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El cajero en el estanco

Un estanco de los que ofrecen entre sus servicios la oferta de Nickel | EMV

Tres en uno. Vas al estanco a comprar tabaco y a tirar la Primitiva y de paso, en el mismo local, sacas de tu cuenta bancaria el dinero para pagar esos ‘vicios’ o la comida. Ya es posible en la Comunitat Valenciana. Concretamente, a través de los ochenta y tres estancos y administraciones de lotería que han llegado ya a un acuerdo con el banco Nickel para ubicar en sus establecimientos una terminal de esta entidad financiera gala filial de BNP-Paribas desde que la comprara hace tres años.

El contexto explica algunas cosas sobre el nacimiento hace seis años de este servicio alternativo a la banca en el país vecino, donde ya supera los dos millones de clientes -45.000 más todos los meses-, según explica a este diario Javier Ramírez, CEO de la filial española. Se trata del repliegue de los bancos tradicionales, cada vez más necesitados de reducir su estructura,es decir, número de oficinas, para mejorar una rentabilidad que se les escurre de las manos con los tipos de interés por los suelos. Ahí, esta fintech ha encontrado su nicho de negocio, concretamente en la alianza con un sector del comercio, el de los estancos y las administraciones de loterías , «unos negocios estables, de barrio y con licencia del Estado, que es algo que da garantía a los clientes», afirma Ramírez.

Nickel, tras su éxito en Francia, ha decidido iniciar su expansión por España. En julio llegó al país y en diciembre empezó a operar desde València porque, según su máximo ejecutivo, es «una ciudad ideal por su tamaño, su ubicación en lacosta, su peso industrial y su diversidad poblacional». El segundo semestre del año, la firma lo dedicó a cerrar contratos con loteros y vendedores de tabaco y a obtener las autorizaciones del Banco de España. Ahora cuenta con 41 asociados en València y 42 en Alicante y espera llegar a 185 y 175, respectivamente, a final de año. En España, ya operando en Cataluña, Andalucía y Madrid, llega a 221 y espera alcanzar los mil puntos de negocio cuando termine 2021.

¿Cómo convertirse en cliente de Nickel? Pues a través del móvil o de una tablet en el punto de venta. Por cualquiera de esas vías, siempre accediendo a la aplicación del banco, se obtiene un código numérico que hay que entregar al lotero o al estanquero, según sea el caso, que lo verifica, lo introduce en la terminal de pagos -como la de cualquier comercio- que le suministra el banco y, si está todo correcto, la persona recibe su tarjeta para operar y ya es cliente de la entidad. El primer paso, claro, es hacer un ingreso o una transferencia para contar con depósitos. A partir de ese momento, ya se puede sacar dinero. El lotero es el que abona la cantidad reclamada y, de inmediato, Nickel ingresa la misma cantidad en la cuenta del comerciante.

El cliente paga veinte euros al año por este servicio. Por su parte, el estanquero cobra de Nickel 50 céntimos por cada operación que se formaliza en su establecimiento y tres euros por cada alta que propicia.

La entidad financiera, según explica Ramírez, emite un IBAN español -un código alfanumérico que identifica una cuenta bancaria determinada en una entidad financiera en cualquier lugar del mundo- para que su cliente pueda domiciliar sus nóminas o recibos. Nickel no da préstamos y tampoco remunera los depósitos de su clientela. De todas formas, las operaciones de efectivo tienen sus limitaciones, fundamentalmente para evitar el blanqueo de capitales. Así, los ingresos autorizados no pueden superar los 900 euros al mes, mientras que las retiradas diarias se quedan en un máximo de 500. En el caso de transferencias no hay límites. No obstante, la experiencia indica que el cliente, de media, saca cantidades modestas. Unos 60 euros en Francia.

Barrios y mundo rural

Javier Ramírez explica que la expectativa de éxito de la compañía se fundamenta en el convencimiento de que los problemas crecientes de la ciudadanía por el cierre de oficinas bancarias se acrecentarán y los estancos y admnistraciones de loterías con Nickel serán la solución. No solamente en los barrios, sino también en el mundo rural, cada vez más afectado por la exclusión financiera. Otro factor que señala el CEO del banco es el precio: «El cliente de una entidad financiera que no tiene una vinculación con ella más allá de ingresar o extraer dinero, las domicializaciones y utilizar su tarjeta puede estar pagando al año más de 200 euros». También está la inclusión de la población inmigrante, porque Nickel solo pide un documento de identidad para abrir una cuenta, incluido el pasaporte de 190 países. La firma, por último, no descarta incluir a bares y comercios en su catálogo.

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