El pasado 28 de enero se cumplían 40 años de la publicación de la primera norma internacional en materia de protección de los datos personales, comúnmente conocida como el Convenio 108. Desde 1981, en Europa se lucha por un derecho humano así reconocido en el artículo 8 de la Convención Europea de Derechos Humanos, y sin embargo aún no hemos sido capaces de concienciarnos como sociedad. Hablo desde la experiencia, de la importancia del derecho a la privacidad y por ende a la protección de datos -ambos reconocidos como fundamentales en el artículo 18 de la Constitución-. Es por ello, que aprovecho el cuadragésimo aniversario para resumir algunas razones por las que debemos de mirar más por nuestros datos y nuestra privacidad.

De no ser por la existencia de este derecho, el desarrollo del mismo y los incansables esfuerzos, tanto de las autoridades europeas como la española, de vigilar el cumplimiento de la normativa relacionada, hoy en día, por ejemplo, podrían denegarnos un préstamo simplemente basándose en nuestra actividad en redes sociales o que la prima de nuestro seguro de vida se incrementara automáticamente porque hemos publicado en Instagram que recientemente hemos estado en Sudáfrica.

En el mismo sentido, si no existieran los especialistas legales en privacidad, esos que para muchos son como las lentejas, o los aguantas o los dejas, podrían haberse producido muchas más brechas de seguridad que hubieran expuesto la actividad online ( y no online) de los ciudadanos, como podría ser que se airease que usamos una página de citas para serle infiel a nuestra pareja, como les pasó a lo usuarios de Ashley Madison en 2015.

Vistos los posibles efectos de no existir o no protegerse el derecho a la privacidad, debemos ser más conscientes en internet nos exponen sin saberlo porque no prestamos atención a las molestas políticas de privacidad. Debemos seguir preocupándonos por nuestros derechos porque una sociedad consciente es una sociedad culta, y por ende una sociedad plenamente libre . Ahora más que nunca, debemos mirar por ser libres en todos los sentidos, pues hoy día la vigilancia y el control están más en boga que nunca.