando ciertas zonas de España con escasa red. Nosotros estamos aprovechando esas salidas para tomar posiciones.

P ¿Ha notado una falta de atención al medio rural durante la crisis por parte de las entidades bancarias que no hace mucho trataban que ganar nicho de mercado en esas áreas o todo ha seguido igual?

R Los agricultores saben el grado de compromiso de cada entidad con ellos. En el caso de Cajamar, nuestra misión es atender al medio rural y al sector agroalimentario. Nacimos con esa misión y seguimos manteniéndola. Cuando llegan momentos de dificultad, respondemos porque nos sentimos corresponsables y coherentes con la misión con la que nacimos. Donde nosotros estamos, y el resto de rurales, el sector está atendido. El problema es donde se han quedado sin red. Pero las rurales están haciendo un papel muy importante en la España vaciada y en momentos difíciles como los actuales.

P El sector agrario ha sido clave durante el confinamiento. ¿Ha tenido una financiación suficiente?

R Sí. Si no, no hubiera podido trabajar como lo ha hecho. La sociedad ha podido en esta crisis reconocer el valor del sector agroalimentario, muy eficiente, muy profesionalizado y comprometido con la sociedad. No dejó de trabajar y ha logrado durante el confinamiento abastecer no solo a la sociedad española sino también a sus clientes europeos. Ojala hubiéramos tenido un tejido productivo sanitario propio que nos hubiera podido suministrar material de protección sin tener que recurrir a la vorágine de los mercados internacionales.

P ¿Qué van a requerir los agricultores de sus bancos en estos tiempos de coronavirus?

R Lo primero que les hemos dado es liquidez para seguir en activo. Pero no se pierde el optimismo, porque estamos concediendo créditos a largo plazo para las inversiones que está haciendo el sector.

P ¿Cómo cree que va a evolucionar la crisis?

R Lo más importante es superar la crisis sanitaria. Si se supera, la recuperación en V es el escenario más probable. Con una vacuna a principios de 2021, la recuperación sería inmediata. Los tratamientos también son importantes. Sin vacuna, la recuperación será más lenta por la limitación al transporte de personas que va a poner trabas al crecimiento económico. Estamos a la expectativa de la solución sanitaria. Por eso es tan importante que la UE haya respondido a través del BCE aportando liquidez y con las medidas del plan de recuperación, porque puede catalizar la salida de la crisis y permitirá posicionar a Europa en la digitalización, en la investigación y en la creación de infraestructura. Este paquete comunitario puede ser un revulsivo para la economía europea.

P ¿Qué le inspira el espectáculo de la polarización política?

R Lo que necesitamos los españoles y las empresas es certidumbre y acuerdos, acuerdos que resuelvan los problemas a corto y largo plazo. Ahora mismo hay un clamor a favor de acuerdos políticos para que traten de resolver los problemas actuales y diseñen un futuro a medio y largo plazo.

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