E l anuncio de la vacuna dePfizer ha provocado esta semana, singularmente el pasado lunes, una euforia desconocida en años en los mercados bursátiles. Como aseguraba el director de Renta 4 en València, Juan Espinós, las bolsas «vislumbran la salida al final del túnel y han empezado a descontar que en 2021 habrá resultados empresariales positivos y recuperación». ¿Ha sido una reacción un tanto exagerada si tenemos en cuenta que aún faltan unos cuantos meses para que se note la eficacia de la vacuna y puedan, por tanto, quitarse las medidas restrictivas sobre la economía? Los expertos consultados coinciden, obviamente, en que la de Pfizer es una buena noticia. De hecho, es la noticia que llevábamos meses esperando, pero piden prudencia, precisamente porque la solución no está a la vuelta de la esquina. En este sentido, el director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), Joaquín Maudos, tras felicitarse por el anuncio, advierte de que no hay que «sobrerreaccionar en las expectativas. Estamos en una situación sanitaria muy complicada con un escenario de caída del PIB para este año que está en torno al 12%. Y si, a pesar de la vacuna, se tuvieran que imponer restricciones a la actividad económica, como se hizo en el pasado, obviamente afectaría al crecimiento del PIB y al empleo».

El director del departamento de Estudios de la patronal autonómica CEV, Ricardo Miralles, considera que la euforia bursátil estaba justificada porque ahora «se ve luz», aunque el rebote de esta semana no ha logrado compensar las pérdidas anteriores, y añade otro factor de luminosidad: la derrota del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la victoria en esos comicios de Joe Biden. Pero Miralles insiste en la precaución: «Si se cumplen los protocolos sanitarios y burocráticos, la eficacia de la vacuna no se notará hasta el segundo trimestre de 2021 y las medidas restrictivas no se podrán levantar hasta el tercer trimestre, lo cual es bueno para España y la Comunitat Valenciana, porque en sus economías el comercio, el turismo y la hostelería tienen un peso significativo y superior al de otras zonas, con lo que el repunte también será más elevado». Miralles incide, en este sentido, en que el fin de los confinamientos y las restricciones coincidiría con el inicio de la campaña turística, lo que supone un buen augurio. En ello no coincide con los principales operadores de este sector, como agencias de viajes u hoteleros, que esta semana ponían en duda que la vacuna llegue a tiempor para salvar la temporada de verano. La directora de Proyectos Internacionales del IVIE, Matilde Mas, apunta que a la de Pfizer se han de sumar otras vacunas que «están a punto de salir», lo cual consolidaría las opciones de dejar atrás la pandemia en el primer semestre del año que viene. «Ha despejado bastante el futuro e indica que se acorta el tiempo de sufrimiento. Además, es un incentivo para las empresas, que ya manejan tiempos concretos y pueden tratar de aguantar un poco más para sobrevivir, pero también para las administraciones públicas», que pueden hacer un mayor esfuerzo en el gasto , tanto en los ERTE como en los créditos ICO, para sustentar a las mercantiles y evitar mayores daños. En su opinión, la reducción de la incertidumbre que supone la vacuna impulsará la inversión empresarial, aunque tímidamente, sobre todo en las firmas que «más se han endeudado y las que están más débiles», y el consumo, «que ha sido refrenado por imposición». Mas cree que hay dos puntos de vista al respecto: «Los que dicen, como yo, que hay un consumo reprimido, que hay ganas de salir y viajar, lo que elevará el gasto y ayudará a la recuperación, y los que creen que el shock de la pandemia ha sido tan fuerte que la gente se volverá muy ahorradora». Una rápida recuperación, por supuesto, también incidirá en el empleo y las rentas de la ciudadanía, pero el camino es aún arduo y complicado. Como expica Miralles, «estamos en el peor escenario de los rebrotes y no podemos descartar medidas restrictivas adicionales», incluso un confinamiento total en el supuesto de colapso de los hospitales y un aumento aún más desmesurado que el actual en el número de muertes.

Por tanto, aboga por «no relajar las conductas de las personas para evitar volver a marzo». El directivo de la CEV asegura que basa sus pronósticos en los informes del Banco de España, que prevén una bajada del PIB del 12 % este año y una recuperación económica a los niveles previos precrisis en 2023. Ese escenario ya contemplaba una vacuna en el primer semestre, por lo que Miralles no cree que esa noticia vaya a acortar los plazos, «salvo que hagamos el bestia», situación en que la salida de la recesión se alargaría pese a tener ya un remedio. En su opinión, además, de lo que se trata ahora es de «hacer lo imposible por evitar la muerte de las empresas para que lleguen al segundo semestre del año que viene, que es cuando podrán hacer caja y rescatar a trabajadores en ERTE».

Por tanto, defiende una prórroga hasta el segundo semestre de 2021 de las medidas impulsadas por el Gobierno para proteger a mercantiles y ciudadanos. Unas medidas que también tienen su impacto en el sistema financiero, porque, como apunta Joaquín Maudos, los impagos en la banca están «anestesiados. Solo las moratorias han impedido que la tasa de morosidad se duplique del actual 4,7% a casi el 9%, ya que se han beneficiado unos 52.000 millones de euros de préstamos». El experto en este sector cree que la vacuna es una buena noticia, porque las pérdidas de estas entidades serán menores de lo que hasta ahora se anticipaba, pero no solventará los problemas que aquejan a los bancos, como una baja rentabilidad agudizada por la covid. Así que será necesario que sigan con sus ajustes de oficinas y personal y en sus procesos de fusión.

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