Desbloquee su teléfono y mire la pantalla. Seguramente tiene un buen número de aplicaciones en él: mensajería, música, vídeo… Quizá tenga también instalada la de su banco o alguna de inversión. Porque en el entorno digital en que vivimos, también nuestro dinero se ha trasladado al mundo virtual.
Las apps de finanzas pueden ayudarnos a ahorrar de diferentes maneras: algunas devuelven un pequeño porcentaje de dinero por las compras que se hacen (el llamado cashback), otras plantean retos o juegos para ayudarnos a lograr nuestras metas financieras. Y están las que se centran en el primer paso de cualquier estrategia de ahorro: conocer al detalle nuestros ingresos y gastos.
Ileana Izverniceanu, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), explica que «es importante tener en cuenta la diferencia entre las apps que avisan si se pasan del presupuesto que el usuario establece, o que permiten establecer una cantidad de ahorro al mes, de las que sirven para gestionar las finanzas». Recomienda tener precaución con las últimas, segregando las que ofrecen información (por ejemplo, cotizaciones bursátiles) de las que sugieren realizar transacciones, «porque en algunos casos el usuario puede no saber qué intereses hay detrás».
Pero, ¿cómo distinguir el grano de la paja? Rubén Sánchez, portavoz de FACUA-Consumidores en Acción, afirma que el primer paso sería «investigar en profundidad, consultando por ejemplo opiniones en foros de internet». Es decir, escuchar lo que tienen que decir otros consumidores.
También tenemos que observar la descripción de servicios. Por ejemplo, las apps de agregación y control de gastos entrarían en principio dentro de la primera tipología que describe la OCU. «Históricamente se utilizaba el lápiz y papel en mano para detallar en dos columnas ingresos y gastos. Estas apps facilitan al usuario ese trabajo», describe Juan José Pintado, profesor de Ahorro en la UDIMA.
Según Pintado, otro aspecto a tener en cuenta puede ser «el número o cantidad de usuarios que tenga cada una de las ofertadas». Y también tendremos que tener en cuenta las que están disponibles según el sistema operativo de nuestro teléfono.
Si escogemos apps de control de gastos que estén disponibles tanto en iOS (Apple) como en Android (Samsung o Xiaomi, entre otros), que son los sistemas operativos más populares en España, destacan por número de descargas y puntuación cinco nombres: Monefy, Walletapp, Fintonic, Money Pro y Spendee.
Lo normal «es que las versiones básicas sean aplicaciones gratuitas», apunta Pintado. Aunque en casos como Walletapp, Spendee o Money Pro, desbloquear la mayoría de utilidades supone pasar por caja.
Money Pro es la app de pago número uno en finanzas para los usuarios de iOS. Solo instalarla cuesta poco más de un euro, aunque posteriormente si se desean bloquear sus funcionalidades se puede llegar a pagar hasta 55,99 euros en la versión Gold. Permite gestionar presupuestos y establecer calendarios de pago de facturas. Además, sus creadores afirman que también es útil para «llevar un seguimiento de los gastos de un negocio».
Fintonic es una de las más conocidas y la única que no ofrece planes de pago. Eso sí, tiene un servicio de intermediación (Fintonic Préstamos) premium que negocia préstamos con hasta 15 entidades como BBVA, Banco Santander o EVO. Tiene una interfaz intuitiva, con gastos e ingresos separados por categorías, alertas de movimientos en cuentas, agregador de varias cuentas y estadísticas mensuales.
Entre las mejor puntuadas, Monefy se lleva la palma, con un 4,6 sobre 5 de media entre usuarios iOS y Android. La posibilidad de sincronizar y almacenar los datos en Droxbox es uno de sus fuertes.
