Déjame contarte una historia: es día 1 de mes y bajo a la mina a picar carbón y respirar grisú. Al final de la jornada, salgo lleno de hollín y deslomado. ¿Alguien puede discutir que me he ganado el jornal de ese día? ¿Verdad que no? ¿Y por qué tengo que esperar 29 días para disfrutar de ese jornal? ¿Por qué no tengo acceso a la liquidez devengada de mi nómina si ya me lo he ganado?

En España hay 6,5 millones de trabajadores que cobran, anualmente, 20.000 euros o menos. Como país tenemos un reto. El sistema está preparado para golpearte más fuerte cuando tienes una necesidad urgente de liquidez: no quieras a mitad de mes tener un problema en el coche cuando vayas a trabajar o que a tu hijo le rompan de un balonazo las gafas.

Pero, ¿y si el sistema no dejara a nadie atrás?

Son muy tristes las noticias que leemos de que los bancos van a empezar a cobrar si no tienes contratados X productos. Hay mucha gente que no se lo puede permitir. ¿Qué pasa con ellos?

La falta de liquidez es un problema real de muchos trabajadores. Sólo en España, 4 millones de personas se quedan en número rojos en alguna ocasión y se solicitan al año alrededor de 2 millones de euros en microcréditos.

El problema de estrés financiero al que se enfrentan muchas familias es real y las soluciones más inmediatas, como los créditos rápidos o el uso de la tarjeta de crédito, son abusivas y endeudan todavía más a las personas.

Vivimos en la sociedad de la tecnología, en la sociedad de la inmediatez. Ya podemos hacer la compra desde el sofá un sábado por la noche e incluso disfrutar de cualquier contenido que queramos desde nuestro smartphone, pero seguimos sin poder acceder al dinero que ya es nuestro al instante.

Muchas empresas ya están invirtiendo en servicios de salario bajo demanda. Empresas como Walmart, cuya preocupación por sus trabajadores les llevó a adoptar una tecnología vía app que mejorara la salud financiera de sus empleados.

Con el cobro en tiempo real las personas pueden optimizar su ingreso financiero a través de la gestión automatizada de su cashflow. Pueden gestionarlo como más les interese y satisfacer su necesidad de liquidez de manera autónoma y libre, sin tener que pedirle a nadie el dinero que les pertenece.

La historia que he contado es una historia relativamente nueva en España, pero va a cambiar a mucha velocidad. Dentro de unos años el salario bajo demanda pasará de ser un beneficio innovador, a ser un commodity y ya no cobraremos cada 30 días, sino que cualquier persona podrá acceder a su salario de forma inmediata.